Luego del faltazo del día de ayer por parte de Carlos Menem a la sesión del Senado de
"Está claro que Menem tiene un acuerdo con el Gobierno" para no dar quórum a la oposición, disparó el presidente del bloque de senadores radicales, Gerardo Morales. Algo similar insinuó el puntano Adolfo Rodríguez Saá: “Hasta hoy a último momento sus secretarios decían que sí iba a asistir. Ahora el que debe explicar por qué no viene es Menem".
Las cartas han sido echadas y la palabra ahora la tiene el ex Presidente. Sin embargo, jamás dirá qué le ha ocurrido para que su opinión cambie tan repentinamente. Es parte de una historia que no puede ni debe trascender públicamente y que este periódico reconstruyó durante toda la tarde de ayer y parte de la mañana de hoy, gracias a cuatro fuentes de información: tres del riñón del oficialismo —una de ellas, un importante secretario de la jefatura de Gabinete de Ministros— y la restante un familiar del propio Menem.
El principio fue el verbo
Las ausencias de Menem al Senado, han dejado herida de muerte a la oposición. Por caso, cuando faltó a principios de marzo —argumentando problemas de salud—, tiró por la borda todo intento de derogar el decreto por los DNU por parte de la oposición.
Tanto en ese momento como ahora, el operador necesario para que ello ocurriera ha sido el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, de estrecha cercanía con Menem. No casualmente, es el único funcionario del kirchnerismo que, no sólo jamás ha hablado mal del riojano, sino que lo ha llegado a adular públicamente.
“La estrategia siempre es esperar hasta último momento: si los Kirchner ven que no se llega al quórum aunque esté Menem, ni lo llaman, pero cuando pasa lo que pasó ayer, que esperaban que (Luis) Juez no diera quórum y lo hizo, aparece Aníbal llamando”, admitió una de las fuentes consultadas, no casualmente cercana al jefe de Gabinete.
Lo ocurrido ayer refrenda esta versión, ya que no sólo fuentes cercanas al menemismo habían admitido temprano a este medio que Menem daría quórum, sino que el riojano incluso llegó al Congreso Nacional. Fue a último momento que decidió no bajar al recinto del Senado.
Hay otro dato sintomático del eventual acuerdo entre kirchnerismo y menemismo: la elocuente tranquilidad que ostenta el oficialismo cada vez que está a punto de sesionar el Senado.
Lo cierto es que la repentina ausencia de Menem, debió ser compensada con algunas promesas oficiales. Dos causa judiciales preocupaban al ex mandatario y el kirchnerismo operó rápidamente para desactivarlas. La primera de ellas tiene que ver con el contrabando de armas a Ecuador y Croacia, expediente que fue elevado a juicio oral y en el cual Menem ha sido procesado hace unos años. El segundo, involucra a su ex cuñado, Emir Yoma, quien maneja gran parte de la fortuna del ex Presidente y sobre quien, hasta ayer, pesaba una denuncia por enriquecimiento ilícito.
Una rápida y oportuna gestión oficial, provocó que
Lo interesante y paradójico del caso es que hace unos meses
Cosas vederes….
Concluyendo
Oportunamente, el periodista Juan Gasparini denunció los detalles de una suerte de “pacto”, existente entre Menem y Néstor Kirchner respecto a las cuentas que ambos poseen en Suiza.
“Se trata de un acuerdo de no agresión y expresa una actitud funcional de Kirchner a preservar la impunidad de Menem, una forma de consolidar su propia impunidad, en un país cuya banca albergó los famosos 520 millones de dólares de los fondos de Santa Cruz, nunca rendidos en su cabal transparencia. Kirchner decidió no apelar la decisión de la justicia de Ginebra de no entregar las cuentas de Menem a la justicia argentina”, aseguró oportunamente Gasparini sobre ese tema.
Para aquellos que pudieran conservar alguna duda sobre la funcionalidad entre uno y otro ex mandatario, baste observar la postal del día de ayer. Finalmente… una imagen vale más que mil palabras.
Christian Sanz