Detrás de la victoria de Lucía Corpacci en Catamarca, se esconde una truculenta historia que el kirchnerismo conoce y que ha sabido barrer bajo la alfombra del olvido —por conveniencia, desde ya—, vinculada al feudo que supo gobernar durante años el clan Saadi y que culminó solo después de que la joven María Soledad Morales fuera asesinada, en 1990.
Corpacci no solo es parte de esa familia, sino que ha sabido enorgullecerse de ello públicamente, lo cual explica el oportuno silencio de Cristina Kirchner a la hora de festejar tan triste triunfo.
¿El fin justifica los medios? Para el Gobierno, pareciera que sí. Poco importa que una familia vinculada a la mafia haya vuelto a tomar el poder, solo interesa ostentar una victoria en la primera elección nacional de cara a octubre. Tampoco importa al oficialismo que Catamarca tenga menos de 1% del padrón nacional. Solo un detalle, como gusta decir al gobierno.
En realidad, hoy lo que reina es el malestar más puro en el seno de Casa de Gobierno, ya que se trató de una victoria pírrica: hubo que aportar gran cantidad de dinero y solo se ganó por unos pocos votos.
El costo ha sido más relevante que la ganancia, no solo a nivel monetario sino también a nivel social. Baste recordar que, a poco de haber ganado, Corpacci criticó la cobertura mediática por el asesinato de María Soledad Morales.
La electa gobernadora fue aún más allá con sus declaraciones: "Saadi no es sinónimo de mala palabra (y el caso por el asesinato de María Soledad) no fue como lo mostraron los medios, yo me siento orgullosa de ser Saadi".
La reacción más elocuente fue la de la hermana Martha Pelloni —símbolo de la lucha pacífica contra la corrupción— quien debió admitir que quedó "impactada" por las expresiones de Corpacci.
"Fue un impacto ver en la primera foto del nuevo gobierno de Catamarca a Ramón Saadi. Yo dije: ´Dios mío´", se lamentó la religiosa en referencia a un gobierno por demás relacionado con la corrupción en esa provincia y el cual fue eyectado del poder luego de las relaciones de Saadi con el caso de la muerte de María Soledad Morales.
Es dable recordar que Pelloni fue una de las principales impulsoras de las “marchas de silencio” que se hicieron célebres tras el crimen de la adolescente. Esas manifestaciones, que llegaron a ser 85 en total, comenzaron con pocos concurrentes, pero pronto lograron llamar la atención de todo un país. Como es sabido, el escándalo provocó la intervención de la administración que encabezaba el actual senador y primo de Corpacci, Ramón Saadi.
"Justamente la parte política del gobierno de los Saadi es la que tuvo que tapar (el crimen de María Soledad); si estaban todos enroscados con sus hijos, los familiares, la policía, la misma justicia", señaló Pelloni.
La religiosa también admitió que "políticamente" tiene "muchos temores" por la nueva administración en Catamarca, que sucederá al gobierno de Eduardo Brizuela del Moral del Frente Cívico. Además, cuestionó a la presidenta Cristina Kirchner porque al respaldar la candidatura de la dirigente, dio su "apoyo" a lo que definió como la "corrupción" de los Saadi.
“Catamarca es otra ruta de grandes movimientos del narco, del oro, de todo lo que tiene como riqueza. Tengo mucho miedo en el crecimiento de la corrupción en esa provincia. Brizuela del Moral fue un hombre honesto, lástima que no se dio cuenta de que tenía que preparar nuevos políticos", indicó.
“Puedo dar fiel testimonio de que la corrupción de los Saadi es la corrupción que hoy tenemos en muchas de nuestras instituciones en el país, desde la justicia, la policía. Vamos mal con estos gobiernos que empujan y empujan con el dinero de la corrupción", concluyó.
Por su parte, la madre de María Soledad, Ada Morales, dijo en diálogo con Cadena 3 que sintió “mucho dolor” por los dichos de la mandataria y agregó: “Es como que a María Soledad nadie la violó, nadie la mató, nadie la desfiguró”.
En sintonía con la flamante gobernadora, el ex gobernador Ramón Saadi se animó a declarar ayer ante la prensa: “Esto fue un tema de índole pasional. Es todo una fábula. Creo que ha sido la primera acción mediática de la Argentina”.
“No era el momento para hablar, nos volvieron a golpear”, señaló Ada, pidiendo públicamente a las nuevas autoridades provinciales de Catamarca que dejen descansar en paz a su hija, porque “los verdaderos culpables de la muerte de María Soledad están en el poder político de la provincia”.
Sin embargo, y con la entereza envidiable que la caracteriza, sostuvo que “no guardo rencor ni quiero venganza, al contrario, quiero que Catamarca salga adelante y que nunca más vuelva a repetirse un hecho como el que nos tocó vivir”.
Como puede verse, la actitud de Ada ha sido de mayor grandeza que la del mismísimo kirchnerismo.
Eliana Toro