El día que entrevisté a Sebastián Forza, a fines de mayo de 2008, me aseguró que lo amenazaban de muerte. "Buscá entre los que financiaron la campaña de Cristina Kirchner, aparecieron en una solicitada de diario Clarín. Allí están los responsables de las amenazas contra mi persona", me confesó.
A la hora de buscar los aportantes de la mencionada campaña, me sorprendí sobremanera al percibir que había no menos de una docena de laboratorios medicinales y similar cantidad de personajes "fantasma". Es decir, personas que jamás podrían haber aportado siquiera un céntimo de acuerdo a su propia situación patrimonial.
Los laboratorios que aparecen son: Multipharma (donó $310.000), Bristol Park SA ($310.000), Iter Medicina ($310.000), Droguería Urbana ($310.000), Global Pharmacy ($310.000), Audifarm ($100.000), Medic Técnica Santa Bárbara ($50.000), Framaline SA ($77.500), Seacamp (esta era la compañía de Forza, $200.000), Droguería La Plata ($50.000), Droguería Unifarm ($100.000) y All Medicine ($160.000), entre otras.
Parte de la clave para entender el triple crimen está en una droguería llamada Biopharma, en la cual se desempeña de manera informal Ibar Pérez Corradi, a la sazón contacto de Sebastián Forza en la compra y exportación de precursores químicos. Biopharma posee un domicilio en Pilar —cerca del domicilio de Forza— y otro en España, muy útil para a la hora de exportar sustancias ilícitas al viejo continente. A su vez, se ha demostrado que la firma ha operado en diversas oportunidades con algunas de las empresas mencionadas como aportantes a la campaña kirchnerista.
Respecto a Forza, se ha comentado en este mismo medio que Pérez Corradi había comenzado una serie de contactos con él a efectos de comprar grandes cantidades de efedrina en su carácter de representante de cárteles de droga mexicanos.
El dinero le fue adelantado a Forza, pero la efedrina nunca llegó a destino. Leopoldo Bina, otro de los asesinados, habría sido el involuntario responsable.
Aduana y efedrina
El 20 de abril de 2008, un cargamento de 77 kilos de efedrina fue secuestrado cuando iba a ser exportado a México. La maniobra fue desbaratada merced a sendos operativos encabezados por la Dirección Nacional de Aduanas y realizados en el Aeropuerto de Ezeiza y en un barrio céntrico de la ciudad de Buenos Aires.
Según fuentes de la investigación de la muerte de Forza y sus socios, se trató de una operación encabezada por Leopoldo Bina, gracias a los contactos familiares que posee en la Aduana. Es dable recordar que en una entrevista reproducida por diario Clarín el día 14 de agosto próximo pasado, los Bina admitieron que "parte de su familia trabaja en la Aduana", confirmando el dato aportado anteriormente por este medio.
La no-salida de esa efedrina habría sido entonces la causa del triple asesinato. Pero la clave hay que buscarla algunas semanas antes, cuando Bina, Ferrón y Forza se encontraron —en estricto secreto— en una confitería llamada Tucson con dos pintorescos personajes: uno es el mencionado Pérez Corradi, el otro un mexicano al que conocieron en esa ocasión como "Rodri". Otro de los concurrentes ha sido José Luis Salerno, otrora socio de Ferrón en el rubro medicamentos, quien luego de observar el tópico de la reunión se excusó y salió por el mismo lugar por el que había ingresado (1).
Volvamos a Tucson: no casualmente la confitería se encuentra dentro del shopping Unicenter, en cuyo estacionamiento fueron masacrados el 24 de julio pasado dos narcos colombianos y un tercero —Jiménez Jaramillo— fue capturado.
Este último habría mantenido al menos una comunicación con Forza.
El intermediario
La primera vez que Solange Bellone —viuda de Forza— habló con los investigadores de la causa, hablo de Perez Corradi como la persona que venía amenazando a su marido desde hacía meses. Lo hizo en el más estricto secreto. Tal cual se mencionó más arriba, este último sería —según la DEA— el nexo entre carteles mexicanos dedicados a la elaboración de drogas químicas y el tráfico ilegal de efedrina.
