"La inteligencia es limitada, pero la idiotez no tiene límites”. La frase suele ser atribuida a Albert Einstein, pero ello es de imposible comprobación. No obstante, es un dogma irrefutable. Funciona como reloj suizo.
Como botón de muestra basta mencionar lo ocurrido en torno de la muerte de Osvaldo Rofrano, respecto de la cual puntuales periodistas persisten en quedarse en la pequeñísima discusión sobre cómo fue su muerte.
¿Fue asesinado? ¿Se suicidó? Es relevante, desde ya, pero más aún lo es el hecho de profundizar sus dichos, que involucran tres tópicos que, cuando se cruzan, no deparan nada bueno: política, narcotráfico y lavado de dinero.
Rofrano aportó nombres, fechas y circunstancias bien precisas. Se trata de personajes de alta gravitación. Tanto a nivel nacional como a nivel provincial. Y ahora es turno de la Justicia averiguar si ello es real o sólo parte de la fabulación mental de un hombre desesperado.
Ciertamente, no pareciera, porque nadie jamás lo ha refutado en redes sociales. Y supo denunciar aprietes puntuales, apuntando a Guillermo Moreno como uno de los que lo apretó hace años. Luego, subió la apuesta y acusó al tucumano Juan Manzur. Algo de razón tenía: efectivamente, el ex gobernador de Tucumán posee vínculos concretos y tangibles con el mundo de los estupefacientes.
Luego, habrá que ver cómo esos negocios abrevarían en Mendoza. Quiénes serían sus facilitadores y quiénes los cómplices. Hay mucho por investigar.
El periodismo debería estar haciendo su parte: machacar sobre las denuncias que hizo Rofrano en sus redes sociales. Si es posible, chequearlos también. Pero no quedarse en la “nimiedad” de su muerte.
Ello es hacerle el juego al poder, que busca apurar las conclusiones de un posible suicidio y barrer bajo la alfombra sus denuncias de corrupción.
Algunas colegas se han prendido al juego de hacerlo, jamás de manera gratuita. Oficiando, no como hombres de prensa, sino como voceros de aquellos poderosos. A la cabeza de estos aparece Ricardo Montacuto, quien ha hecho del periodismo un rentable negocio.
A través de un extenso hilo de Twitter, determinó que el empresario se quitó la vida. Así, sin más. Aún cuando restan infinidad de peritajes y se desconocen los resultados concluyentes de la necropsia.
Respecto de las denuncias que venía haciendo Rofrano, las desmereció, tratándolas de infundadas. Más aún, trató al empresario de “denunciador habitual que no ratificaba lo que decía”. Ello, amén de hacerle el juego al poder, es falso, porque está demostrado que la Justicia desistió de tomarle la pertinente presentación. Curioso que Montacuto, quien suele dársela de tipo informado, lo desconociera.
O no, porque es su juego. Es el mismo que sabe oficiar de “sicario” del poder de turno. No importa si es peronista o radical. Juega para el que mejor le pague. El caso de Daniel Orozco y Janina Ortíz es un claro ejemplo. Jamás dijo nada sobre la corrupción en Las Heras —este cronista fue el único en hacerlo— sino hasta que estos se convirtieron en enemigos de Alfredo Cornejo. Más que periodista, un real operador.
Por eso no sorprende su actitud en torno a la muerte de Rofrano, que ha conmocionado a un país entero. Basta ver las redes sociales, donde miles y miles de personas persisten en pedir Justicia. De hecho, mañana martes habrá una marcha en Mendoza, que ya puede anticiparse que será masiva.
Más aún: colegas de grandes medios, como Jonatan Viale y Guadalupe Vázquez, entrevistaron a quien escribe estas líneas desde Buenos Aires, impactados por lo sucedido. Ergo, ¿cómo puede alguien minimizar lo sucedido, si no es por un interés puntual, acaso con un trasfondo pecuniario?
La mitad de las denuncias que hizo Rofrano están documentadas y probadas. Las demás, ameritan investigarse. Pero nadie lo hará, como no lo hizo antes. Porque, como ya se dijo, los “grandes” medios le dieron la espalda a ese pobre tipo cuando intentó contar lo que tenía para contar.
Sólo este periodista le abrió las puertas, no porque creyera en lo que tenía que decir, sino porque jamás debe dejar de escucharse a una fuente, cualquiera que fuere. Después se verá si lo que dice es real o no.
Pero en Mendoza no existe el periodismo. Sólo algunos pocos colegas que hacen un gran esfuerzo para sortear la censura que les imponen sus jefes, siempre afectos a hacer negocios al calor del poder de turno. A veces tienen suerte, pero la mayoría no. El caso Rofrano es la prueba más cabal de ello.
Cuales son los Periodistas que realmente observan, ven algo para luego investigar. No solamente éste caso de la Muerte de OSVALDO ROFRANO. Alguno hizo referencia a lo mostrado, salvo lo que hoy mencionan algunos Medios de Comunicación, desde Francia . que TOMY ETANGUET Presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos 2024 pidió disculpas por THOMAS JOLLY Director artístico que por defender la diversidad de género por ser Gay, creó escenas al filo de la Pedofilia . Puso a hombres con coulottes diminutos que no contenían los genitales, junto a niños a bailar, Independientemente de los rollos creados con la Comunidad Católica por escenas de la Última Cena. Y estamos 24 x 24 con el tema LOAN únicamente.