Es tal el quilombo que vive a nivel político la Argentina, que el derrotero económico parece haber quedado en un segundo plano.
No solo refiere a las erráticas decisiones partidarias del Frente de Todos, sino también —sobre todo— los desaciertos de la oposición. Que parece haber despertado tempranamente su voracidad de poder de cara a 2023.
Una digresión al respecto: dicen que Horacio Rodríguez Larreta designaría en las próximas horas al kirchnerista Carlos "Chapa" Retegui como secretario de Deportes porteño, lugar que estaba destinado para Juan Nosiglia, el hijo del histórico "Coti". Léase: Larreta avanza en una “peronización” del PRO.
Como sea, todos los cortocircuitos que se observan en estas horas, que irán recrudeciendo al paso de los meses, deben analizarse con aquel prisma, y ningún otro. Todos quieren ser caciques y casi nadie admite ser indio.
Mientras ocurre ese enfrentamiento entre unos y otros, el país se va al tacho. Sin lograr resolver las cuestiones básicas de la economía, aquellas que impactan en el ciudadano de a pie, como la inflación, la pobreza y el desempleo.
Ello sin mencionar la cuestión del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que no parece tener viso alguno de solución. No al menos en lo inmediato.
“Lo que pide Argentina es disparatado: que no le hagan cumplir metas como la baja del déficit fiscal, que se suma al pedido de bajar la tasa de interés. Y por si fuera poco, pide el otorgamiento de más plazo, a pesar estar sobre excedidos. Eso es como ir y decirle al fondo ‘no quiero arreglar con vos’”, dijo a quien escribe estas líneas el economista Roberto Cachanosky, en una entrevista que publicó este domingo Agencia Noticias Argentinas.
La cuestión no es menor: si no se llega a un acuerdo, habrá un nuevo default, con todo lo que ello implica. No solo se cerrará el acceso al crédito internacional, sino que la Argentina quedará aislada completamente del mundo. Una vez más.
Ello profundizará aún más aquellos indicadores malditos que ya están complicados, como la pobreza, la indigencia y todo lo demás. Por eso es relevante que se llegue a un arreglo.
Pero, como bien dijo Cachanosky, el discurso del kirchnerismo apunta a todo lo contrario. Básicamente, son los deseos de la propia Cristina Kirchner. Actuando siempre como el escorpión, que pica y mata, aunque deba morir también en el mismo acto.
Fuera de lo estrictamente económico-financiero, la cuestión más relevante de la política en estas horas es aquella que refiere a la reunión en el Banco Provincia donde se filtró la desafortunada frase de la “Gestapo” contra los sindicalistas. Es una trama que complica al macrismo en general y a María Eugenia Vidal en particular.
No es casual que, luego de que trascendió aquel video, la exgobernadora bonaerense demorara cuatro días en salir a dar explicaciones. Tampoco fue casual que, del espacio de Juntos por el Cambio, solo el PRO saliera a respaldarla. La UCR acompañó hasta la puerta del cementerio, pero no quiso ingresar.
Por si fuera poco, Vidal no logró explicar los puntos centrales que desnudaron las imágenes de la “Gestapo”. La principal: ¿Qué hacían agentes de la AFI en ese encuentro? Zafó la exgobernadora solo porque fue entrevistada por periodistas de La Nación Más, que no estaban interesados en preguntarle demasiado. Ni complicarla.
No obstante, la peor noticia para la exgobernadora es que habría una veintena de nuevos videos. Que no serán tan explosivos como el ya conocido, pero regalarán nuevos dolores de cabeza. Como se sabe, el kirchenrismo es experto en eso de “dosificar” venganzas.
Otro que tendrá algún que otro malestar político —por decirlo de alguna manera— es Javier Milei. Es que una de sus principales colaboradoras en la provincia de Buenos Aires, Juliana Santillán, ha sido denunciada en la Justicia por “usurpación de títulos y honores”.
El denunciante, Enrique Rolando Cabrera, asegura que la mujer se presenta como abogada sin serlo: habría aprobado apenas 14 materias en la Universidad Atlántida Argentina de Mar del Plata. Sin embargo, en sus redes sociales, Santillán asegura ser “doctora en Derecho Penal y criminalista”.
¿Dirá algo Milei al respecto? ¿Respaldará a la mujer o le soltará la mano? Gente cercana al economista reconoció a Tribuna de Periodistas que ocurrirá lo segundo. Pero habrá que ver, porque en política las promesas siempre se ofrecen sobre el bidet, como diría Charly García.
Hablando de interrogantes imposibles, ¿qué pasó con la promesa de Marcelo Figueras, quien aseguró junto a Carla Vizzotti que haría 500 mil dosis semanales de "Sputnik Vida", la versión argenta de la vacuna rusa?
Por lo visto, nadie se lo estaría reclamando. Tal vez por un motivo central: Figueras es el dueño de Laboratorios Richmod, aquel que muchos presumen que en realidad pertenece a Cristina.
Ello explicaría muchas cosas. Demasiadas.
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