El hacker Iván Germán Velázquez se hizo —tristemente— célebre hace unos años luego de haberse comprobado que había intervenido los correos electrónicos, no solo de personajes de la farándula vernácula, sino también de referentes políticos, judiciales y hasta de hombres de prensa.
Por ese motivo se encuentra hoy exiliado en Uruguay, ya que posee varios pedidos de captura por diversos delitos cometidos, parte en el marco de su trabajo como espía argentino, y parte en beneficio propio (1). Hay que recordar que en el expediente que lo juzga, se ha demostrado que Velázquez extorsionaba a muchas de las personas a las que les “pinchaba” sus mails bajo amenaza de publicarlos.
Tuve la oportunidad de entrevistarlo en tres oportunidades y en cada una de ellas contradijo su propio discurso respecto a lo que le tocaba en suerte a nivel judicial. Primero aseguró que las acusaciones contra su persona eran “mentira”; luego, frente a la evidencia presentada por mí, admitió parte de su culpabilidad; y finalmente, jugó a echarle toda la culpa al Gobierno por haberle soltado la mano cuando se descubrieron sus “hackeos”.
En ese camino, no vaciló el espía en apelar a la mentira y la falsificación de documentos —entre ellos, correos electrónicos de periodistas de Página/12 y notificaciones judiciales (2)— para lograr que la prensa creyera su historia; pero le duró poco. Más temprano que tarde, los colegas de diario Perfil y otros medios le dieron la espalda por haberlos engañado.
Para conocer cuál es la valoración de los medios sobre su persona, baste leer lo publicado por diario
Y hablando de grandes medios, pocos saben que Velázquez fue célebre por vender instrucciones para armar bombas a través de su pertenencia de un grupo ultraderechista —¿Lo hubieran reclutado sus jefes kirchneristas si lo hubieran sabido?— motivo por el cual fue detenido en abril de 1999, tal cual relató diario Clarín en esos días.
Sin lugar en el mundo
Por la implosión que terminó generando a través de sus propias mentiras, Velázquez debió huir del país para refugiarse en Uruguay. Hay que recordar que no solo pesan sobre él varios pedidos de captura en
Los problemas acompañaron al hacker y terminó preso en Uruguay por dos delitos imperdonables: haber intervenido en una base de datos de armas de la policía de ese país y ofrecer una coima para regularizar su radicación fuera de
Pero no serían sus únicos "inconvenientes": su delictiva “naturaleza” lo llevó a tener problemas incluso en Chile, donde provocó un conflicto diplomático por haber espiado a 38 funcionarios de esa nación, incluida la secretaria privada de la ex presidenta Michelle Bachelet.
A raíz de ello, el entonces embajador argentino en Santiago, Ginés Gonzalez García, envió una carta al gobierno chileno en la que admitió que “
A la hora de detallar la conducta del hacker, el funcionario fue más que sincero: se trata de un " delincuente común”.
La mejor defensa… el escape
“Voy a cagar a los Kirchner a tiros”, admitió ante mí Velázquez en una de las entrevistas que le realicé en el año 2009, mostrando la peligrosidad que puede representar ante la sociedad un personaje de su calaña. No solo aseguró que atentaría contra el Gobierno, sino también contra ex colegas de espionaje y hasta contra la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien lleva adelante una de las causas judiciales que lo investiga (Claudio Izaguirre ha sido testigo del hecho, como puede verse en el anexo al pie de la presente).
Asimismo, admitió haber cometido muchos de los delitos que le endilgan, pero aseguró que en algunos casos se trató de pedidos del kirchnerismo. Esto último es doblemente grave, no solo porque lo dice un ex espía que revistaba para organismos del Estado, sino porque contaría con la complicidad del Gobierno a la hora de cometer sus ilícitos.
Las grabaciones de las entrevistas con Velázquez —todas fueron pactadas, vale aclararlo— se encuentran a disposición de
El dato viene a colación de que Velázquez ha intentado desmentir, sin argumento coherente y solo bajo la desacreditación a mi persona —a través de portales de bajo tráfico, pertenecientes a lo peor de los servicios de Inteligencia— las declaraciones efectuadas oportunamente a este medio (4).
