Tal cual lo había prometido, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner envió al Congreso de la Nación Argentina un proyecto para finalizar con el robo de bebés. El día 04/03/2011, recibió media sanción de Diputados.
A los 7 años, quien escribe estas líneas ya había comprendido, que apropiarse de un caramelo que no le pertenece es una conducta incorrecta, que merece una condena, una reprimenda de un mayor o el reproche del dueño del almacén.
Para aclarar por qué se siguen haciendo leyes prohibiendo lo que ya está prohibido, es bueno analizar esta propuesta del Poder Ejecutivo de la Nación para acercarnos a comprender si lo que están aprobando nuestros representantes es una ley contra el robo de bebés o no.
Los medios de comunicación son el único modo de enterarnos de estas cuestiones, por cuanto aún es propuesta, razón por la cual, puede analizarse esta media sanción desde uno de ellos, el diario La Nación:
“Aprueban en Diputados una ley contra el robo de bebes. En un efectivo intento por combatir el flagelo del robo de bebes, que azota en especial a los sectores de bajos recursos, la Cámara de Diputados aprobó anoche por unanimidad el proyecto del Poder Ejecutivo que establece la identificación del recién nacido y su inmediata inscripción en el Registro Civil”.
En este párrafo, el gobierno nacional, a través de este proyecto, enviado por el Poder Ejecutivo, por primera vez reconoce y afirma oficialmente que en la Argentina trata de bebés y que el flagelo del robo de bebés azota en especial a los sectores de bajos recursos.
Sin embargo, las mujeres pobres ni venden sus hijos, ni son cómplices de su desaparición. Pareciera que se señala a la pobreza como la responsable de la trata de bebés. Como la pobreza no tiene voluntad, decisión, ni biología y representa tan sólo un adjetivo calificativo para llamar a cada cosa por su nombre, deberemos concluir: la verdadera culpable a la cual se señala, con la capacidad de parir en un medio “pobre”, es la mujer “pobre”.
Para ser claros, las mujeres pobres no venden sus hijos, sino que se los quitan para venderlos a nivel nacional e internacional. Sería imposible la existencia de tres fábricas de bebés en la Argentina, si no estuvieran por acción o por omisión involucrados gobernadores, funcionarios, políticos, jefes de registros civiles, policías, jueces de paz, directores de hospitales, sacerdotes, monjas, escribanos, obispos, dueños de hotel, etc. Sin la anuencia y conveniencia de esta gente, jamás se podría vender ni una sola persona, en ningún lugar del mundo.
Si en una ciudad como Añatuya, Santiago del Estero, con una población de 23.000 habitantes, tomáramos el 50% de ellos (11.500 mujeres), la mayoría sumidas en la pobreza y nos arriesgáramos a decir que por dinero venden a sus hijos, concluiremos que las mamás por culpa de ser pobres, han perdido la capacidad natural de cuidar, amar y proteger a sus crías; cuestión esta, humanamente imposible. Por el contrario, algunas de estas mujeres —las que pueden— se esconden como animales en los montes para parir, y así evitar que se los roben en el hospital.
“El proyecto, aprobado por 193 diputados, introduce nuevas disposiciones que serán cumplidas por hospitales y servicios de neonatología públicos y privados de todo el país para evitar el tráfico de bebes, con sonados casos ocurridos en el norte argentino y la provincia de Buenos Aires”, prosigue el matutino.
“Por un lado, la norma obliga a los responsables de los centros asistenciales a colocar una pulsera con código y cierre inviolable en la madre. La identificación deberá complementarse con la toma de impresiones plantares del bebe y del pulgar derecho de la madre. La información obtenida y los códigos de identificación deberán constar en la historia clínica de la madre y del bebe, en el certificado médico de nacimiento y en el libro de partos del hospital”, explica.
La mayoría de los partos en las zonas que el Poder Ejecutivo menciona como “pobres”, se realizan en los hospitales. Las mafias utilizan 12 maneras de apropiarse de los bebés recién nacidos. Para dar un ejemplo, nombremos tan sólo dos de ellas: 1) No registran a las parturientas en mesa de entradas del hospital, o 2) les reemplazan, en el momento del parto, sus hijos por cadáveres.
Entonces, ¿puede explicarse a qué bebé le van a colocar pulseras y toma de huellas plantares en esos sectores “pobres”? Si el hospital no registró a las madres, obviamente nadie en ese lugar tuvo un hijo. En el segundo caso, la maniobra delictiva es anterior a la comisión específica del la sustracción de bebés e implica tener conservados cadáveres para mostrar si la madre se empecina en verlo, aunque sea muerto. Luego de un tiempo, cuando ya no les sirven, lo entierran en el fondo del centro “asistencial”.
