Finalmente, la Asamblea General de Interpol votó a favor de la emisión de las circulares para apresar a los ex integrantes del gobierno de Teherán y a un ciudadano libanés en el marco de su supuesta participación en el atentado a la AMIA el 18 de julio de 1994.
No es menor el hecho de que catorce naciones estuvieran en contra de hacerlo y 26 se abstuvieran debido a la falta de pruebas a la hora de justificar la medida. Obviamente, esos países han desconfiado por lo endeble de la acusación y no han cedido a la vergonzosa presión de Estados Unidos.
Una vez más se hace necesario recordar que no existe una sola prueba concreta para acusar a Irán y toda el señalamiento está basado en supuestos documentos secretos norteamericanos e israelíes.
El dato viene a colación de que Argentina sólo está bailando al compás del país del norte y el flaco favor que se le está haciendo a esa administración puede traer consecuencias terribles a nuestro país. Cuando el conflicto escale a niveles irreversible ¿Quién se hará cargo de las eventuales represalias iraníes contra Argentina?
Por otro lado, ¿cómo es posible que nadie exija conocer las supuestas pruebas contra Irán?
Yo te avisé
Cuando el presidente Néstor Kirchner asumió la primera magistratura, el 25 de mayo de 2003, uno de los temas que juró investigar de manera implacable, fue el del atentado a la AMIA. Había cierta coherencia en sus palabras, ya que su esposa había presidido, años antes, la "Comisión Bicameral Especial de Seguimiento de los Atentados a la Embajada de Israel y al Edificio de la AMIA". Incluso, desde ese lugar, la entonces senadora hizo enormes esfuerzos a efectos de que se investigara la verdadera línea que develara este tema: la "pista siria".
Años más tarde, algo raro sucedió, ya que todos los esfuerzos del matrimonio presidencial se volcaron a repetir la historia oficial de culpar al Estado de Irán, tal cual les fue impuesto por norteamericanos e israelíes a través de ciertos grupos de poder, especialmente la embajada de Estados Unidos y el Comité Judío Mundial.
No bien pudimos percibir semejante movida, desde este periódico enviamos dos cartas al Presidente de la Nación a efectos de prevenir lo que finalmente ocurriría años más tarde: un peligroso conflicto con Irán.
Entre otras cosas, dijimos el 9 de septiembre de 2003 (1):
"Le escribimos estas líneas debido a la enorme preocupación que nos produce –calculamos que al igual que a la mayoría de los conciudadanos- la probabilidad de tener un conflicto diplomático con Irán a raíz de la detención del embajador iraní Hadi Soleimanpour por su supuesta participación en el atentado a la AMIA.
Sr. Presidente, acusar a dicho país –Irán- por el atentado perpetrado el 18 de julio de 1994, sea quizás el gesto más osado y menos inteligente que se haya visto en los últimos años. Y es que al señalar a dicho país le estamos haciendo el juego a intereses non sanctos que confluyen en el fin último de poder sacar de cuajo a un país que les es molesto en sus negocios oscuros como es el tráfico de armas y de estupefacientes.
Sr. Presidente, no queremos subestimarlo al enviarle esta misiva, pero necesitamos hacerle saber cuál es la verdadera línea de lo ocurrido esa fatídica mañana de 1994 y que apunta a una pista que nunca fue investigada en profundidad. Una pista que lleva indefectiblemente a otro país: Siria. Un país al que nadie se atreve a mencionar siquiera".
En el texto enviado al primer mandatario fueron mencionados algunos de los indicios que llevaban a la verdad del atentado a la AMIA y ofrecimos abundante evidencia -desinteresada, dicho sea de paso- para incorporar a la causa judicial. Esas pruebas las entregamos en mano meses más tarde, junto a mi colega Fernando Paolella.
Mucho más que indicios
Aunque hoy en día parece profética la carta enviada a Casa de Gobierno -por lo que se está viviendo respecto a Irán-, no lo es en absoluto. Todo lo que sucede y que nosotros pudimos percibir años antes, era fácilmente predecible y evitable. Sólo bastaba con no permitir que intereses ajenos al esclarecimiento real del atentado a la AMIA se entrometieran en una cuestión soberana de nuestro país.
Como se mencionó al principio de esta nota, las únicas pruebas existentes contra Irán están basadas en documentos secretos norteamericanos e israelíes, justamente dos de las potencias que están buscando desde hace tiempo una excusa para invadir ese país. Los primeros por la enorme reserva de petróleo que posee; los segundos, por una cuestión de enfrentamiento "personal y armamentístico" (2).
En ese marco, el Gobierno argentino le "hace el juego" a esos intereses, no sólo involucrándonos en un peligroso enfrentamiento con Irán, sino desviando la realidad de la investigación del magnicidio ocurrido en 1994. La verdad de lo ocurrido allí fue sugerido en las cartas enviadas a Kirchner. En una de sus partes, comentamos que "se construyó toda una 'historia oficial' que empezó a apuntar sus cañones al país que finalmente sería el chivo expiatorio: Irán. Y es que la Traffic que supuestamente estalló frente a la puerta de la AMIA, según los genios de la inteligencia local, estaba conducida por un suicida iraní.
A partir de allí, el juez Galeano, algunos ‘servis’ de inteligencia y muchos funcionarios locales se ensañaron contra Irán sin tener prueba alguna.
