No haré la típica introducción que suelo hacer sobre Our Ranch y las miles de estafas que cometió en Mendoza y en el país, sobre la base de un mecanismo que prometía ganancias descomunales a través de transferencias dinerarias que nunca llegaban.
Las denuncias están en la Justicia y cada vez suman más. Sin embargo, la que engañó a toda esa gente, Estefanía Terán, aún sigue libre (no por mucho más).
La mujer suele defenderse diciendo que Our Ranch no era ninguna estafa y que el sistema era espectacular, y la mar en coche.
Pero un tuit que escribí hace unos días la llevó a reconocer que sí se trataba de un timo. “Insisto en decirles que no metan dinero en A-HO, es una ESTAFA millonaria. Igual o peor que Our Ranch”, posteé en mi cuenta de Twitter esta semana.
Y ahí salió la propia Terán a admitir lo que solía negar: “Yo ya le metí mucha plata, es obvio que estas app duran un tiempo y chau, hay que saber cuando retirarse”.
Un tuitero al que no conozco, llamado Damian Sierra, salió a responderle lo obvio, también en Twitter: “O sea ud confirma que es una estafa, el tema es salir antes de que se caiga y que se joda el resto”.
Como suele decirse en el ámbito del derecho, “a confesión de parte, relevo de pruebas”.