En el día de hoy, el líder de la CGT Hugo Moyano, reapareció en los medios desde dos lugares diferentes, pero igualmente incómodos para el líder sindical.
Primero, en la primera plana del diario El Cronista y con la firma de Elizabeth Page, el matutino asegura que “Moyano desconfía de Cristina y busca que los gordos y Barrionuevo vuelvan a la CGT”.
Se trata de una movida sindical para protegerse de los últimos embates que vienen propiciándoles desde elGobierno nacional luego de la muerte de quien solía protegerlo, Néstor Kirchner. Es que según cuenta el matutino, al camionero le genera “demasiada desconfianza los gestos emitidos desde la Casa Rosada”.
Moyano siempre trató de mostrarse ante la opinión pública como si la relación con la Presidenta estuviera intacta, aún cuando la Justicia más alineada al kirchnerismo lo está cercando por donde se lo mire, sobre todo en la participación que tiene el camionero en la denominada “mafia de los medicamentos”, causa llevada adelante por el juez Norberto Oyarbide. Pero al parecer, los últimos movimientos de Moyano en agrupar a los viejos gremialistas divididos mayormente bajo su responsabilidad, demuestra lo contrario: la distancia que toma Cristina Fernández día a día del poder sindical asusta al cegetista.
“Moyano cree estar en la mira de algunos sectores del Gobierno y considera que solo fortaleciendo el poder de la CGT, mediante la reunificación de todos los sectores hoy enfrentados a su conducción, logrará contrarrestar cualquier ofensiva en su contra”, señala Page en su columna.
Pero esta especie de reunificación de la CGT parece haber llegado tarde para los sectores gremialistas críticos de Moyano; conocen su estrategia y les han cerrado la puerta en su momento de mayor desesperación: “Ellos quieren armar una reunión con todos los grupos para discutir cómo reunificar la CGT, pero no estamos dispuestos a negociar nada bajo los términos que pretende imponer Moyano”, le confió uno de los dirigentes que fue “sondeado” por los moyanistas.
Esta especie de “jugada” desesperada, sólo deja entrever el mal panorama que ostenta la suerte judicial de Moyano, ya que otro líder sindical se animó a confesar: “El sólo quiere embarrar a todo el mundo con sus líos judiciales. Él nos quiere a todos adentro pero con él conduciendo, porque solo así puede dar batalla a los grupos del Gobierno que lo tienen en la mira”.
Desde la detención de Juan José Zanola primero, Gerónimo Venegas después y el último mensaje que dio Cristina en el Congreso criticando algunas medidas de fuerza que aplican los gremios, Moyano viene temiendo estar tras las rejas por un delito que garantiza una rápida prisión, la asociación ilícita; y los elementos para aplicarlos son contundentes, no sólo porque este periódico viene demostrándolo, sino por los “manotazos de ahogado” que intenta zarpar Moyano, los cuales indican su grado de compromiso. La ausencia del líder gremial al primer acto político de Cristina luego de la muerte de Néstor, en la cancha de Huracán, fue toda una señal.
Pero eso no es todo, hoy diario La Nación, quien recientemente acordó con Wikileaks la publicación de los cables secretos relacionados con nuestro país, reveló la visión de la embajada de EE.UU. respecto de Moyano: un “matón”
“Moyano, visto como un matón por EE.UU.”, así lo encabeza La Nación en su tapa y con una nota de Hugo Alconada Mon, quien, apoyado en ocho cables redactados entre 2008 y 2010, asegura que para diplomáticos estadounidenses, el líder sindical, actúa como un “matón” con el fin de “extraerle todos los beneficios que sea posible (a la pareja presidencial) y que, cuando llegue el momento indicado, la abandonará”.
Equipo de política de Tribuna de Periodistas