En su reciente visita, y sin haber conseguido una reunión con la Presidenta, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) alertó sobre el “deterioro continuo de la libertad de expresión” en nuestro país responsabilizando exclusivamente al Gobierno nacional por ello.
La agencia estatal Télam ha sabido ser un pilar fundamental de ese periodismo militante que criticó la SIP durante su paso por el país, advirtiendo que “es negativo porque lleva a la sociedad a la confrontación” en un claro mensaje a esa agencia —otrora pública y ahora oficial— y a su titular Martín García quien apenas asumió su cargo sostuvo que los informadores debían ser militantes.
Recientemente, esa agencia de noticias ha desembarcado en pequeños barrios de Capital Federal y el interior del país para “fortalecer con contenidos periodísticos sus ediciones”, en el marco de del denominado programa “Télam Federal”. Se trata de un esquema en el que Télam provee información (desde ya sesgada) a pequeños medios barriales independientes. Mientras que algunos grandes medios contratan mensualmente los servicios de esa agencia estatal y la de otras cableras, Télam ofrece gratuitamente sus servicios por un año garantizando el control de lo que esos pequeños medios informan.
“Me imagino la agencia como una gran madre que puede generar ayuda y apoyo para los distintos medios", había expresado el titular de Télam y padre del periodista de espectáculos Camilo García. Pero eso no es todo, en el día de ayer y mediante un artículo del portal oficial de ese organismo, Télam publicó haber firmado un convenio con una cooperativa de medios comunitarios de Córdoba (Colsecor) proveyendo así de noticias gratis a 172 medios en distintos formatos de 14 provincias.
En el último párrafo Télam se anima a expresar: “La provisión de los servicios de Télam estará bonificado por el término de 1 año y luego se pactará un `valor virtual´, con la posibilidad de deducir de pautas publicitarias oficiales”.
Dicho en otras palabras, estos medios tendrán la gracia de disfrutar de la cablera estatal gratuitamente por un año, luego, si desean contratar el servicio se les cobrará, pero puede pactarse un “valor virtual” al descontarse de posibles pautas oficiales.
Teniendo en cuenta las dificultades por las que muchos medios críticos han tenido que pasar por no haber contado con el salvataje de la pauta oficial entre sus páginas (tal es el caso de Crítica de la Argentina o Diario Perfil) queda en claro qué es lo verdaderamente hay que publicar para contar con ella: información oficial sin una coma menos. La lealtad a cambio de pauta publicitaria no es un mecanismo nuevo del kirchnerismo, pero esta vez, su vocera de prensa oficial se anima a publicarla sin reparos.
“Lo que nos preocupa profundamente es que el Estado puede controlar toda la información”, había expresado Gonzalo Marroquín, presidente de la SIP.
La primera es gratis, la segunda se cobra, y de allí en adelante se le debe lealtad al “dealer” oficial. Una verdadera amenaza al periodismo.
Eliana Toro
Twitter: @toroeliana