El Periodismo es, por sencilla definición, el oficio de buscar y ofrecer noticias e información para que la sociedad esté enterada de lo que ocurre a su alrededor. Como se ve, no hay demasiada dificultad para entenderlo.
Nuestro trabajo consiste justamente en eso. Tratamos de llevar al conocimiento público todos los temas que nos parecen importantes y que –obviamente- podemos probar.
Sin embargo, esto que parece tan sencillo, tiene sus dificultades. Y no son pocas.
Desde que comenzamos a trabajar desde Tribuna de Periodistas hemos sufrido aprietes de todo tipo: desde mails y llamados amenazantes hasta conductas coercitivas por parte de ciertos personajes innombrables, pasando por intentos de comprar nuestro silencio.
A la cabeza de esos personeros se encuentra el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien suele ofrecernos pauta del Estado a cambio de no criticar más al kirchnerismo (Lo hizo en dos oportunidades en los últimos meses).
Realmente nos parece oportuno hablar de ello, ya que hay personas que aún creen –puerilmente- que el gobierno de Néstor Kirchner es sumamente abierto a las criticas periodísticas.
¿Qué nos cuestiona el gobierno? Que seamos tan críticos en medio de una evidente campaña mediática que intenta mostrar que la situación del país pasa por su mejor momento.
Lo interesante es que, a pesar de nuestros señalamientos específicos, nunca nos desmienten ni intentan mostrarnos la otra cara de lo que nosotros reflejamos. No, por lo menos, desde el Gobierno...
Premios y castigos
Es sabido que el gobierno de Kirchner, a través de su jefe de Gabinete, maneja un perverso sistema de premios y castigos con el periodismo, que se regula a través de la tan anhelada publicidad oficial.
¿Cómo es el sistema? Hay una lista de “periodistas amigos” que reciben una o varias pautas publicitarias del Gobierno a cambio de mantener un discurso que no sea demasiado critico hacia el kirchnerismo. Si uno observa los principales medios de comunicación del país verá que hay una creciente cantidad de anuncios oficiales, que es inversamente proporcional a las criticas de sus periodistas contra el gobierno.
Uno de los pocos medios que permanece impermeable a esa virtual presión, es la revista Noticias, que se ha animado a denunciar, entre otras cosas, los oscuros fondos que financiaron la campaña de Kirchner y sus vínculos con la sospechada firma Conarpesa.
En el extremo opuesto vemos a los principales diarios (Clarín, La Nación y Página/12), los canales de TV (todos los de aire y algunos de cable), las revistas más conocidas (Debate, TXT, Veintitrés, Poder, etc) y las radios más importantes (Radio10, Mitre, Continental, Radio Uno, Del Plata, etc).
Lo curioso es que, algo que antes era bastante inusual, se ha vuelto totalmente habitual y cotidiano.
Propaganda sí, propuestas no
El gobierno de Kirchner viene privilegiando su propia campaña mediática -y exagerando sus logros- por sobre el hecho de trabajar activamente en políticas concretas de gobierno.
Recordemos que no existe aún un plan económico puntual por parte del kirchnerismo y algunas de las predicciones a futuro de sus economistas han fallado por cuestiones de política internacional. Tampoco hay una definición en cuestiones tributarias ni en materia de seguridad.
Asimismo, no son pocas las contradicciones que se han manifestado a través del discurso de Kirchner desde que asumió hasta estos días: el tema de la deuda externa y los acreedores, los contratos públicos, la relación con las empresas privatizadas, el aumento de tarifas, el salvataje monetario a los bancos, etc.
Alguno podría decir que lo antedicho no representa gran cosa frente a la enorme cantidad de logros que el gobierno efectúa a diario. Es probable. Pero, así y todo, nos parece importante señalar esas (y otras) contradicciones, toda y cada una de las veces que sucedan, ese es nuestro trabajo.
Todo lo que el Gobierno hace bien, forma parte de sus obligaciones. El periodismo debe marcar las falencias, de lo contrario se transforma en propagandista del mandatario de turno.
Es importante recordar esto último a varios de nuestros colegas, ya que parecen haber olvidado leer últimamente sus propios manuales de estilo.
Concluyendo
Sabemos que el mero hecho de trabajar en periodismo nos pone en un lugar muy riesgoso, ya que uno muchas veces destapa ollas que esconden verdaderas bombas. Pero eso no da derecho a los intolerantes de siempre para que operen con la impunidad que lo hacen.
"Yo te puedo hacer mierda", suele decir Alberto Fernández a los que no aceptamos la presión K. Ello ejemplifica todo.
Es inaudito. Da bronca. Pero, sobre todo, recuerda épocas oscuras de la historia que uno creía haber superado.
Está muy claro Christian. Los que seguimos TP lo tenemos claro. Saludos
Gracias, Christian, los ciudadanos necesitamos periodistas valientes y honestos como vos, porque son nuestra voz.