"Soy Carolina, quería comentarles mi situación. en la cual en diciembre de 2022 cometí un grave error. Le metí una denuncia a mi ex pareja, porque le encontré un par de mensajes con otra mujer en el cual decido separarme, me volví a vivir con mi mamá y mi papá. Ellos me obligan a poner denuncias de violencia de género, porque tienen un conocido en la parte del área de la mujer de Maipú”.
Así arranca el video que puede verse al pie, que es elocuente per se. Allí una mujer corporiza aquello que viene denunciando Tribuna de Periodistas en completa soledad.
Refiere al fenómeno de las falsas denuncias, una verdadera pandemia, de la cual nadie parece dispuesto a hablar. Es un gran negocio para reputados funcionarios de la Justicia y un dolor de cabeza para las familias de los afectados.
“Yo fui asesorada por la parte del área de la mujer, el Polo Judicial. Hice una denuncia. Después a él le dieron una pulsera, volví un día con él”, sigue relatando Carolina. Dejando expuesta la maquinaria perversa que involucra a uno de los principales poderes del Estado.
“Hice otra denuncia falsa, en la cual dije que él había abusado de mí cuando eso era mentira. Me volvieron a citar al Polo Judicial. Nunca me mandaron al Cuerpo Médico Forense. Yo quería comentar mi situación y no me dejaban, me decían que estaba amenazada por él, y no era así”, relata con congoja la mujer.
Y avanza: “En diciembre fui a hacer una presentación porque estaba cometiendo el error de tener una persona presa sin motivos. No me la tomaron la declaración. Puse que no quería seguir con la denuncia, y la fiscal me dijo que tenía que seguir porque le podía pasar a otras mujeres”.
Finalmente, Carolina denota cómo la afecta la situación, de la cual no puede escapar. Ni tampoco la ayudan a salir: “No puedo seguir con denuncias así, porque me estoy enfermando yo, y nadie me quiere escuchar”.
Valga el testimonio de marras para graficar la perversidad de un sistema que, no sólo ha corrompido los cimientos de la Justicia mendocina, sino también de otros distritos del país. Mucho más que un botón de muestra.