Finalmente, Alberto Fernández cayó en la cuenta, recién ahora, en los últimos días. La salida de Martín Guzmán y los encuentros con Cristina Kirchner y Sergio Massa fueron virtuales sopapos que le hicieron entender que se encuentra más solo que nunca.
Los que lo frecuentan aseguran que ello le provocó una incipiente depresión, que intenta ahogar con el alcohol y otras cuestiones menos decorosas. Las consecuencias pudieron verse en las últimas horas, en pleno discurso por el 9 de Julio en Tucumán, donde debió leer todo un discurso, sin chances para la improvisación. Y así y todo le costó hacerlo.
En las tertulias con Cristina y Massa, el jefe de Estado se anotició de que la única manera de llegar al fin de su mandato sería cediendo a puntuales espacios de poder, que el kirchnerismo duro apetece.
A cambio, habrá “humo blanco”. Se acabarán los ataques de la vicepresidenta y su séquito, que venían erosionando su poder. Ya no pedirán más cambios de ministros ni mucho menos, le dijeron. Habrá, si, algunos enroques en el gabinete en los días venideros, pero serán cambios menores, casi cosméticos. Para ordenar la tropa.
A cambio, Alberto deberá convertirse en un presidente casi decorativo, con nulas funciones en lo ejecutivo, limitado a cuestiones protocolares, que incluyen puntuales viajes al exterior.
Para que no suene tan duro, al mandatario le explicaron que su labor será semejante a la de los presidentes de Europa, cuya figura es “decorativa”. Allí gravita fuerte el cargo de “primer ministro”, aquel que tanto anhela Massa. No casualmente.
En ese marco, sorprende la operación que comandó esta semana La Cámpora desde Estados Unidos, asegurando que Alberto estaba a punto de renunciar a su cargo de presidente. ¿Fue un mensaje? ¿Un apriete? Imposible saberlo.
En otro orden de cosas, crece la preocupación en el ámbito judicial por la revelación de Tribuna de Periodistas sobre el robo de declaraciones juradas de 25 jueces en el Consejo de la Magistratura, entre los cuales aparece el magistrado Federal Ariel Lijo.
El presidente de la Corte, Horacio Rosatti, -a la sazón, titular de la Magistratura- es el más preocupado de todos, no solo porque la oficina donde ocurrió el hecho es una de las dos que dependen directamente de él, sino también porque sospecha que se trata de una movida política que busca matar dos pájaros de un tiro.
Por un lado, voltear a una funcionaria de su confianza, a cargo de aquella dependencia; por el otro, “carpetear” a puntuales magistrados que instruyen causas judiciales sensibles al poder político de turno.
En ese sentido, todas las miradas se dirigen al kirchnerismo. Básicamente, porque los jueces a los cuales les han birlado sus declaraciones patrimoniales deben decidir en expedientes que complican a Cristina.
“Es un nuevo atropello a la independencia del Poder Judicial. Una situación como la planteada afecta a la sociedad toda, puesto que genera estupor que se ingrese a la sede del consejo, a los fines de obtener dicha información, siendo que algunos de ellos intervienen en causas de relevancia para la Nación”, sostuvo esta semana la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional a través de un elocuente comunicado.
No tranquiliza saber que quien investiga lo ocurrido es el juez Daniel Rafecas, siempre proclive a aliviar las complicaciones del kirchnerismo. Está claro que el expediente terminará en la nada misma.
Hablando de kirchnerismo de paladar negro, La Cámpora busca en estas horas hacerse con un millonario negocio, vinculado a la venta de arena a las empresas petroleras para realizar fracking en la zona de Vaca Muerta.
El más interesado es Máximo Kirchner, quien ha puesto el ojo en la firma canadiense NRG, la cual está a cargo de ese redituable trabajo y ya invirtió 100 millones de dólares para instalarse en aquel terruño.
El apriete le llegó a esa misma empresa hace algunos días, a través de la Gendarmería y la AFIP: ambos organismos sorprendieron a los capitostes de NRG con un sorpresivo allanamiento en la planta procesadora, ubicada en el norte de Allen.
La firma jura que el operativo en las instalaciones estuvo ceñido solo “al tema importaciones”, para despejar todo tipo de suspicacias. Lo que desconocen es que avanza la sustanciación de un explosivo expediente en la justicia Federal que complicará su trabajo. Es el vehículo perfecto para sacarlos del medio y quedarse con su negocio.
Así funciona La Cámpora, cual barril sin fondo, que siempre quiere más y más y jamás se satisface. Por caso, pocos saben que desde esa agrupación han monopolizado el negocio de la importación de teléfonos Iphone desde Miami. Los compran a dólar oficial y los venden a nivel local a dólar “blue”. No hace falta mencionar que la ganancia es de más del 100%.
Otro que aprovecha los curros que regala su cercanía con el kirchnerismo es Héctor Recalde, quien obró el milagro de hacer ingresar a la planta del Estado a 11 familiares, una de ellas es su propia hija, Margarita Alejandra, de 31 años, a quien logró hacer nombrar directora de Desarrollo Territorial, terruño de La Cámpora. Con el respectivo sueldazo.
Finalmente, tres nuevos escándalos están por estallar en la TV Pública. El primero de ellos es por el contrato de Alvaro Rufiner como guionista de un programa llamado “Los 60 son el futuro”, que va a ser conducido por Nacha Guevara. 8 guiones por $1.600.000 + IVA.
El segundo escándalo tiene que ver con el contrato de Liliana Escliar para que presente un proyecto de ficción por $220.000. Aparece allí la sombra de la portavoz Gabriela Cerutti.
Finalmente, el quilombo más jugoso, que refiere al contrato del Oso Producciones SRL para hacer “La liga de la ciencia”. En ese expediente se ven contratos desde el año 2018, firmados por Aldo Fernandez Sanchez, socio gerente de esa productora. A partir del gobierno actual, le aumentaron el valor del capítulo de $265.200 a $465.025 y pasaron de firmar contratos por 13 programas a firmarlos por 38 programas. Lo más lindo es que el otro socio gerente de El oso producciones es Claudio Martínez, el mismo que es director de la TVP.
Habrá más detalles al respecto durante la semana que comienza, siempre exclusivas de TDP.
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