Estimado Pablo, no te conozco, pero me parecés un buen tipo. Te sigo desde siempre, como actor, claro. Y valoro tu calidad actoral. No sos Alfredo Alcón, pero tenés un gran talento en ese tópico.

No te cuestionaré que seas kirchnerista. Porque cada uno piensa y siente lo que se le viene en gana. Y de eso se trata la democracia. Unos prefieren ser macristas, otros duhaldistas, otros menemistas… y algunos otros kirchneristas. Cada uno a lo suyo.

En lo personal, estimado Pablo, no me identifica nadie. No creo en los políticos, de ningún partido o ideología. Porque todos me han estafado moralmente, en mayor o menor medida. Ninguno resolvió nunca nada de lo que prometió resolver y todos terminaron por empeorar la situación del país.

En tu caso, el problema no es que te gusten los Kirchner, sino que solés defenderlos en cuestiones que son indefendibles. Como hace un rato, cuando dijiste que “los Kirchner fueron exitosos en su vida profesional y pueden justificar su fortuna”.

Respecto de la primera afirmación, estimado Pablo, no puedo decirte nada, porque el éxito es subjetivo. Pero sí quiero refutar lo segundo, aquello de que pueden “justificar” su riqueza. Te contaré tres anécdotas al respecto, para intentar ilustrarte:

1-En 1993, Néstor Kirchner era gobernador de Santa Cruz y Domingo Cavallo le pagó cerca de 630 millones de dólares en concepto de regalías petroleras mal liquidadas. Ese dinero desapareció por completo años más tarde, sin explicación. A punto tal que la propia Cristina reconoció en 2012 que se “evaporaron”.

Te aclaro, estimado Pablo, que el dinero no se “evapora”, se gasta, o se pierde, o se roba. Pero jamás desaparece. En cualquiera de todos los casos posibles, es grave. Porque es dinero del Estado. O sea, de todos nosotros. Y los K no lo supieron cuidar (para ser lo más amable posible).

2-En 2012, Cristina estuvo invitada a la Universidad de Harvard. Allí, un alumno le preguntó cómo había logrado amasar semejante fortuna. Ella respondió que había obrado el milagro gracias a su profesión de “abogada exitosa”.

Si así fuera, estimado Pablo, ¿cómo es posible que no exista un solo escrito firmado por Cristina? ¿O alguien que reconozca que fue su abogada? ¿Sabías, por caso, que no aparece anotada en ningún colegio público de abogados del país, por lo cual no podría haber ejercido jamás como tal?

Entonces aparece el gran interrogante: si no hizo fortuna como abogada, ¿cómo lo hizo? Uno lo imagina, en forma de bolsos de José López, o maletines Ricardo Jaime, o transferencias de Lázaro Báez. Pero es solo imaginación.

3-Tal vez no lo sepas, estimado Pablo, pero en 2009 el entonces juez Norberto Oyarbide sobreseyó a Néstor y Cristina por enriquecimiento ilícito en medio de lo que fue un gran escándalo judicial.

No solo había evidencia que los comprometía —peritajes oficiales así lo confirmaron—, sino que el entonces magistrado llegó a aceptar como perito oficial al contador del matrimonio, Víctor Manzanares, algo que no existe en la historia de la justicia universal.

Años más tarde, el propio Manzanares reconocería que se había pagado 8 millones de dólares al juez para zafar a los Kirchner en ese expediente.

No es todo, estimado Pablo: el propio Oyarbide lo admitió años después, en 2018. Dijo que dos personeros K le "apretaron el cogote" para que "sacara las causas de los Kirchner" por enriquecimiento ilícito. Apuntó al exespía Antonio "Jaime" Stiuso y a Javier Fernández, miembro de la Auditoría General de la Nación, y sindicado como “operador judicial” en tiempos del kirchnerismo.

¿Qué más puedo agregar, estimado Pablo, para que no vuelvas a decir una barbaridad como la que dijiste? Creo que los tres ejemplos dados son más que suficientes.

Solo me resta comentarte que el patrimonio de Néstor y Cristina creció durante sus 8 primeros años de gobierno un 3.540%, a razón de 26 mil pesos por día. Ojo, a valores de lo que era ese dinero hace más de 10 años. Una enormidad.

¿Qué pensás ahora? ¿Creés realmente que pueden justificar su patrimonio los K?

Antes de contestarme, estimado Pablo, poné tu mano en el pecho. Justo en donde está ubicado tu corazón.

Te dejo un abrazo, con la mejor de las ondas...