“Noventa buques mercantes, veinte de guerra, vienen pechando arriba las aguas nuestras. Veinte de guerra vienen con sus banderas. Angostura del Quebracho, de aquí no pasan. Qué los parió a los gringos una gran siete; navegar tantos mares, venirse al cuete, ¡qué digo venirse al cuete! Ahijuna con los franceses, quién los pudiera. A ver, vos Pascual Echagüe, gobernadores. Que no pasen los franceses Paraná al norte. Pascual Echagüe los mide, Mansilla los mata”. (Triunfo. Miguel Brascó. Versión de Alfredo Zitarrosa, del disco Guitarra negra, 1977, y del recital de Santiago de Chile de 1988?) 1
La “vuelta” del tirano
Como expuse en dos notas de 2004: “Día de la soberanía nacional” y “La batalla de la Vuelta de Obligado”, durante un largo período y acorde al antirosismo de la Historia Mitrista y sus epígonos, se omite o deforma la valiente y sangrienta gesta de la Vuelta de Obligado.
Hoy, para contrariar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, algunos consecuentes derrotistas también morigeran y ningunean la actuación de las fuerzas del “primer tirano” oficial. (En 1857, la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires lo declara traidor a la Patria).
Algunos esbirros golpean a Vuelta de Obligado para atacar el festejo de la Presidenta en San Pedro y, en menor medida, pegarle a Juan Manuel de Rosas.
Sin embargo, el 10 de mayo de 1846, José de San Martín —patriota si los hay— en carta a Tomás Guido, refiriéndose a la hazaña de Obligado le expresa: “los interventores habrán visto (...) que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que el de abrir la boca”.
Por el contrario, enuncia el historiador Mariano Pelliza, en 1910, sobre las intenciones que tienen las potencias extranjeras en estos lares: “Se ha dicho que personas que juzgan de estos acontecimientos sin profundizarlos en sus causas generatrices, que la Inglaterra y Francia abrigaban intenciones contra la independencia argentina y que un plan de conquista se desenvolvería tan pronto como consiguieran poner el pie dentro del territorio nacional, y en último caso, que con la intervención se ponía en peligro la independencia oriental. Estas apreciaciones que pudieron correr por valederas en aquella época, perdieron su importancia cuando terminada la guerra y despejados los horizontes, se puedo hacer justicia a las intenciones meramente civilizadoras de aquellas potencias”. Citaré más abajo cómo ese pensar antinacional se arrastra desde épocas pretéritas exponiendo algunos “sentires” de Mariquita Sánchez de Thomson.
Dice la periodista y profesora Nélida Rebollo de Montes que “el 20 del corriente mes se instaurará el ‘Día de la Soberanía Nacional’ promovido por Pacho O’Donnell que comunicó a la Jefa de Estado la necesidad de celebrar el día indicado y también como promoción de su reciente libro sobre ‘La Vuelta de Obligado’. Se trata de reivindicar como héroe a Juan Manuel de Rosas quien fuera elegido Gobernador de Buenos Aires el 7 de marzo de 1835 y se mantuvo veinte años en el poder (…) El 13 de abril de 1835 entra en posesión del poder con un discurso que oscilaba entre el odio y la muerte. Numerosos historiadores coinciden que sus expresiones eran aterradoras, culpando de entrada a los habitantes de las provincias que se conducían en su mayoría con sus propios caudillos ya que no había presidencia ni Constitución. Tras escucharlo dejó perpleja a la gente pensante; pero fue recibido con elogios e idolatría por el ‘populacho’”. 2
Agrega la autora del artículo “La Suprema Corte de Justicia en la Presidencia de Mitre” que “El partido unitario, el de la gente decente, estaba vencido y proscrito. Rosas necesitaba subyugar la resistencia del sentimiento urbano, civilizado y moral pero no pensó jamás en la Constitución que reclamaban los grupos heroicos para contener al tirano con el imperio del Derecho”. 3
Concluye la pensadora: “La derrota de Vuelta de Obligado se transformó en triunfo para el gobierno de Rosas a quien algunos escritos consideran como el defensor de la soberanía. Tras la lucha Mansilla abandonó el lugar de los hechos para llegar a su hogar sin explicaciones. ¿Qué habrá determinado el entusiasmo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner contagiado por Pacho O’Donnell para elegir el 20 del corriente mes de noviembre como Día de la Soberanía Nacional y a Rosas como su gran defensor? La pregunta viene de saber que ella odia las dictaduras, pero tal vez la haya impresionado la personalidad del tirano Rosas y su poder autocrático (…) La cruel tiranía que durante veinte años ensangrentara el suelo patrio, caía vencida en 1851, dejando vislumbrar una época de paz, libertad y progreso para el pueblo que lo derrocó”. 4
Como formula Aristóleles y rememora el “segundo tirano”, Juan Domingo Perón, “la única verdad es la realidad” y la realidad y la buena información indican que es a pedido del historiador José María Rosa y por medio de la Ley Nº 20.770, que se instaura el 20 de noviembre como “Día de la Soberanía Nacional”, en conmemoración de la batalla de Vuelta de Obligado. Destaco que doy el dato en “Tribuna De Periodistas” en 2004, por lo que —es de suponer— que la periodista Rebollo de Montes no está actualizada en la información.
