Este domingo, propios y ajenos se sorprendieron por la muerte del ex senador radical Raúl Eduardo Baglini. Tenía 71 años y había sido internado cuatro veces durante 2020 tras mantener un delicado estado de salud.
Apenas conocida la noticia, referentes de la política de todo el país dieron a conocer su pesar, asegurando que el otrora legislador mendocino había sido una suerte de prócer nacional.
Esa pretensión está bien alejada de la realidad: Baglini fue un vivillo de la política, de la cual supo aprovechar sus calles y atajos.
Por caso, era titular de un estudio legal que asesoraba a grandes evasores y, al mismo tiempo, representaba a la Administración Federal de Ingresos Públicos en juicios contra… ¡grandes evasores!
Mucho antes supo ser uno de los principales arietes que Alfredo Yabrán supo utilizar en los años 80 y 90 en pos de avanzar en el armado de su propia mafia vernácula.
Es parte de lo que denunció el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, en el Congreso de la Nación el 23 de septiembre de 1995.
Allí, en pleno “Parlamento”, el otrora funcionario acusó a Baglini de haber “sido utilizado” por Yabrán para denunciar a Abel Cuchetti, extitular de Encotesa, hoy Correo Argentino.
“Don Alfredo” detestaba a este último porque solía desmantelar sus intenciones de mover droga en encomiendas de sus empresas postales, principalmente OCA y OCASA.
Cuchetti solía impulsar —y encabezar— precisos operativos que culminaban en el hallazgo de paquetes con drogas, principalmente cocaína y marihuana.
Por eso, Yabrán buscaba que se modificara la ley a efectos de que sus camiones postales solo pudieran ser requisados por orden judicial. Baglini fue un personaje central en esa trama.
En tal contexto, el hoy fallecido referente radical había hecho una denuncia penal ante la jueza María Romilda Servini contra Cuchetti por haber eliminado la tarifa de $14 a la correspondencia que venía del exterior, lo cual conspiraba contra las empresas de Yabrán.
Ello está debidamente contado en mi libro “La larga sombra de Yabrán” (Editorial Sudamericana, 1998), con detalles escabrosos. Vale la pena recordarlo, porque nadie más lo hará.
Ahora mismo, todos están endiosando a Baglini, porque, como dijo el gran Jim Morrison, “la muerte hace ángeles de todos nosotros”.
Estoy de acuerdo que la muerte no hace ángeles a ninguno pero, deberías tener un poco de sentido de la oportunidad, y deja al menos que el cadáver se enfríe. Además, todos cometemos errores y si no, que tiren la primera piedra.. La persona que ha muerto, fue un ser humano con errores y virtudes y lo menos que se le debe, es el respeto. Muy bueno el libro de La larga sombra de Yabrán, lo leí.
No podés hacer una nota sobre Baglini y olvidarte del teorema que lleva su nombre: "La combatividad del político es inversamente proporcional a su cercanía al poder".