En la noche del jueves no hubo habitante de
La oposición no daba crédito a sus oídos y la conmoción se extendía a sus ámbitos. El golpe que Néstor Kirchner le propinó a Daniel Scioli, reclamándole en público que "diga quién le ata las manos" para combatir la inseguridad, provocó en "la política" un efecto similar al de un sismo.
Y la consecuencia de los terremotos es bien conocida: genera inmediatas solidaridades con las víctimas.
El impacto negativo de la reprimenda de Kirchner al gobernador se sintió ya en el mismo acto de
Los comentarios posteriores en ese mismo lugar, que al día siguiente serían retomados en incontables conversaciones telefónicas, mostrarían a la dirigencia alineada con
Esas críticas al "jefe", sin embargo, se lanzaron bajo la consigna de la reserva y nunca saldrán de allí. Quienes sí se explayaron en público fueron los referentes de la oposición, básicamente —aún mechando sus conocidas y duras posturas críticas de la gestión de Scioli en materia de seguridad— para repudiar el mandoble del ex presidente al gobernador.
La excepción a esa reacción espontánea de solidaridad con Scioli se dio en círculos ultrakirchneristas, donde el episodio de
Kirchner pronunció el discurso de la furia mientras los equipos de Amado Boudou y de los funcionarios nacionales y legisladores que lo habían invitado a
Y la "noticia" del golpe de Kirchner a Scioli generó en ese ámbito una euforia que nadie se ocupó de disimular.
Las causas
De cara al futuro, de cualquier modo, la primera clave refiere al pasado. ¿Por qué arremetió Kirchner en público contra su dirigente más leal y con el tema más caliente y complejo de la gestión provincial?
La embestida pública sorprendió a propios y extraños. Pero Scioli tenía indicios de que la frase de las "manos atadas" había inquietado a los Kirchner.
El primer alerta lo recibió cuando, apenas trascendió en boca de Juan Buzali, el esposo de Carolina Píparo, la embarazada baleada en una salidera, lo llamó el jefe de Gabinete nacional, Aníbal Fernández, para preguntarle qué había "querido decir".
Sin embargo, la sospecha de que hubiera podido referirse al gobierno nacional —se especula con una presunta alusión a la insuficiencia de los recursos que recibe
Luego de que Buzali contara que Scioli le había dicho que tenía "las manos atadas" hubo algunas horas de silencio en
Pero al segundo día el propio Scioli enfocó críticamente a
Y habló también de "los que meten cizaña" para "hacer pelear a
¿Esas explicaciones públicas de Scioli no alcanzaron o Kirchner no le creyó? Un día antes del acto de
Lo cierto es que sobre otras eventuales razones de la embestida no hay más que múltiples especulaciones sin certificar, que van desde la "falta de apoyo público" de Scioli a la batalla de los Kirchner contra Clarín y Papel Prensa —en el discurso de la furia Kirchner instó a todo el oficialismo a "no dejar sola a
Herida
La segunda clave pasa por las secuelas eventuales en la relación entre los gobiernos nacional y provincial y en el plano político-electoral entre Kirchner y Scioli.
En
Los alivian, con todo, las señales —vía Aníbal Fernández— interpretativas del discurso, "aclarando" que el ex presidente "no le apuntó" al gobernador sino a
Marisa Álvarez
NA
Daniel Scioli tiene las manos atadas en varios sentidos, sabe que no pude combatir la inseguridad con todos los recursos que provee ya que este es un tema que va desde la educacion hasta el trafico de armas y drogas, impunidad judicial etc.... Tambien tiene las manos atadas en sentido tal que no puede desvincularse totalmente de ninguno de sus padres politicas, de otra manera no hubiese podido llegar a la vicepresidencia y menos a la gobernacion. En fin creo que la frase "tengo las manos atadas" no tiene que ver con las trabas que le impone el kirchnerismo.
Lo que debería hacer Scioli es poner las cartas sobre la mesa y decir de una buena vez la verdad sibre el tema de la inseguridad, seria un gesto patriótico aunque le cueste la muerte política. De ese modo sería recordado como un valiente y no como lo que parece ser: un cagón. Saludos.
La imagen que tengo del gobernador es la de un tipo al que parecen no hacer mella las balas que le tiran de todos lados. Hombre que surgió con el menemismo, se acomodó al duhaldismo y ahora hombre K. Da la sensación que sus convicciones son lo menos importante en su historia. Tal vez su acomodamiento político tiene mas que ver con mantener el puestito (que algnas ventajas le ha traído) que con principios éticos y morales inquebrantables. Y la sensación última es que su paciencia ghandiana tiene mas que ver con intereses personales que con compromisos con su patria.