El mecanismo de compra de voluntades funciona mejor que nunca. No es necesario sacar
Anoche la diputada del bloque de
“Queríamos discutir un 30% del presupuesto para “pagar el 82% móvil, que se dejaran los subsidios, discutir otra redistribución de ingresos, en un momento en el que a
Ahora bien, como un niño al que le hacen trampa una y otra vez, la oposición denuncia lo que a nadie ya escandaliza y que, año a año, la opinión pública mayoritaria ya no cree inmoral. O si lo cree, en fin, es algo inevitable en la política. Y también pareciera ser en la vida cotidiana. La viveza criolla está instalada y es cotidiana. ¿Qué hacemos para que esta situación cambie? ¿Queremos realmente que cambie?
¿Cuánta plata se destina a programas declamatorios como la lucha contra la violencia de género, la trata de personas, combatir el narcotráfico y demás temas relacionados con la inseguridad? ¿Cuánta para combatir la tala indiscriminada de árboles, la deforestación y la extranjerización de las tierras? ¿Hay campañas en vía pública o en el colectivo televisivo llamado “Fútbol para Todos”? En cambio se gastan millones en anunciar marchas contra tal o cual monopolio, la creación de 32 escuelas en tal o cual municipio y un hospital y medio inaugurado en los últimos siete años en alguna provincia del norte argentino.
¿Qué cosas se arreglaron a las dos de la mañana en el Senado? Alguna vez un militante me dijo que Carrió, Solanas y algún outsider como Zamora jamás llegarán a nada. Jamás. “La corporación política”, no lo permitiría. ¿Qué es la corporación política? Es el bipartidismo de ayer, de hoy y de mañana que amaga con desaparecer pero resurge de las cenizas como el ave fénix. Así lo afirma Gil Lozano: “Hubo cosas que se arreglaron desde el Senado, con complicidad, sobre todo, de senadores radicales” y agregó “están arreglando porque te están pagando a través de algún desvío de subsidios de una manera non sancta”. “Sospecho de los senadores de las provincias del norte; son cuestiones que pasan por Jujuy”.
Concluyó que “evidentemente el radicalismo acuerda cosas que muy buenas no deben ser si lo hacen a las dos de la mañana”. La palabra de moda para atacar al gobierno es consenso. ¿Qué se debe consensuar y qué no?
¿Tienen propuestas e intención real de gobernar este país alguien que exprese diferencias morales y éticas al kirchnerismo? Suponiendo que así fuese, ¿existe una sociedad dispuesta a apoyar un cambio cultural real? Disculpen mi escepticismo pero dudo que la respuesta sea afirmativa en ambas preguntas.
Luis Gasulla