Les dicen presos políticos, pero no los son. Elementos irrefutables lo demuestran: Amado Boudou y Milagro Sala, dos corruptos confirmados con todas las garantías que el derecho procesal y penal les ha brindado.
Uno en la causa Ciccone, la otra en la conocida como “Pibes Villeros” y la “megacuasa”. Uno por querer quedarse con la fábrica que imprime los billetes, pasaportes, entre otras cosas. La otra por quedarse con 700 millones de pesos que pertenecían al erario público.
Ambos enfrentan otros procesos, Boudou por enriquecimiento ilícito, Sala por un abanico de causas entre las que se encuentran la tentativa de privación ilegítima de la libertad, acampe, lesiones graves y agresiones.
Los dos son defendidos por el kirchnerismo, a pesar de que al principio de su mandato el presidente Alberto Fernández asegurara que no había presos políticos.
Los dos fueron condenados por las distintas instancias judiciales y ambos permanecen en prisión domiciliaria en viviendas de lujos, con todo lo que ello implica.
Ambos se declaran dirigentes nacionales y populares, defensores de los vulnerables, honestos, intachables, pero no lo son. Se insiste, se les garantizó todos los derechos que la justicia ostenta antes de dictar sentencia.
Milagro Sala recibe visitas. “Algunas veces lo vimos salir a Boudou en bicicleta, medio desarreglado, de entrecasa. Tiene una empleada doméstica que saca la basura todas las tardes. Pero nadie jamás diría que está preso”, cuenta un vecino del barrio Quinta Galli respecto del ex vicepresidente.
Pero insisten, son presos políticos, con todo lo que ello implica, rememorando cuando los políticos opositores realmente eran detenidos por su extracto partidario, nada más lejos de la realidad.
Son políticos presos, encargados de robarle al ciudadano común que aporta a la caja del Estado. Son estafadores, delincuentes, corruptos. Ello no dicho por un simple periodista, sino por los distintos jueces y fiscales que se encargaron de motorizar sus respectivas causas.
Todo lo demás, todo lo que digan desde el oficialismo, es pura fantasía.
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