Antes de continuar, Sr. Presidente, le aclaramos que no tenemos ninguna simpatía por Irán, país muy poco democrático que flamea la bandera del terrorismo como bastión de su idiosincracia.
Luego de eso, le comentamos algunas de las principales pistas que apuntan a Siria en el atentado a la AMIA:
1-Al momento de la explosión de la Embajada de Israel, estaba presente en Buenos Aires el traficante Monzer Al Kassar, ministro sin cartera de los intereses de Siria y primo lejano de Carlos Menem, dato muy bien oculto por los servicios de inteligencia locales y extranjeros.
2-Gracias a un llamado anónimo, el mismo día del atentado a la AMIA, se intentó detener a tres ciudadanos sirios: El matrimonio conformado por Narman Al Henawi y Mohamed Al-Alem, nacidos en Damasco y residentes en Argentina; y Ghassan Al-Zein, quien se presentó como sobrino del presidente de Siria, Haffez el Assad. Lo más llamativo fue que Al-Zein denunció como domicilio Florida 938, sede de la marroquinería Namir y propiedad de la familia Yoma.
Finalmente nunca se llego a detener a los nombrados. Una orden “superior” hizo que los dejaran en paz y, un día después, el trío sirio desapareció.
3-Poco antes de la explosión, un camión conducido por Alberto López, estacionó frente al edifico de la AMIA dejando un volquete de la empresa Santa Rita, propiedad de Nassif Haddad, de origen sirio-libanés.
En el transcurso de la investigación se descubrió, gracias a la hoja de ruta que López tenía en su poder, que a pesar de que primero figuraba la AMIA como lugar a donde depositar el volquete, partió hacia un supuesto baldío ubicado en la calle Constitución 2655-57. Enfrente del mismo, se encuentra la vivienda de Jacinto Kanoore Edul.
Lo interesante de todo esto es que Edul y Tfeli conocían –y mucho- a Al Kassar. En los teléfonos del primero, se registraron varias llamadas a Siria y a España, así como a Telleldín, el dueño de la supuesta Traffic-Bomba.
4-La empresa encargada de la limpieza de la AMIA pertenecía al desaparecido Alfredo Yabrán, de inocultable raigambre siria y amigo personal del ex presidente Menem. En su momento, el ex ministro Domingo Cavallo confesó que en un viaje a Siria, el presidente de dicho país le pidió puntualmente a su par argentino –Menem- que velara por dos personas: Al Kassar y Yabrán. Muy sugestivo".
Estos datos, que tienen sustento material de gran relevancia, jamás fueron tenidos en cuenta por el Gobierno argentino.
Concluyendo
La participación "formal" de Irán en el atentado a la AMIA se forzó a partir de un documento de Inteligencia surgido en el propio seno de la SIDE en épocas del impresentable Miguel Angel Toma como jefe de dicho organismo y de la mano del oscuro "espía" Antonio Jaime Stiusso.
El informe “secreto” es tan poco serio que lista entre los iraníes que "ejecutaron el atentado" a personas que fallecieron hace más de 30 años, jóvenes que tenían sólo 20 años y chicos de entre cuatro y seis años.
Un botón de muestra: en aquel momento Mehsen Massud y Helale Yurie –nombrados en el informe- llevaban más de 30 años muertos; Osman Massud también había fallecido, Dajal Massud tenía 15 años; y Emiliano, Matías y Santiago Samid hace pocos años alcanzaron la mayoría de edad.
El dato, que fue oportunamente revelado por Tribuna de Periodistas, obligó a la Justicia a “depurar” el listado de los acusados y reducirlo drásticamente a menos de diez personas, en un vergonzoso hecho que nos dejó al borde del ridículo nacional.
Como si eso no hubiera sido suficientemente deshonroso, el presidente Néstor Kirchner ha puesto la frutilla del postre en el marco de su discurso en la ONU el 25 de septiembre pasado, al acusar al Estado de Irán de no colaborar en el atentado a la AMIA. Fue lamentable el papel representado por el mandatario, haciendo de “Chirolita” de otras potencias que no se animan siquiera a sugerir lo mismo que "obligan" a denunciar a nuestro país. Un verdadero despropósito.
Vale recordar que aún permanece en pie el desafío que este periodista hizo al fiscal Alberto Nisman a efectos de que presentara una sola prueba que demuestre la culpabilidad de Irán en el atentado a la AMIA, lo cual jamás ha hecho (Apenas sí admitió ante este periodista que la acusación estaba basada en documentos secretos de la CIA y el Mossad que él jamás pudo ver).
Las pruebas que involucran a los verdaderos culpables de este tema fueron puestas a disposición pública hace años por periodistas de este medio. Antes habían sido ofrecidas puntualmente a las autoridades de la AMIA, a los grupos de familiares de víctimas de la masacre y al Gobierno, pero ninguno se interesó.
Es obvio que las presiones tienen mucho que ver con el mencionado desinterés. En ese marco, es triste ver cómo todos prefieren culpar a Irán a pedido de los grupos de poder de siempre y quedar expuestos a exponernos a un eventual conflicto en el que no deberíamos tener participación alguna.
Christian Sanz
(1) Ver https://periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=240
(2) No es menor el dato de que, mientras a Israel y otros países alineados a Estados Unidos se les permite tener tecnología nuclear, Irán está completamente vedado.