El gobierno nacional, con la complicidad ingenua de las autoridades eclesiásticas, logró minimizar la embestida de la oposición en el Congreso nacional, dispuesta a avanzar en la reforma de una serie de temas sensibles para la administración de Cristina Fernández.
La desafortunada frase del cardenal Jorge Bergoglio acerca de que el proyecto favorable al matrimonio homosexual es "la pretensión destructiva al plan de Dios", no hizo más que alimentar la confrontación con el gobierno, al mejor estilo K.
Así,
Mientras, Cristina Fernández desde China observó sonriente cómo la oposición cayó nuevamente en la trampa de ver relegado su protagonismo. E incluso, la mandataria se permitió llevar a dos legisladores que se oponían al proyecto en favor de la comunidad homosexual. Atrás quedaron las diferencias diplomáticas con China por las trabas a las importaciones y la venta de aceite de soja. El viaje presidencial quedó relegado, afortunadamente para Balcarce
Antes de que el debate por este proyecto ocupara la mayor parte de la cobertura mediática, el antikirchnerismo había conseguido en otras cuestiones, un impulso reformista en el Congreso Nacional que inquietó al oficialismo.
La normalización del Indec, la reforma del Consejo de
De hecho, funcionarios de
Pero, al menos por unos días, ese nubarrón que parecía alojarse sobre
Walter Schmidt
DyN