No hace falta que haga una defensa de mí mismo a esta altura de las circunstancias. Quienes me conocen saben que mi vida es absolutamente transparente a todo nivel: mi domicilio es público, mantengo los mismos teléfonos y correos electrónicos de siempre. Jamás he perdido una sola querella penal y nunca he aceptado cobrar dinero bajo mesa para operar en contra ni a favor de nadie.
Es más, pago mis impuestos como pocos lo hacen en
Nada de eso puede ostentar Velázquez sobre su propia persona, sino todo lo contrario (5). Jaqueado por una docena de procesos penales, más que en ensuciar al periodismo independiente debería estar preocupado por el nuevo litigio judicial que se le ha iniciado en Perú otra vez por husmear en lugares donde no debía.
Por más que hoy intente desmentir sus propias palabras, la Justicia ya lo ha condenado en varios expedientes gracias a la abrumadora evidencia que él mismo ha dejado a su torpe paso, sin necesidad de que nadie aporte grabación alguna.
En fin, su destino es uno solo y él lo sabe: se trata de la prisión; es decir, el mismo lugar donde ha estado en los últimos años purgando merecida pena.
Christian Sanz
(1) Velázquez está procesado, entre otros, por los delitos de falsificación de documento público y privado, traición a
(2) Los documentos adulterados por el hacker fueron entregados personalmente a
(3) La grabación fue requerida por
(4) Este periodista ha iniciado una causa penal por calumnias e injurias contra esos medios.
(5) Si algo le faltaba, Velázquez es deudor irrecuperable de varias entidades financieras y hasta del fisco de la provincia de Buenos Aires, como puede verse en los documentos de más abajo.
Anexo: Claudio Izaguirre, un testigo directo que refrenda todos los dichos
Hace unos días se dio un intercambio de acusaciones entre Christian Sanz y un hacker que se encuentra prófugo de la justicia argentina en Uruguay llamado Iván Velázquez. Este aseguró que una de las entrevistas realizadas por el director de Tribuna de periodistas, que fue publicada por el mismo medio, no había existido en realidad.
Era lógico que Velázquez desmintiera esa entrevista ya que lo dejaba mal parado frente a las acusaciones judiciales que viene sufriendo desde hace años por varios delitos cometidos. Algunas cosas que dijo el hacker fueron las siguientes:
-“La mayoría de las cosas por las que me acusan son reales y no creo que el gobierno salga a respaldar lo que hice, ja ja!!”
-“Hago operaciones para departamentos de espionaje de otros países, pero no me fue muy bien, habrás visto que me buscan de Chile, Perú y Venezuela. Creo que no nací para
-“Ya me las van a pagar todos, los voy a cagar a tiros cuando tenga la oportunidad, empezando por la jueza (Sandra) Arroyo Salgado y los Kirchner. También me voy a cargar a (Jaime) Stiusso y a (Fernando) Pocino de
-“Yo no hice nada que merezca estar preso, esto fue todo armado por el gobierno. Y los voy a hacer pagar incluso con dinero. Ya le dije a un ministro importantísimo que si no me pagan todo lo que me hicieron, publico un libro contando todo.”
Como dije antes, luego de que se publicaron, esas revelaciones fueron desmentidas por Velázquez de inmediato, seguramente por el riesgo que representan para su propia persona.
Pero hay un dato que no tuvo en cuenta el hacker, y es que yo estuve en esa misma charla, donde acusó al kirchnerismo de cosas graves pero también se inculpó a sí mismo de haber cometido delitos relacionados a lo peor del espionaje.
Todo lo que se dijo en la nota de Sanz es real, yo puedo dar fe de eso. No suelo meterme en este tipo de discusiones pero me pareció injusta la desmentida de Velázquez sobre un tema del que fui testigo directo.
Claudio Izaguirre
Presidente Asociación Antidrogas de la República Argentina