Cuando las autoridades dicen que tan sólo se encontraron huesos de cabritos, los “pobres” servidores públicos, alejados de las trampas políticas, lo confirman de esta manera: los bomberos encuentran bebés enterrados en los predios del Hospital de Añatuya.
“La norma intenta evitar, además, que las madres posterguen la inscripción de los recién nacidos. Por eso, los centros asistenciales deberán enviar al registro correspondiente a la zona el certificado médico de nacimiento, mientras que la madre recibirá una constancia que contiene su nombre, número de documento, número de certificado médico de nacimiento y el domicilio del Registro Civil de la jurisdicción correspondiente. Todo en un plazo no superior a 24 horas”, expone el artículo.
¿Qué bebé se puede inscribir cuando no hay ningún bebé? Obviamente, el resto de los partos, que se realizan en las clínicas privadas, las casas de las parteras, los consultorios privados y los hoteles, como pan fresco para los turistas, jamás llegan a inscribir los bebés con su verdadera identidad ni con una falsa. Los bebés para cumplir roles de hijos dentro de la Argentina se venden sin papeles y los que van a ser sacados del país, lo hacen con partidas de nacimiento para poder burlar los controles de Gendarmería. Por supuesto, a los que salen en vuelos clandestinos, nadie los registra.
“En otro párrafo de los fundamentos, el Poder Ejecutivo propone la instalación de oficinas del Registro Civil en cada centro de salud en el que se produzcan más de 300 nacimientos por año”, continúa la nota.
Señora Presidenta: a usted como abogada, como primera Magistrada de la Nación, como responsable de este proyecto que le hicieron firmar, quisiera recordarle:
Los delincuentes dedicados al tráfico y la trata de bebés no pasan por las oficinas del Registro Civil, casualmente por eso se llaman tratantes o traficantes, entonces… ¿podría explicar para qué van a inaugurar oficinas del Registro Civil en cada hospital?
“La intención de este proyecto es proteger con mayor eficacia el derecho inalienable a la identidad de los menores”, sostuvo la diputada Vilma Ibarra (Encuentro Popular-Capital). La diputada kirchnerista agregó: “El núcleo de la norma es garantizar la identificación entre madre y recién nacido hasta la salida de ambos de los establecimientos hospitalarios”.
El núcleo de la norma, ¿es la identificación entre madre y recién nacido, o la lucha contra el robo de bebés? Es importante ser certero en estos aspectos, por cuanto tienen procedencia y consecuencia jurídica: la cuestión de la identidad pertenece al fuero civil y la del tráfico humano al ámbito penal.
“En la Argentina, se producen 700.000 nacimientos por año, el 95% de los cuales ocurre dentro de los centros asistenciales. Hay que crear un sistema de alcance nacional que termine con los errores, intencionales o no, que se cometen en la inscripción de los recién nacidos”, agregó el diputado Silvestre Begnis (Frente para la Victoria-Santa Fe), presidente de la Comisión de Salud.
¿Errores?… ¿qué errores? Primera vez que alguien se refiere a la apropiación de una persona como “error”. Si este señor como legislador, alguna vez presenta un proyecto basado en ese fundamento, podría provocar una estampida para que todos vayan a visitar a los “pobres” para cometer errores y volverse con un niño ajeno. Imaginemos los traficantes internacionales que manejan la pornografía y la prostitución infantil, cuántos errores que podrán cometer. Silvestre Begnis, por ahora, como diputado nacional ha resultado ser muy gracioso o muy peligroso.
“La ley establece que, en ese caso, el obstetra o médico a cargo del parto será responsable de la identificación madre-niño, es decir, de acompañar a la madre a identificar e inscribir al niño en el centro asistencial”, plasma el artículo de La Nación.
¿Es posible imaginar a un ginecólogo llevando de la mano a la madre al Registro Civil para que no se vaya a su casa sin inscribir al niño? ¿Es pertinente otorgarle al obstetra el rol de oficial fiscalizador que le impone este proyecto, haciéndolo responsable de la inscripción administrativa de la relación madre-hijo?
“El proyecto se olvida de los niños que están desprotegidos. Allí está el núcleo del negocio perverso de la trata de niños”, criticó la radical Silvia Storni (UCR-Córdoba), aunque su bloque apoyó, de todos modos, el proyecto.
