Unos de los protagonistas de la saga de los “chicos malos de la Casa Rosada”, Daniel Álvarez, parece haber leído bastante bien el manual K y ahora sigue la marcha de su padre ideológico (Néstor Kirchner) y con el aval de su padrino político (Rudy Olloa), para inmiscuirse en el terreno de la candidatura a intendente de Río Gallegos. Y fue justamente en el festejo del cumpleaños del millonario chofer de los Kirchner donde se aventuró la primicia. Al día siguiente el investigado secretario, repartía huevos de pascua por Río Gallegos como parte de la campaña. Pero ya por el 2007, Álvarez abría la Unidad Básica “Sumate”, en Río Gallegos, con indudables intenciones de ser candidato a la intendencia de ese lugar.
Julio Daniel Álvarez, más conocido como “Danielito” por Néstor Kirchner, comenzó a desempeñarse cerca del matrimonio a principios de los 90. Cuando asumió como secretario en 2003, Álvarez tenía un patrimonio de $5.860. Pero según su última declaración jurada, sus bienes ascienden a $298.406. Su renuncia acompañó a la del secretario Fabián Gutiérrez mientras la justicia lo investigaba por enriquecimiento ilícito a mediados de febrero de este año, sumándose a una renuncia en masa de secretarios presidenciales investigados por el mismo delito. Fabián Gutiérrez, Isidro Bounine, Daniel Muñoz y el mismo Daniel Álvarez, quedaron al descubierto por el incremento cuantioso de su patrimonio, en paralelo a sus desempeños en la Casa Rosada. A esta investigación se le podrían sumar otros delitos como lavado de dinero, tráfico de influencias, asociación ilícita y violación de los deberes de funcionario público, además de encubrimiento por quienes hicieron la vista gorda mientras que los bolsillos de los secretarios aumentaban considerablemente su tamaño.
El ahora ex asesor tiene dos terrenos en El Calafate, uno de ellos valuado en un millón de dólares.
¿A este “joven militante” se habrá referido Néstor cuando se animó a presagiar la permanencia del kirchnerismo hasta el 2020?
Alexis Montefiore