Si algo le faltaba a la novela de verano titulada Redrado-gate, es una denuncia por "malversación de caudales públicos en concurso con enriquecimiento ilícito" contra Martín Redrado, especialmente por la contratación de funciones de títeres y talleres de actuación actoral.
La denuncia fue presentada hace unos minutos y recayó por sorteo en el juzgado federal número
Lo interesante es que todo el escrito se basa en una nota vergonzosa publicada el pasado domingo por Horacio Verbitsky sobre la base de un informe elaborado por miembros del directorio de la entidad monetaria estatal.
Y ahí viene lo inédito de la denuncia: entre los gastos rendidos por Redrado sin aval por los restantes directores se incluyeron desembolsos de 150 mil pesos por funciones de títeres, de 40 mil por un taller de actuación actoral y de otros 16.600 por dos talleres de yoga, entre otros rubros.
¿Cuánto habrá cobrado Verbitsky para montar semejante operación? ¿Le habrán pagado más o menos que cuando publicó que Francisco de Narváez era narcotraficante?
Y una última pregunta: ¿vale la pena arrojar el prestigio de tantos años a los perros?
Ana Grillo