Pareciera ser que alguien comienza a poner cordura a esta intención, como la diputada radical Silvia Storni diciendo que “todo este proyecto se olvida de los niños desprotegidos”, y su confesión de que ello, “es el núcleo del negocio perverso de la trata de niños”, sin ningún tipo de enmienda o abstención. Sin embargo, el bloque radical en pleno, incluida ella misma, votaron positivamente este proyecto y una ley que favorece “el negocio perverso de la trata de niños”, como lo expresa ella misma en palabras textuales.
También desde el PRO, Paula Bertol (Capital), Fernando Sánchez (Coalición Cívica-Capital) y Mónica Fein (PS-Santa Fe) cuestionaron algunos aspectos de la norma, pero finalmente también levantaron la mano para apoyarlo por considerarlo un “gran avance” en relación con la legislación existente.
Decir que una ley es “un gran avance” es asumir, que no es la norma que se precisaba, pero le pegaron cerquita y cuando de la conducción seria de un país civilizado se trata, a esta manera de legislar se le llama, manejar la ciencia jurídica por ensayo y error.
De todas maneras, frases como: “esto es un gran avance”, “continuaremos hasta las últimas consecuencias”, “lucharemos a rajatablas”, son especies literarias que ya resultan graciosas a la población. Los políticos la dicen como amenaza de: ¡qué bien que la pasaremos nosotros los votantes, si ellos llegan al poder!, y los funcionarios con ceño fruncido la dicen una y otra vez ante las cámaras de televisión en el afán de obtener la credibilidad para poder reelegirse cuatro años más.
Plan sistemático de robo de bebés
Este es un título que con solo mirarlo se lo reconoce. Observemos dónde lo mencionaron antes. Para ello, y por su gravedad institucional, no hay otra manera de hacerlo que dirigiéndose a la Señora Presidenta de la Nación:
Señora Presidenta, debiera advertir que la participación de funcionarios de todos los niveles del Gobierno Nacional y de las provincias involucradas en la compra venta de bebés, es importantísimo que sea considerada urgentemente por usted.
A pesar de tener el imperium constitucional para mejorar la calidad de vida de sus gobernados con acciones u omisiones, esos funcionarios, siguen alentando la trata de bebés, no sólo los de gobiernos democráticos anteriores, sino los actuales… los que forman parte de su gobierno, Señora.
La utilización de estructuras gubernamentales y una ideología determinada que apoya de hecho o de derecho el delito y la metodología sistemática de desapariciones, son las características perfectas que le otorgan el carácter de delitos de lesa humanidad a los autores materiales, políticos, sociales e intelectuales, de este monumental genocidio que sigue ocurriendo.
Las pruebas sobran Señora, y es preciso recordarle que fue y continúa siendo el argumento de su gobierno para llevar a juicio de lesa humanidad a los militares del Proceso, bajo la misma figura e idéntico argumento jurídico: “robo de bebés”.
Señora Presidenta, creíamos que cuando usted enviaba al Congreso un ley contra el robo de bebés iba a tomar el toro por las astas, y entre otras cosas, iba a interesarse por las mafias que lucran con la desaparición de los hijos de este país. Creíamos que usted iba a tener en consideración el único juicio masivo sobre trata de bebés en la Argentina, en donde la Fundación Adoptar es parte querellante, y que iba a tomar nota del Juez del Crimen de Añatuya, Alvaro Mansilla y ayudarnos a revisar porqué sobreseyó a más de 20 mafiosos sin siquiera haberlos llamado a declarar.
Creíamos que en vez del control de las pulseritas en los bebés, iba a instalar radares para controlar los aviones que se llevan un promedio de 12 bebés por semana, nada más que del sureste de Santiago del Estero, a través de las 12 pistas clandestinas de aterrizajes que hay en Santiago del Estero, o las 141, que la Fuerza Aérea le informó a usted por escrito que existen nada más que en el Chaco.
En orden a su investidura, creo que debe saber dos cosas sobre este proyecto: los legisladores que trataron su propuesta no la ayudaron con el sentido común de cada uno, y es ése el precio que debemos pagar por pensar en bloque, ya que la opinión de cada uno hubiera enriquecido su propuesta. Los que pergeñaron este proyecto merecen un tirón de orejas, son unos pícaros y usted cayó en la trampa para que después de la aprobación de esta Ley por Senadores, todo quede igual Señora.
Julio César Ruiz
Fundación Adoptar