¿Qué dirá Aníbal Fernández ahora? ¿Insistirá en decir que no conoce a Martín Lanatta, hoy principal acusado por el Triple Crimen de Gral. Rodríguez?
En las últimas horas, diario Clarín publicó la confesión judicial de Lanatta respecto a sus contactos con el kirchnerismo. Según consigna el matutino, “confesó a la Justicia que es amigo de Alejandro Giancristóforo, dirigente de la corriente peronista que lidera el jefe de Gabinete y ex hombre de confianza del director del RENAR, Andrés Meiszner”.
Agrega Clarín: “Giancristóforo fue desplazado del RENAR luego de 3 años de contrato cuando estalló el caso. Es hijo del fallecido dirigente del PJ de Quilmes Sebastián Giancristóforo, quien se hacía llamar Cacho Rey. El amigo de Lanatta había sido nombrado como personal contratado en Migraciones en enero del 2006 a través de un decreto del entonces presidente Néstor Kirchner refrendado e impulsado por Aníbal Fernández”. Exactamente lo mismo fue publicado por este medio en octubre de 2008.
Es más, oportunamente, cuando Lanatta fue detenido en el marco de la investigación del triple crimen, Tribuna de periodistas anticipó que Aníbal Fernández debía comenzar a temblar por lo que este pudiera decir a la Justicia.
“Sólo Lanatta sabe todos los secretos de lo acaecido y esto provoca un gran temor en el seno del kirchnerismo, ya que su cercanía con ciertos funcionarios de primera y segunda línea del gobierno, es algo que ya no puede ocultarse”, aseguró este cronista en esa oportunidad.
El hombre señalado
Lanatta, CUIT 20-23787091-4, nacido el 02/09/1973, ha sido, hasta hace muy poco, una suerte de funcionario inorgánico del Registro Nacional de Armas (RENAR) –amén de instructor de tiro-, dependencia presidida por Andrés Meiszner, hijo del secretario Ejecutivo de la AFA José Luis ídem, relacionado estrechamente al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. A su vez, Lanatta trabajó a las órdenes de este último cuando se encontraba al frente del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires en el año 2001. ¿Casualidad?
En el marco de ese cargo informal, ha gestionado cuatro permisos de portación de armas al fallecido Sebastián Forza, a pesar de que este último poseía diversas denuncias referidas a temas vinculados a la salud pública y escándalos similares.
A esta altura, hay una pregunta que cae de madura, ¿por qué nadie ha llamado a declarar aún a Andrés Meiszner?
Zona liberada
El 7 de agosto de 2008, Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, fueron citados a una promisoria reunión en el supermercado Wal Mart de Sarandí. La persona que requirió su presencia fue el referido Martín Lanatta, pero nunca estuvo allí, lo cual hace presumir a los investigadores acerca de la posibilidad de que se hubiera liberado la zona para cometer el triple asesinato.
Desde el Wal Mart, los tres jóvenes se habrían dirigido a una supuesta reunión en una vivienda ubicada en la calle Videla 631 de la localidad de Quilmes –requisada hace unas horas-, donde habrían sido ultimados y luego llevados en un camión frigorífico -¿de La Serenísima?- hasta la localidad de Gral. Rodríguez, donde a su vez se plantó una falsa “escena de crimen” con la complicidad de lo más granado de la política de esa zona de la provincia.
Surgen aquí nuevas preguntas: ¿quién tiene el poder suficiente como para lograr liberar la zona de Quilmes con tanta eficiencia? ¿cuál es el nombre del reputado funcionario que maneja con mano férrea esa zona del conurbano bonaerense?
La respuesta es sumamente sencilla. Es el mismo funcionario que presionó a la Justicia en este año y medio para que no avanzara hasta donde debía llegar.
Es el mismo que llevó la investigación para el lado de la efedrina.
Es el mismo que hoy tiembla pensando cómo puede incriminarlo el detenido Martín Lanatta en esta trama maldita.
Es, en definitiva, el ministro más sospechado del gabinete kirchnerista.
¿Hace falta mencionar su nombre?