Cuando el pasado 16 de abril, el juez Claudio Bonadío ordenó detener a Roberto Larosa por haber ingresado, supuestamente de manera ilegal, a la oficina 411 del Ministerio de Economía, pocos sospecharon las implicancias que esto traería, especialmente a nivel político. Es que, todos los indicios parecen revelar que el economista revistaba para conocidas consultoras de
El allanamiento sufrido por Larosa el pasado 21 de abril, donde se secuestraron cinco computadoras, documentos de diversa índole sobre economía y finanzas y gran cantidad de facturas que entregaba por los servicios que prestaba como experto en cuentas públicas, llevó a que en el día de ayer
A raíz de ello, Bonadío analiza la información colectada en esas consultoras para saber si había documentos “secretos” que pudieran comprometer a los “usuarios” de dicho material. En ese caso, el juez podría citar a declarar a aquellos a los que Larosa les vendía información. Un dato: el juez habría hecho intervenir los correos electrónicos del economista y de sus clientes para ver qué información se habría intercambiado a través de los mails de unos y otros.
En el mismo sentido, el magistrado intenta esclarecer tres tópicos que pueden dar o quitar relevancia al escándalo de marras:
1-¿Quién o quiénes han sido los cómplices que Larosa tenía dentro del Ministerio de Economía para poder operar como lo hacía?
2-¿Sabían aquellos que contrataban sus servicios de dónde provenía la información que ese suministraba?
3-¿Es cierto que el economista tuvo un contrato laboral con la actual administración K?
Respecto a este último punto, el 15 de agosto de 2007 el economista fue incorporado a la secretaría de Asuntos Financieros del Fondo Permanente de Capacitación y Recalificación Laboral, dependiente de
Este medio intentó hablar con Lozano sobre la cuestión, pero el diputado se excusó asegurando que no hablará por el momento sobre Larosa. “Todo lo que tenía que decir, lo he dicho”, aseguró el legislador.
El nombre de Larosa
Roberto Antonio Larosa es economista, tiene 53 años y nació el 31 de agosto de 1956. Con CUIT 23-11994721-9, es monotributista en la categoría “E”, bajo el rubro “Servicios de asesoramiento, dirección y gestión empresarial NCP”.
Si bien los medios aseguran que se domicilia en Av. Rivadavia 4939, la realidad indica que en ese mismo edificio el economista, no sólo vive, sino que suele alquilar diversas oficinas a efectos de recibir a algunos de sus clientes. Al mismo tiempo, ostenta un contrato con
Aunque no tiene propiedades a su nombre, sí posee abultadas cuentas en cuatro bancos: De
Larosa es experto en cuestiones presupuestarias y cuentas públicas. Trabajó para la provincia de Buenos Aires, fue consultor de
Aparte de estar relacionado al diputado de Proyecto Sur Claudio Lozano, el economista también presta funciones en el Instituto de Estudios y Formación de
Según revela diario Perfil, “Larosa escribió un libro que fue editado en 1993 por
Los medios y el tratamiento del caso Larosa
Una cuestión interesante sobre Larosa es la que está relacionada al tratamiento mediático de su accionar. Los diarios conservadores —especialmente aquellos que son críticos de la gestión oficial— hacen una suerte de defensa de su persona, mientras que medios denominados “progresistas” lo atacan ferozmente.
Por caso, el diario El Cronista Comercial, a la hora de hablar de Larosa puso el foco sobre la victimización de las consultoras allanadas al asegurar que “Consultoras críticas temen que Economía use el caso Larosa para desarticularlas”. En el mismo artículo se habla de que al economista “le hicieron una cama”.
Por su parte, diario Página/12 se centra en golpear a aquellos que contrataban los servicios del cuestionado funcionario: “Los consultores económicos identificados en el expediente se caracterizan por haber pasado los últimos años –los gobiernos kirchneristas– anunciando catástrofes económicas y apocalipsis financieras, desde el dólar a 7 pesos hasta la parálisis productiva, que por lo pronto no se concretaron”.
El mismo diario, toma posición sobre el tema al asegurar que Larosa “no estaba allí por accidente ni casualidad, ni porque alguien le hubiera tendido una trampa”.
Lo interesante del asunto es que aún cuando no hay información concluyente del tema, la guerra mediática ha comenzado y promete seguir escalando a niveles aún insospechados.
Concluyendo
Mientras
¿Intenta Larosa de alguna manera presionar para que
Imposible saberlo por ahora, aunque sí puede anticiparse que
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