No ha pasado desapercibida la creciente desaparición en los medios de comunicación del ingrato Juan Carlos Blumberg. Ahora, tras el bochornoso comentario que realizara sobre el asesinado Sebastián Bordón, el padre de Axel ha vuelto de la mano de un nuevo traspié.
Esta vez, y de manera inentendible, contrató como su nuevo abogado al Dr. Roberto Durrieu, un personaje tristemente célebre por haber sido secretario de Justicia de Jorge Rafael Videla y por ser apologista de la más increíble intolerancia contra los “piqueteros” y homosexuales.
Para algunas personas no es nada sorprendente la nueva “adquisición legal” de Blumberg, sólo sería parte de su personalidad fascista e intolerante, que trata de mantener oculta.
Pero, para otros, sólo se trata de un nuevo –y salvable- traspié, producto de la torpeza involuntaria de un padre que está desesperado por encontrar justicia.
¿Quién es Durrieu?
Roberto Durrieu, el nuevo letrado de Blumberg, es presidente del ignoto Colegio de Abogados de Buenos Aires, -ojo, no confundir con el Colegio Público de Abogados de Buenos Aires- y se ha hecho tristemente célebre por haber sido subsecretario de justicia del dictador Jorge Rafael Videla.
Si bien es usual ver sus columnas de opinión en Diario La Nación, donde clama para que se castigue con igual dureza "a los que violan, asesinan o cortan rutas", el dislate más grande lo ha efectuado al intentar publicar en varios diarios -junto a otros tantos intolerantes-, una solicitada de “reconocimiento y solidaridad” para con Videla por su “desempeño en la represión de la subversión”.
Dicho apoyo, que estaba previsto para ser publicado el día 25 de mayo de 1987, fue frenado ante el peligro de la posible comisión del delito previsto y penado por el art. 213 del Código Penal: “Apología del delito”.
Años más tarde, Durrieu saltaría a la fama al apoyar, a través de la institución que preside, el no pago del impuesto a las Ganancias sobre sus ingresos por parte de los jueces de la Nación. En un texto que le envió al presidente de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional -Miguel Angel Caminos-, el oscuro abogado aseguró que "no resulta jurídico ni moralmente admisible que se pretenda modificar la situación de quienes ingresaron al Poder Judicial bajo determinadas reglas que excluían el pago".
Pero la cara más intolerante de Durrieu pudo verse en una misiva en la que el letrado exigió al Gobierno Nacional que resolviera “el problema de los cortes de ruta”. El comunicado sostiene que "con motivo de los continuos cortes de rutas e interrupción del libre tránsito agravados ahora con amenazas públicas vertidas por diversos sectores de la población autodenominados 'grupos piqueteros' de incrementar dichos cortes si no les satisfacen sus requerimientos, no podemos dejar de recordar a las autoridades y a tales grupos la norma constitucional que claramente prescribe que el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes y autoridades constitucionales, y que toda reunión de personas que se atribuya los derechos del pueblo y peticionen en nombre de éste comete delito de sedición”.
No hace falta recordar que tanto la Constitución Nacional como algunos de los Pactos Internacionales suscriptos por nuestro país, puntualizan sobre el derecho de todo ser humano que habite este suelo a tener las necesidades básicas satisfechas.
Por otro lado, si bien es cierto que la Carta Magna dice que “el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes”, también puntualiza que los habitantes "tienen derecho a peticionar a las autoridades…", además del “derecho a un trabajo digno” expresado en el art. 14 bis, casualmente uno de los motivos de reclamo de los "sediciosos".
Asimismo, la Constitución afirma que "todos sus habitantes son iguales ante la ley", algo que Durrieu olvida al pedir sanción sólo hacia quienes cometen supuesto delito de sedición y no contra quienes cometieron crímenes de lesa humanidad.
Finalmente
No parece casual que Juan Carlos Blumberg haya elegido a Durrieu como su nuevo abogado. No, por lo menos, a sabiendas de su raro silencio a la hora de culpar a la policía por la muerte de su hijo y sus recientes exabruptos contra quienes él no ve como iguales.
Tal vez sería bueno des-idealizar la figura de un hombre que quizás nunca quiso ser héroe. Un hombre con demasiadas miserias como para ser puesto como ejemplo de vida.
Muchos desconocen que Blumberg fue titular de la empresa Textil Castelar, donde tenía a sus trabajadores “en negro”, y a cuyas familias explotó con los ínfimos sueldos que pagaba. Actualmente trabaja en Textil Enod -se cree que es uno de sus dueños-, una empresa que ha sido beneficiada por un decreto de la sospechada “promoción industrial” en La Rioja (Resolución General Nº 4305, B.O. 12/3/97) y que posteriormente presentó una dudosa quiebra.
Obviamente lo antedicho no tiene nada que ver con la brutal muerte de su hijo ni debe desvirtuar esa pelea. Pero es bueno saber de quién hablamos cuando Blumberg destila este tipo de conductas intolerantes.
Ya lo dijo, oportunamente, Antonio Gramsci: “Esencialmente, un fascista es un liberal asustado".