El efecto más notorio de ciertas chapucerías políticas consiste en tratar de sostener sistemas de gobierno agotados, tratando de adornarlos de una falsa apariencia de buen funcionamiento, para lo cual sus funcionarios suelen aferrarse a “drogas” conceptuales abstractas e inverosímiles.
Bajo la supuesta amenaza de una eventual disolución de la democracia, algunos dirigentes políticos, “jaqueados” por una realidad que no consiguen dominar, provocan adrede un temor por la eventual desaparición de las instituciones, “infectando” el discurso público con ramplonería.
Su frivolidad ambivalente, donde las palabras “exclusión, “explotación”, “derechos humanos”, “igualdad” y “distribución de la riqueza”, instalan un aquelarre declarativo que lleva a hipótesis de una fantasía inconcebible, persigue potenciar la vigencia de normas legales a las que se aferran -a pesar de que la mayoría de ellas no hacen más que contribuir a acentuar la hondura de su desatino-, fortaleciendo una descomposición argumental que empuja a la sociedad a un “sálvese quien pueda”.
Mientras esto ocurre, nadie se anima a verificar la calidad y cantidad de problemas que debiéramos afrontar, y todos se concentran en propalar letanías que propician soluciones superficiales, a pesar de reconocerlas en su fuero íntimo como absolutamente inútiles (la voz de la conciencia rige para todos los seres humanos por igual), ya que no apuntan a dilucidar cuestiones que requieren ciertas medidas drásticas que una dilatada experiencia histórica ha enseñado como las mejores.
Con un discurso banal y engañoso, todos los actores sociales –unos por comisión y otros por omisión-, terminan así mintiéndose en medio de una música discursiva que trata de edificar explicaciones retorcidas mientras la sociedad marcha solemne y triunfal hacia un escenario donde la mentira, el engaño y la elusión de la naturaleza de las cosas han terminado destruyendo el tejido social casi por completo.
Esta disolución, inscribe cada día mayores adeptos a “cosificar” la realidad, porque nadie produce nada útil a pleno y todos miran de reojo a los demás lanzando zancadillas a diestra y siniestra, contribuyendo al sostenimiento de una incivilización cultural que causa pasmo.
Como consecuencia, la sociedad se circunscribe a consumir especulaciones, transacciones “non sanctas” y realidades virtuales que no llevan a ninguna parte, mientras todos se sienten víctimas de situaciones supuestamente voraces y devastadoras, cuya razón de ser nace –dicen todos-, en “la culpa de los demás”.
Es parte de una larga historia que nos ha puesto a los argentinos bajo las sombras más oscuras, al tratar de escapar de una realidad que hoy nos dice con énfasis: “hasta aquí llegaron; de ahora en más deben reaccionar o se hundirán definitivamente en una disolución social irreversible”.
Algo de eso indica un hecho sobre el que nos advierten reiteradamente algunos economistas serios sobre el desarrollo: nuestro PBI (estadística que comprueba el progreso económico y social de cara al futuro), sigue siendo casi el mismo de hace veinte años; sin que esta comprobación haya conseguido erradicar aún ciertos vicios culturales, políticos y sociales que seguimos cultivando con una tozudez inexplicable.
Los más asustados al ver peligrar su futuro político (y ninguna otra cosa), hablan hoy de la “reconstrucción de la esperanza”, mientras contribuyen con sus cínicas paparruchas a extender el mal que nos aqueja.
A buen entendedor, pocas palabras.
Todo a la deriva porque esa el la intención. Mirar lo que hacen no lo que dicen. Ahora el gobierno n acional abre las escuelas el 18 de octubre para que voten los bolivianos para las elecciones bolivianas. No para los niños. Y APUESTO que van a hacer fraude. Eso es todo lo que quieren reforzar los países socialistas en América Latina. Y la arpía sólo piensa en su ombligo. Zafar ella y los hijos. Pero sin descuidar el poder, guarda. Son muy muy muy tramposos y mala gente. No se les puede confiar ni la calesita. Lo mandaron al muere a Raimundi, todavía tienen la sangre en el ojo por el tema de la elección del preidente del BID. Era una caja interesante para manejar. ellos que usan las cajas para extorsionar la miraban con cariño. La verdad, este gobierno es un desastre tras otro. Jamás he visto algo así.
En esta oportunidad la que está mas a la deriva es la CORPORACION POLITICA, junto con la CORPORACION JUDICIAL y no tanto la SOCIEDAD. Una sociedad a la deriva NO SE EXPRESA, queda muda y expectantes y eso no està ocurriendo. Con riesgo de pandemia, se dijo NO A A LA EXPROPIACION DE VICENTIN, NO A LA REFORMA JUDICIAL (por la oportunidad en la que se presenta el proyeco habiendo OTRAS urgencias) y NO A LA ARBITRARIEDAD PERSONALISTA EN FAVOR DE CRISTINA FERNANDEZ. No es casual que las encuestas muestren OTRA VEZ como en 2015 a la CORRUPCCION como una de las principales preocupaciones de la sociedad. Luego le sigue la SEGURIDAD y no es para menos, pues este es el ariete de caos con el que cuenta el gobierno para generar CONFRONTACION sumada su propia actitud zaina y artera, tal como lo sufren los gobernadores, intendentes y todos aquellos dirigentes o referentes de grupos de poder que pretendan desafiar al MODELO CRISTINISTA. Necesitan imponer para sus objetivos la logica AMIGO-ENEMIGO. Es la trampa en la que no hay que caer para evitar lo que dijera de manera brutal la abogada de Cristina Fernandez, Graciana Peñaflor, haciendo alusión a la decisión de la CSJ sobre las sesiones virtuales del Senado diciendo : "Si vamos a escribir la historia con sangre o con razones, porque la escribiremos igual". ¡Mas claro...echenle cloro! (acorde a los tiempos covid) . En esta oportunidad la CIUDADANIA...SABE LO QUE...¡NO QUIERE! y lo expresa con presencia masiva en las calles y en las redes y medios.