Hace pocas horas la primera mandataria argentina, dijo que como los trabajadores participan del 48,1 % del PBI, “estamos llegando al fifty-fifty” del reparto de ganancias.

Asimismo, la Sra. Cristina Fernández señaló que en el país tenemos actualmente "el mejor salario mínimo vital y móvil de toda la región", y que "esto se pudo hacer porque apostamos a un modelo de crecimiento económico".

Es fundamental destacar la diferencia entonces entre “crecimiento económico” y “desarrollo económico”, para entender las razones por las cuales lo que la presidenta proclama como un enorme avance social gracias a su gestión y la de su antecesor y cónyuge, es una falacia.

El primer concepto se refiere al incremento del PBI. Si ese incremento supera al crecimiento de la población mejora el nivel de vida, y en caso contrario el nivel de vida empeora.

Ahora bien, por un lado hay que considerar que existen tres formas de medir el PBI (por el gasto, por la producción y por la renta), y por otro lado, que no es lo mismo hablar del PBI real que del nominal.

En este sentido, cuando el PBI nominal (restando los efectos de la inflación) aumenta, por ejemplo, a una tasa de crecimiento del 5 % y la inflación es del 3 % para el mismo período, la tasa real de crecimiento del PBI entonces es del 2 % y no del 5 %.

La Sra. Fernández ¿a cuál inflación se refiere? ¿A la real de mas del 30 % anual o la ficticia que cuenta en sus fábulas el Indec mensualmente y las proyecciones presupuestarias que dibuja el Ejecutivo año tras año?

Para la economía hablar de “crecimiento económico” implica hacer alusión al potencial productivo, y a la producción cuando hay pleno empleo. Se mide conforme a cómo se van comportando determinados indicadores, como por ejemplo si hay más inversión, si la balanza comercial muestra déficit o superávit, si se consume o no mas energía, cuántos bienes y servicios se producen, etc.

Pero el crecimiento económico también tiene su lado oscuro, esto es, que si bien por un lado crece la producción de bienes y servicios, del mismo modo crece el gasto.

Además, el hecho de que se produzca más no significa que la calidad de vida de la sociedad mejore, por ejemplo, si consideramos la explotación de recursos naturales no renovables y las catástrofes que muchas veces se ocasionan a consecuencia de ello.

El desarrollo económico en cambio, incluye necesariamente la preservación de los recursos naturales (no vetar la Ley de protección de glaciares, por ejemplo).

Incluye mejorar el nivel de educación real de los ciudadanos (no fomentar lo contrario explotando los aspectos mas brutales de las masas para usarlas conforme a las necesidades políticas e intereses del momento).

Desarrollo económico asimismo es inculcar la cultura del trabajo productivo (en lugar de usar recursos del Estado para solventar fuerzas de choque conformadas con personas de muy bajo o nulo nivel de instrucción arengadas por los llamados punteros políticos acomodados con el poder de turno).

El desarrollo económico necesariamente debe incluir aspectos no materiales que algunos autores llaman “las libertades instrumentales” (políticas, económicas, sociales, de transparencia y protectorias)

Entre las políticas se pueden mencionar aquella libertad que debería tener el pueblo para elegir quién los debería gobernar y con qué principios, posibilidad de controlar y evaluar el desempeño de las autoridades elegidas, expresarse libremente y sin censuras, etc.

Dentro de las sociales se destacan el derecho a la salud, la seguridad, la educación, la justicia.

A las protectorias pertenece la obligatoriedad por parte del Estado de garantizar a la población mas vulnerable (a toda, sin distinción de ideologías), asistencia en todo lo que necesiten para su supervivencia.

Incluye a las libertades instrumentales de transparencia el libre acceso de los ciudadanos a toda la información relativa a los actos de gobierno.

Una de las formas de medir el desarrollo económico es calcularlo en términos per cápita, es decir, con relación a la cantidad de habitantes, aunque es necesario evaluar diferentes indicadores para poder arribar a una conclusión más o menos fidedigna.

Si el desarrollo económico solo se verifica en ciertos y determinados sectores de la sociedad y no es generalizado, entonces no hay desarrollo sino solo crecimiento económico de ciertos grupos sociales, lo que aumenta mas las desigualdades, profundiza mas la brecha entre ricos y pobres.

Entre los indicadores que demuestran un real desarrollo económico de un país pueden destacarse: bajo nivel de corrupción en sus estructuras de poder (Judicial, Legislativo y Ejecutivo), alto nivel de transparencia económica de su sector privado, buenas relaciones entre sector público y privado, disminución sustancial de la desnutrición infantil, del analfabetismo, del desempleo en todos las áreas productivas, mejora en los sistemas de salud, incremento en la esperanza de vida, libertad de prensa, transparencia en las gestiones de gobierno frente a la población, correcto funcionamiento de la Justicia, altos niveles de seguridad por parte del Estado hacia su población, bajo riesgo país que lo haga pasible de credibilidad ante potenciales inversores, etc.

En resumen, crecer económicamente solo es posible para algunos sectores de una sociedad, nunca para todos. Que un país se desarrolle económicamente, mas allá de su crecimiento económico, significa que las políticas de Estado son lo suficientemente justas y eficientes como para permitir simultáneamente el crecimiento en lo social. Una sustancial mejora en la calidad de vida de “toda” su población, equilibrando las oportunidades.

Si la Argentina creció económicamente, lo que nos pasó es que incrementamos la brecha entre una elite cada día más rica a expensas de nivelar hacia abajo, empujando a la clase media lo mas posible tendiendo cada vez más a equipararla con la baja.

En este esquema de crecimiento económico lo que se desarrolla es la injusticia social.

Por último, cabe acotar que para lograr un verdadero desarrollo económico es imprescindible tener un plan a largo plazo, política monetaria, económica y fiscal estratégica. El modelo actual es el día a día de parches, discursos engañosos y oportunas prebendas. 

Nidia G. Osimani
Twitter: @nidiaosimani