No puedo asegurar si Pacho O’Donnell contagia algo a la Presidenta de todos los argentinos, pero sí expongo que, en 2001, en su libro hagiográfico “Juan Manuel de Rosas. El ‘maldito’ de nuestra historia oficial” transcribe una de la últimas cartas de San Martín a Rosas, en las que le dice: “como argentino me llena de verdadero orgullo el ver la prosperidad, las paz interior, el orden y el honor establecido en nuestra querida Patria, y todos estos progresos efectuados en medio de circunstancias tan difíciles en que pocos estados se habrán encontrado”. 5
¿Está senil el Libertador? ¿Lo estará O’Donnell?
Entre “damas bien” y soldaderas
La historia de la clase dominante suele recordar a las “damas patrias” de la burguesía comercial hispano-criolla que mantienen buenas relaciones con militares y comerciantes ingleses. Las casas de Mariquita Sánchez de Thomson, Ana Lasada de Riglos y Melchora de Sarratea “eran asiduamente visitadas por comandantes navales, tanto ingleses como franceses (...) y por cónsules generales, enviados y diplomáticos, muchos de los cuales se alojaban en ellas en calidad de huéspedes distinguidos” 6 Sus tertulias son famosas. A la Riglos la llaman “Madame Riglos” y era “la más querida por la mayoría de los marinos ingleses”. 7 Mientras que, la Sarratera es la reina de la moda y la denominan la “Madame Stäel del lugar” 8 Pero sin lugar a dudas la estrella local es Mariquita cuyo “fuerte eran las relaciones exteriores(...) ella fue el centro de la sociedad porteña durante más de medio siglo” 9 La historia escolar la recordará por ser la voz femenina del Himno Nacional, y la no oficial, por su buen gusto hacia los ingleses: “al ver aquellas (tropas criollas) en aquel día tremendo, dije a una persona de mi intimidad; si no se asustan los ingleses de ver esto, no hay esperanza”. 10
Ese relativismo cultural deja una rica enseñanza pues revela que, ya por esos años, una integrante de la clase alta de la ciudad de Buenos Aires siembra una concepción colonial que después es cultivada por buena parte de la intelectualidad y, en general, por esa clase dominante que se perpetúa hasta hoy.
Reseña Mariquita: “Te voy a pintar estas dos fuerzas militares, una delante de otra. Las milicias de Buenos Aires: es preciso confesar que nuestra gente del campo no es linda, es fuerte y robusta, pero negra. Las cabezas como un redondel, sucios; unos con chaqueta, otros sin ella; unos sombreritos chiquitos encima de un pañuelo, atado en la cabeza. Cada uno de un color, unos amarillos, otros punzó; todos rotos, en caballos sucios, mal cuidados; todo lo más miserable y feo. Las armas sucias, imposible dar, ahora, una idea de estas tropas. Al verlas aquel día tremendo dije a una persona de mi intimidad: si no se asustan los ingleses de ver esto, no hay esperanza. Te voy a contar lo que entraba por la Plaza: el regimiento 71 Escocés, mundano por el general Pack; las más lindas tropas que se podían ver, el uniforme más poético, botines de cintas punzó cruzadas, una parte de la pierna desnuda, una pollerita corta, unas gorras de una tersia de alto, toda formada de plumas negras y una cinta escocesa que formaba el cintillo; un chal escocés como banda, sobre una casaquita punzó. Este lindo uniforme, sobre la más bella juventud, sobre caras de nieve, la limpieza de estas tropas admirables, ¡qué contraste tan grande!”. 11
Pero Mariquita no se anda con chiquitas a la hora de hablar de patriotismo. El 31 de enero de 1856, las fuerzas de la Confederación urquicista se enfrentan a Buenos Aires para reincorporarla a la Confederación. El general Jerónimo Costa, héroe de Martín García, es derrotado por los ejércitos de los coroneles Bartolomé Mitre, Emilio Conesa y Esteban García. En Villamayor, partido de La Matanza, la mayor parte de los prisioneros son ejecutados sin juicio previo. Esta acción pasará a la historia como “La Matanza de Villamayor”. Dice la propietaria del salón de la calle Umquera en carta a su hija Florencia, en referencia a esta carnicería: “Tan fin, ¿sobre quién va el triunfo? Vengan brutos de todas las naciones para poblar y hagamos una nueva Babel, pero antes, matemos a los nuestros”. 12
Sería injusto cargar con grandes críticas sobre la patricia dama, pues no está sola en esa actitud discriminatoria. Antropólogos como Mariana I. Mancusi y Claudio A. Faccio enuncian la “universalidad del etnocentrismo”. 13 Por otro lado, por esos años no está desarrollada la Antropología.
