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Ebullición y movimientos en el tablero de poder

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PELANDO POR LA SUPERVIVENCIA K
PELANDO POR LA SUPERVIVENCIA K

Uno de los mayores temores de Néstor Kirchner es que la sociedad argentina lo perciba como un dirigente débil.

 

No es de ahora, a propósito del incidente arterial del último fin de semana. Viene de antes, de cuando en 2003 llegó a la presidencia con el 22,3% de los votos y lo sobrevolaba el fantasma de ser considerado un "Chirolita" de Eduardo Duhalde.

Hay que buscar en esa obsesión el motivo por el cual, contrariando la lógica médica, en la noche del martes se hizo presente en el porteño Luna Park para participar del acto de la Juventud Peronista.

En esa lógica del fortalecimiento permanente, hay que reconocerle a Kirchner una capacidad notable para adueñarse de la iniciativa política en los últimos siete años.

Aún cuando en el medio sufrió una derrota electoral que, de haber tenido agazapado del otro lado a un animal político de sus mismos quilates, podría haber significado el inicio del fin de su proyecto. Contrariamente, hoy el kirchnerismo aparece como muy decidido a pelear su supervivencia.

Daniel Scioli, que por su cargo debería ser la segunda figura política más importante del país, acaba de ser ungido como una víctima de aquella compulsión de Kirchner por mostrarse como el dueño de la pelota.

Hablamos del violento gag en el que el ex presidente le reclamó al gobernador que dijera por qué tenía "las manos atadas" frente al tema inseguridad. El incidente fue un cimbronazo político y actuó como una suerte de resaltador del considerado costado más negativo de Kirchner.

 

Efecto no deseado

 

Ese humillante reto al que Scioli fue sometido en un escenario repleto de dirigentes del justicialismo, produjo un efecto no deseado en la Casa Rosada. Que se tradujo en la solidaridad de la legión de intendentes bonaerenses que deben convivir a diario con el sciolismo, por un lado, y en el catalizador de cierto descontento que se venía incubando en buena parte de la dirigencia peronista de la Provincia, por el otro.

Si hasta el jefe de la Secretaría de Inteligencia, el pingüino Héctor Icazuriaga, apenas terminó Kirchner de lanzar su mandoble contra Scioli le dijo a su ocasional acompañante en el palco de invitados: "No es el momento ni el lugar para decir esto".

Justo ese día, un grupo de jefes comunales que no pueden definirse como ciegos amantes del kirchnerismo puro, se juntaron en el distrito de Malvinas Argentinas.

La lista de presentes arroja que estuvieron: Sergio Massa (Tigre); Pablo Bruera (La Plata); Sandro Guzmán (Escobar); Jesús Cariglino (Malvinas); José Eseverri (Olavarría); Luis Acuña (Hurlingham); Joaquín de la Torre (San Miguel); Gilberto Alegre (General Villegas). También algunos diputados provinciales.

Hubo allí, en efecto, solidaridad con Scioli, a quien le reconocen lealtad al Gobierno nacional. Y la decisión de tratar de mantener al grupo unido, evitando que tengan éxito los seguros operativos de cooptación por parte del kirchnerismo que están al caer.

Trascendió que se planteó -aún cuando algunos, como Guzmán, aparecieron como muy contemplativos con la Rosada- mucha resistencia a que sea Kirchner el candidato presidencial del proyecto oficialista en 2011.

Eso tiene que ver con lo que, en cada uno de los distritos allí representados, dicen las encuestas sobre el nivel de aceptación de Kirchner. Es bajo, aseguran las fuentes.

Ese “grupete” rebelde, que está tentado de reflotar el noventista nombre "Grupo de los Ocho" a pesar de que no queda muy en claro cuántos son, en verdad tiene un candidato presidencial propio. Es Massa, el joven intendente tigrense que tiene un buen nivel de conocimiento por su pasado reciente de funcionario nacional.

Pero Massa, que habla mucho con Kirchner, no come vidrio y sabe que éste no es el momento para desafíos de ese tipo a la cúpula del poder. Acaso revea esta postura en el primer trimestre del 2011.

Este grupo de intendentes tiene planeado hacer un acto de impronta peronista a fin de mes, con escenario posible en Mar del Plata. Planean plantarse como un actor de peso dentro del elenco del PJ provincial, ahora manejado por Hugo Moyano.

 

Otro discurso

 

Volvamos al Gobernador. Scioli acaba de mostrar cierta destreza en sus movimientos políticos. Ayer, acaso por primera vez en mucho tiempo de tensa convivencia con la Rosada, estrenó un discurso diferenciado de Kirchner. Buscó capitalizar aquella apurada del sureño por el tema de las manos atadas. "Soy un pacificador nato", aseguró en declaraciones radiales.

O sea: lo contrario de Néstor, que es más bien un buscador de pleitos permanente porque así ha venido construyendo política desde sus inicios como gobernador en Santa Cruz.

Un sector del PJ provincial está preparando un acto que acaso sea pensado para el lucimiento de Scioli. Tal vez una oportunidad para mostrarse con una actitud bien diferente a la que evidenció el titular del PJ nacional el jueves paso en La Boca. Será el 8 de octubre en Avellaneda, en la cancha de Racing. Fecha obvia: ese día nació Juan Domingo Perón.

Este martes, el gobernador aceptó concurrir cuando se lo planteó su ministro de Desarrollo Humano, Baldomero Álvarez.

Aunque, en verdad, no pudieron darle garantías de que no concurrirá Kirchner. ¿Cómo decirle que no si éste pide micrófono? Habrá que ver qué dicen los médicos.

 

Mariano Pérez de Eulate
NA

 

1 comentario Dejá tu comentario

  1. KK ES PREDADOR DE ARGENTINA DE SU IDENTIDAD , EXALTACION DE LA OBSECUENCIA Y DEGRADACION SOCIAL CREO EL PERIODISMO "A LA GORRA" Y SABE CUANTO DISCRECIONALMENTE "SUBVENCIONARLO "

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