El ministro Julio de Vido y los Eskenazi, de YPF, hablaron con clara preocupación por el ímpetu de la agrupación juvenil "La Cámpora" para ingresar a los directorios de las empresas, y lograron frenar por el momento el desembarco en la petrolera.
Según voceros, luego, hubo una comunicación con Máximo Kirchner quien, en silencio, es uno de los que maneja los destinos de la tumultuosa agrupación juvenil.
De Vido evita confrontar con la juventud y hasta elogió cálidamente a Axel Kicillof, el preparado economista propuesto como director para Siderar, cuya Asamblea pasó a cuarto intermedio para analizar el nuevo status societario que planteó la decisión de quitar el techo del 5 por ciento para el Estado.
En realidad, no suena a propuesta indecente que el Estado cuente con la cantidad de accionistas que le corresponden de acuerdo a los porcentajes accionarios.
Además, el precio de las acciones se ha revalorizado desde la estatización de la parte del sistema provisional que manejaban las AFJP, ya que la crisis global y los desmanejos financieros enterraron todo lo acumulado en la década que duró la jubilación privada.
Pero, para los empresarios el gran temor es que información sensible de cada empresa pueda ser utilizada con fines que perjudiquen planes estratégicos, según dicen en varias compañías.
Y, peor aún, temen que en definitiva la intención de elevar aquel techo de participación responda a la estrategia siempre presente de insertar a delegados de los gremios en las conducciones.
Con la letra de habilitar mayor participación estatal en 42 empresas donde tiene acciones, se escribió también otro capítulo del enfrentamiento entre el gobierno con grandes holdings empresarios, y más puntualmente con Techint.
Por eso es que varias fuentes consultadas dijeron que no fue casualidad que esa decisión se haya tomado dos días antes de la asamblea de Siderar.
Techint fue uno de los grandes apoyos que tuvo el oficialismo en sus comienzos, con aquella idea primigenia de Néstor Kirchner de consolidar una "burguesía nacional".
Luego, el distanciamiento se hizo notorio cuando el gobierno acentuó sus peleas con empresas de medios de comunicación que comparten espacios en cámaras empresarias.
Vinieron, más tarde, el conflicto con el campo y en el exterior, la estatización de Sidor en Venezuela por parte de Hugo Chávez, donde el grupo de los Rocca consideró que no había sido bien defendido por el gobierno argentino.
Ahora, en la Rosada están convencidos de que esta firma siderúrgica, junto a otras reunidas en cámaras como AEA o en entidades como la Asociación e Dirigentes de Empresas (ADE) juegan directamente con la oposición.
No escapa a esto el punto de la nueva ley electoral que los partidos políticos no pueden recibir aportes privados para la campaña.
De hecho, desde las oficinas de grandes empresas se ha apoyado en forma sucesiva a varios dirigentes que le pudieran arrebatar el poder al kirchnerismo.
Hace dos años se frotaron las manos con la victoria en la provincia de Buenos Aires de Francisco de Narváez quien, al final, no pudo dar la pelea nacional.
Luego se entusiasmaron con lo que ellos mismos calificaron, durante un Coloquio de IDEA, la "esperanza blanca" que constituía Daniel Scioli.
La desilusión fue inversamente proporcional a la expectativa generada ya que el gobernador nunca se atrevió a dar el salto y se mantuvo fiel a su estrategia de acumulación de poder.
Siempre según la óptica oficial, esos mismos empresarios alentaron el regreso a la carrera presidencial de Eduardo Duhalde, quien ahora estaría naufragando en las turbias aguas de las internas por regiones.
La ausencia de candidatos y el "papelón" —como él mismo llamó a la suspensión del comicio de este fin de semana— lleva a pique sus sueños de Presidente.
Techint y otras empresas habrían impulsado la salida presurosa de Ernesto Sanz a la misma carrera, que tuvo su freno porque Ricardo Alfonsín domina la interna de la UCR.
Ahora, la apuesta es la unidad de todo el arco opositor con el objetivo final de que Mauricio Macri pueda encabezar un gran frente.
No obstante, su llamado a un acuerdo programático amplio despertó más rechazos que adhesiones, ante el razonamiento lógico que la suma de las partes no necesariamente conforma un todo.
Mientras tanto la irrupción a toda marcha de la juventud kirchnerista ha ubicado a un jugador de importancia en el escenario político nuestro de cada día y su influencia sobre la presidenta Cristina Kirchner es cada vez mayor.
Sin embargo, ya comienzan a verse algunas fisuras en la propia juventud y hay militancia de base que observa a los "camporista" casi como ejecutivos que sólo desean escalar en posiciones políticas y empresarias, con grandes sueldos.
Es en ese marco que en diversos municipios bonaerenses, sectores juveniles se están organizando contra lo que consideran la incipiente burocracia.
Por caso, vale mencionar un ejemplo mundano: unos y otros se adjudican en algunos distritos la autoría de las ferias itinerantes para llegar a la gente con productos de primera necesidad casi al costo.
En sus ideas y sus formas de hacer política se irá modelando de a poco la Argentina el futuro. Todos esperan que no sea en forma traumática.
Daniel Casal
NA