También, coexisten mujeres con otras actitudes, más proactivas: la soldadera. Son aquellas que siguen a los defensores de la patria in situ: fortines, fronteras, campos de batalla, etc.
Entre los muchos ejemplos encontramos en la localidad de Campo Santo, zona sur de Salta, un viejo algarrobo con la leyenda: “Algarrobo bajo cuya sombra, según la tradición, descansó el General Belgrano y en el cual fue amarrada Gertrudis Medeiros, esposa de Juan José Fernández Cornejo cuando fue tomada prisionera por los realistas por haber colaborado con los patriotas”.
En este artículo rindo homenaje a Petrona Simonino.
Refiere el investigador Santiago Chervo (h) el trabajo del profesor Marcelino Marcatelli, de 1958, “Petrona Simonino. Una heroína casi olvidada”:
“En los sucesos de la Vuelta de Obligado, el día 20 de noviembre de 1845, cupo a San Nicolás (…) un papel digno de ser recordado en todo tiempo y lugar. Los ‘Patricios de San Nicolás’, comandados por don José Luis Barrera, defendieron, con fiereza espartana, las líneas argentinas. Ahí estaban, entre otros bravos arroyeros, José Norberto Ruiz, Segundo Román García, José Rufino Núñez, José del Valle, y entre tantos, una mujer: Petrona Simonino. El parte de la batalla de la Vuelta de Obligado, escrito por el general Lucio Mansilla, destaca los méritos de la brava nicoleña, esposa del capitán don Juan de Dios Silva. Fue Petrona Simonino, ‘la Nicoleña’, un símbolo de la mujer argentina. Hija de padre francés y madre criolla, había nacido en 1811. En 1832, se casó con el rico hacendado Don Juan de Dios Silva; más tarde capitán de artillería, en los instantes que preceden a la movilización de las milicias urbanas del viejo San Nicolás que tantos sacrificios tiene realizados ante el altar de la patria. Como muchas otras madres, esposas, novias, hermanas…
(…) emulando a las niñas de Ayohuma, cumplió estoica y humana misión de enfermera ocasional. Restañó heridas, auxilió a los moribundos y mitigó el dolor de los caídos. Otras heroínas como ella cayeron olvidadas, sus nombres se perdieron en el tiempo, son mártires desconocidos de la República. Petrona Simonino, si bien ha podido perpetuarse en la historia, es una ilustre matrona casi olvidada en la ciudad de San Nicolás de los Arroyos. ¿Cuántos arroyeros saben de su nombre? ¿Qué hay en la ciudad que memore su silencioso comportamiento? En el recodo bonaerense del Paraná, próximo a San Pedro, teatro del sangriento encuentro, un monolito levantado en 1935 ostenta una placa recordatoria colocada por el Círculo Tradición Nacional su leyenda proclama:
"El Circulo Tradición Nacional —a Petrona Simonino / por su heroica abnegación en el combate de Vuelta de Obligado— 20 de noviembre 1845 – 1935 -". 14.
Agrego que “su padre, Antonio Simounin, era francés, mientras que su madre, doña María Eustaquia Almada, pertenecía a una de las familias linajudas de San Nicolás (…) En 1832 contrae matrimonio con un joven hacendado de la zona llamado Juan de Dios Silva. Ellos tendrán ocho hijos (…) pero la dulce vida familiar se verá truncada cuando las autoridades del gobierno patriota de Juan Manuel de Rosas comienzan a reclutar gente para defender las costas del río Paraná, ante las reiteradas amenazas de las fuerzas imperiales del momento (..) en su afán de transitar los ríos internos argentinos (…) Para ello, el jefe de las fuerzas federales, general Lucio Norberto Mansilla, designa (…) [a] Juan de Dios Silva, como capitán de milicias del arma de artillería (…) Simonino marchó junto a su marido a Obligado, dejando su hogar y sus hijos, todo lo cual constituye un inmenso acto de amor por la patria y la ratificación de su genuino deber de esposa. Vivía cómodamente y pudo no haber ido al campo de batalla, pero el lujo y el bienestar no le interesaron en las horas decisivas del momento que se vivía. Al inicio de las acciones, el 20 de noviembre de 1845, la valiente nicoleña auxilió a los infantes, artilleros y milicianos que defendieron con denuedo sin par la soberanía nacional. Sus tareas consistieron en ofrecerles, en medio de la polvareda infernal y el calor del fuego enemigo, agua fresca, primeros auxilios y la colocación de vendajes (…) como otras que