Como era previsible, el temor del kirchnerismo en torno a las últimas novedades respecto a la investigación del triple crimen de General Rodríguez, ha llevado a una puja en la Justicia para que la causa judicial pase a la provincia de Buenos Aires, más especialmente al juzgado del kirchnerista —e ímprobo— juez Federal de Zárate-Campana, Federico Faggionato Márquez.
Casi al mismo tiempo en el que se descubrió que el asesinado Sebastián Forza tenía profusos contactos telefónicos con Claudio Uberti —anticipado en exclusiva por este medio—, apareció "sorpresivamente" —gracias al oficioso magistrado— la "pista" de Manuel Poggi, funcionario de General Rodríguez vinculado al tráfico de precursores químicos y estupefacientes.
Acto seguido, cobró enorme protagonismo mediático y judicial el nombrado Faggionato Márquez, otrora reacio a dar entrevistas periodísticas.
¿Cómo el periodismo puede ser tan ingenuo de creer en una pista de investigación que hasta ahora no había aparecido en la causa judicial y que —convenientemente para el kirchnerismo— se coló "por la ventana"?
¿Es casual que esta causa la esté disputando el oscuro Faggionato Márquez, a punto de tener que dar explicaciones ante el kirchnerista Consejo de la Magistratura por una docena de eventuales ilícitos referidos a su desempeño profesional?
Juez y parte
El nombre de Federico Faggionato Márquez no es uno de los más elogiados a la hora de caminar por las calles de Campana. El magistrado carga con pedidos de juicio político por presunto pedido de coima, connivencia y protección a narcotraficantes y contrabandistas. Por caso, es el mismo juez que le hizo un gran favor al gobierno al hacerse cargo de la investigación sobre el sospechoso inicio de la quema de pastizales en el norte bonaerense y la zona del Delta del Paraná.
Según agencia Nova, sobre Faggionato Márquez pesan "cinco pedidos de juicio político que comprometen su cargo y libertad. Entre los más graves, están la denuncia de la petrolera ESSO por un presunto pedido de coima de un millón de dólares y la posible liberación de un narco en Campana a cambio de dinero".
Faggionato Márquez llegó a juez en el año 2001, está separado y tiene dos hijos. Con anterioridad vivió muchos años en la Capital Federal, donde se vinculó al poder político que posibilitó su designación, con sólo 36 años, como titular del Juzgado Federal. Adinerado, vive en el lujoso country Los Cardales, conduce un automóvil importado y un aeroplano. “Enriquecimiento ilícito” es otra de las imputaciones que recaen sobre él.
"Bajo la lupa del Consejo de la Magistratura, el presunto pedido de coima a la petrolera implicó la atención del ex presidente Néstor Kirchner, a raíz de quejas formuladas por ejecutivos de la empresa en el extranjero vía diplomática, a través de la Cancillería.
Federico Faggionato Márquez acusó a la ESSO por contrabando de petróleo por 30 millones de dólares. Fue en el 2003, procesó a despachantes y a ingenieros de la compañía. La causa luego quedó en la nada, pero surgió la denuncia de un presunto e inicial pedido de coima.
Tanto en este caso, como en otros, el joven juez federal negó siempre las acusaciones apelando a la liviandad e inconsistencia de las denuncias", asegura Nova.
Otra de las imputaciones que le hicieron —según diario Perfil—, fue la de “no actuar eficientemente frente al accionar de narcotraficantes que actúan en la zona (de Zárate). Esto remite a la operación ‘Carbón Blanco’, un enorme envío de cocaína escondido en bolsas de carbón vegetal que partió en 2005 (de la localidad) de Las Palmas hacia España, donde fue descubierto”.
En las últimas semanas, Faggionato Márquez volvió a la primera plana de los medios por estar a cargo de la causa 8.357 que investiga el inicio de los primeros focos de fuego que taparon de humo a gran parte del territorio bonaerense y la Capital Federal.
En ese marco, el polémico juez federal fue quien ordenó la captura del empresario Antonio Pazzaglia, vinculado al intendente de Baradero Aldo Carossi, quien se mantuvo prófugo hasta la semana pasada beneficiado por un fallo de la Cámara Federal que revocó la decisión de Faggionato.
Este es el juez que hoy quiere quedarse con la investigación por el triple crimen de General Rodríguez. Un magistrado demasiado permeable a las indicaciones oficiales y sumamente sospechado —justamente— de tener connivencia con el narcotráfico.
Concluyendo
Los temores oficiales por lo que pueda trascender públicamente respecto a los aportes a la campaña de Cristina Kirchner son sintomáticos. Nunca ha sido más inoportuna una muerte como lo fue la de Sebastián Forza y sus "socios", dejando al descubierto una docena de ilícitos que salpican a importantes funcionarios del kirchnerismo.
Como se anticipó hace varios días, desde el gobierno se hará lo imposible por lograr desviar esta investigación. De lo contrario, se debería enfrentar un escándalo de enorme ribetes, relacionados a los fondos que financiaron, no sólo la campaña oficial de octubre de 2007, sino también las de 2003 y 2005.
Tal vez esto explique por qué cada vez se habla menos de la mafia de los medicamentos y más de los precursores químicos, cuando ambos temas son parte de la misma trama.
El escándalo recién empieza y promete ir in crescendo, especialmente luego de que los venezolanos detenidos en Estados Unidos empiecen a declarar judicialmente a partir del martes 2 de septiembre. Allí darán cuenta del verdadero origen del dinero que ingresó en media docena de valijas oficiales.
Mal que le pese al oficialismo, también hablarán de su destino: el apoyo a la campaña electoral de Cristina Kirchner.