Una vez más la cadena nacional ha sido abusada por el régimen de corte populista y demagógico que gobierna en la actualidad.
En ella la Sra. Cristina Fernández dijo un montón de cosas que generalmente no dicen nada, pero que claramente desdicen lo que la realidad refleja cotidianamente en los sectores sociales que ella misma dice defender y que ni siquiera podría comprender desde la opulencia en la que transcurren sus días.
Si la mortalidad infantil, según la información que ella maneja y según lo expresado por ella misma en el día de ayer, ha bajado en la provincia de San Juan "del 19,6 al 11 por 1.000, es decir un 44% por debajo de la media nacional", es que debe haber bajado mucho menos, o tal vez, hasta se haya incrementado. Y la deducción es sencilla, todos los indicadores son falaces porque las metodologías de cálculo están adulteradas.
Con relación a la mortalidad neonatal dijo que “el 54% de los casos producidos el año pasado se debieron a causas evitables". Esto sería medianamente posible si los recursos del Estado realmente se destinaran al financiamiento de los servicios básicos como salud, educación, seguridad, justicia; en lugar de modificar el destino de las partidas presupuestarias arbitrariamente, seguramente se evitaría un altísimo porcentaje de muertes y no solo en términos neonatales.
La presidenta anunció además un incremento del 10% en los descuentos de medicamentos para jubilados, lo que en el marco de una inflación real anual que ronda el 32% resulta tragicómico.
Vetar el 82% móvil para el sector pasivo argumentando la inviabilidad del proyecto y otorgar aumentos casi cotidianos a cuentagotas, termina resultando la misma cantidad pero con muchísima menos productividad, lo que deja al descubierto la burda estrategia electoralista. Todo esto sin mencionar la dilación en los pagos con sentencia firme que duermen en la Anses por el solo hecho de que ese dinero se ha destinado a otros menesteres de manera absolutamente discrecional.
Con los fondos de la Anses se pagan jubilaciones por montos iguales a personas que han aportado 30 años o más y los que solo lo han hecho dos o tres años, entre otras tantas injusticias cometidas por el régimen gobernante en el marco de un modelo que ha demostrado su fracaso en todo el mundo.
Por último, y entre otras cosas, anunciando los alcances de la asignación por embarazo, la primera mandataria dijo, “para que los hijos no sean una maldición sino una bendición”.
Esta frase, dicha por Cristina Fernández, al menos a priori, suena bastante rara.
Nidia G. Osimani