Debido a las incesantes amenazas, Forza había denunciado a Pérez Corradi ante la comisaría 3a hace varios meses. "Por entonces ya hacía mas de medio año que las autoridades argentinas habían recibido un informe de las oficinas de la agencia antidrogas norteamericana relacionando a Pérez Corradi con el tráfico de efedrina. 'Fue por un problema comercial, un problema con clientes', le explicaría Solange a los investigadores el fin de semana del 9 y 10 de agosto cuando le preguntaron qué era exactamente lo que había enfrentado a su marido con Pérez Corradi", asegura diario Clarín en el día de la fecha.
De acuerdo a lo publicado por Tribuna de periodistas el día 14 de agosto pasado, "Solange, única que realmente conoce todo el entramado ya mismo está evaluando pedir protección judicial y contar todo lo que sabe. Parte de la trama ya fue confesada por ella a la justicia, donde habló off the record de mafia de laboratorios medicinales, negociados millonarios y drogas sintéticas." (3)
Aunque la Justicia investiga los dichos de Solange, también ha puesto la lupa sobre otros testimonios que hablan de Forza y Pérez Corradi como eventuales proveedores de efedrina a una banda de narcos mexicanos detenida en Ingeniero Maschwitz el 18 de julio pasado.
Un dato más: en las últimas horas se ha visto una especie de disputa entre los investigadores por imponer la pista de los cárteles mexicanos por sobre los colombianos y viceversa. Es dable mencionar en ese sentido que una cosa no excluye a la otra, esencialmente por dos motivos:
1-Si las víctimas eran proveedores de precursores químicos, podían haber tenido tanto relación con los mexicanos de Maschwitz como con los colombianos fusilados en el estacionamiento de Unicenter. Aparte de la elaboración de meta-anfetaminas, la efedrina también es usada para "cortar" la cocaína, droga en la que se suelen especializar los carteles colombianos.
2-Mexicanos y colombianos trabajan mancomunadamente, especialmente luego de la llegada de Álvaro Uribe a la presidencia de Colombia, lo cual ha provocado la desintegración de los grandes cárteles de la droga.
Concluyendo
Cuanto más pasan las horas, más parece alejarse la verdad. Aunque los investigadores intentan avanzar en líneas concretas de trabajo, hay mucha evidencia que se ha perdido por la inacción judicial inicial. A eso se suma la presión de ciertos grupos de poder vinculados a la política, que no permitirán que se llegue a desentrañar una de las mayores incógnitas del tema: la "conexión local".
No es casual a ese respecto el silencio oficial ni los comentarios del ministro de Justicia, Aníbal Fernández, acerca de que no se trató de un "crimen mafioso", en contraposición a lo dicho por todos los especialistas.
A ese respecto, hay preguntas que deberán ser respondidas más temprano que tarde, si es que se quiere llegar a la verdad:
-¿Es cierto que Sebastián Forza era "testigo protegido" de la policía? Si es así, ¿por qué se tardó tanto en empezar a actuar cuando se supo sobre su desaparición?
-¿Contará todo lo que sabe Solange Bellone, su viuda?
-¿Qué papel juega en todo esto el ex senador —y multimillonario— Horacio Román, más que cercano al ex policía José Luis Salerno?
-¿Hay otros "elaboradores" de efedrina vinculados a las bandas de narcos?
-¿Por qué el kirchnerismo permitió que laboratorios investigados por fraude y otros delitos financiaran la campaña electoral de 2007?
-Hablando justamente de esto, ¿por qué el dueño de Multipharma, Carlos Torres —uno de los mayores aportantes individuales— dio dinero bajo el apellido "Torresin"? ¿Para qué ocultó su identidad?
Son preguntas que aún no han encontrado respuesta.
Christian Sanz
(1) Salerno es hoy uno de los testigos más importantes de la causa judicial. El terror que ha demostrado en sus pocas intervenciones públicas es generador de múltiples sospechas.
(2) Fue este periodista el que mencionó el nombre de Perez Corradi públicamente por primera vez en el programa periodístico de Samuel Chiche Gelblung de Canal 26.
(3) Ver https://periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=4231