también descollaron por la hospitalidad brindada en la contienda, hacían las veces de enfermeras, y trasladaban los heridos fuera del alcance de las balas y el cañoneo anglo-francés que provenía desde el río Paraná. Incluso, arrancaban partes de sus vestidos para hacer tacos a los cañones nuestros, o bien, los deshilachaban para cubrir las heridas de los cuerpos lacerados por la metralla, cuando la urgencia era extrema. La tarea de Petrona Simonino adquirió ribetes del más puro altruismo dado que 100 cañones de grueso calibre disparaban contra las fuerzas federales sin parar, lo cual ocasionaba que las piezas argentinas sean arrancadas de sus cureñas, lo mismo que los parapetos de las fortificaciones, que volaban por los aires. El desenlace, que con el correr de las horas se hizo cada vez más pesado y angustiante, podía notarse cuando en las barrancas se veían centenares de patriotas heridos, mutilados o ya muertos. Y en medio de esa apocalíptica escena, digna de la tenacidad con que se defiende la tierra querida, surge la figura de Simonino, que atendía a los defensores sin importarle que el fuego enemigo pudiera arrancarle la vida en un segundo. El parte de guerra, confeccionado por el general Mansilla, la cita (…) de forma especial con la siguiente mención: ‘…tuvieron que dejar aquel lugar, bajo un fuego abrasador, para alejar las carretas del Parque, con crecido número de heridos y familias, en las cuales se distinguió por su valor varonil la esposa del capitán Silva, doña Petrona Simonino’ (…) [en 1887] muere en medio de los recuerdos que su memoria guardaría, seguramente, de aquella jornada de la batalla de Vuelta de Obligado, donde lo que estaba en juego era, ni más ni menos, que la soberanía nacional. Tenía 76 años de edad”. 15
La “Vuelta” al pasado en el presente
¿Conmemorarían juntas Mariquita y Petrona?
La Vuelta de Obligado es un hecho histórico, nadie puede negarlo. Distinto es lo hermenéutico, de la interpretación personal que se realiza del acontecimiento.
El 20 de noviembre se conmemora una victoria o una derrota, según la corriente histórica que se tome.
Algunos valorarán este verdadero “piquete acuático”, mientras que otros acordarán con la memoria oficial.
La “gente decente” sobrevivirá estoicamente este “Día de la Soberanía Nacional”.
El “populacho” podrá disfrutarlo, “choripán” en mano.
Agua y fuentes hay en la zona. Es de esperar que no metan ahí las patas como el 17 de octubre de 1945.
Néstor Genta
Citas bibliográficas y reconocimientos de autores
1. Miguel Brascó Miguel. La Vuelta de Obligado. Triunfo. Miguel Brascó. Versión de Alfredo Zitarrosa, del disco Guitarra negra, 1977, y del recital de Santiago de Chile de 1988?) 1
http://portal.educ.ar/noticias/educacion-y-sociedad/dia-de-la-soberania-nacional.php
2.3.4.Rebollo de Montes Nélida. Rosas, el Día de la Soberanía y la Vuelta de Obligado. El tirano se negó a la organización constitucional del país.
http://www.periodismodeverdad.com.ar/2010/11/14/rosas-el-dia-de-la-soberania-y-la-vuelta-de-obligado-el-tirano-se-nego-a-la-organizacion-constitucional-del-pais-por-nelida-rebollo-de-montes/
5. Pacho O'Donnell. Juan Manuel de Rosas. El ‘maldito’ de nuestra historia oficial . Planeta. Buenos Aires.p. 194.
6.7.8.9.10. Galasso Norberto. La Revolución de Mayo. El pueblo quiere saber de que se trata. Ediciones del pensamiento nacional. Buenos Aires.1994. p.35/6.
11. Galasso Norberto. La larga lucha de los argentinos. Ediciones del Pensamiento Nacional.Colihue. Buenos Aires. 1995. p.89.
12.Sierra Vicente. Historia de la Argentina. Vida, pasión y muerte de la Confederación Argentina (1852-1862). Editorial Científica. Buenos Aires. 1980. p. 255.
13. Mancusi I. Mariana y Faccio A. Claudio. Antropología social. Aportes y reflexiones desde América Latina. Universidad Abierta y a distancia Hernandarias. Editorial Docencia. Buenos Aires. p.57. 1991.
14.Chervo Santiago (h). Cartas de Vuelta de Obligado. Pdf enviado por el autor
15.S/A. Petrona Simonino
http://www.revisionistas.com.ar/?p=4565
Nota aclaratoria. Las “negritas” no corresponden a los textos originales.
Agradezco la ayuda de: Santiago Chervo, Ricardo Primo, Lucio Leiva Chervo y Gabriel Oscar Turone.