Ayer por la tarde, comenzó a trascender tímidamente una discusión que se dio entre Hebe de Bonafini y Sergio Schoklender, apoderado —al menos hasta ahora— de la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo. Quienes fueron testigos de lo ocurrido, aseguran que se trató de una cuestión de “dinero evaporado” que provocó el enojo de Bonafini, motivo por el cual su otrora mano derecha fue eyectado de manera inmediata.
Otras fuentes, citadas por diario Clarín, hablan de una pelea —de “ribetes escandalosos”— entre Sergio y su hermano Pablo, La disputa habría sido por el mismo motivo: el manejo financiero de la entidad.
Lo interesante del caso, es que Tribuna de Periodistas dio cuenta de los desmanejos de la fundación de marras a mediados de diciembre de 2010.
“Existen serias sospechas de corrupción en el manejo de los fondos que se utilizan para construir viviendas: sobreprecios, empresas fantasma y trabajadores en ‘negro’, son solo algunos de los tópicos que se han comprobado”, publicó este periódico en esos días.
Oportunamente, la delegación chaqueña de la Cámara Argentina de la Construcción cuestionó la adjudicación de obras públicas a Madres de Plaza de Mayo, al sostener que representan una "competencia desleal" que está "avalada por el poder político".
La queja que interpusieron las constructoras en su momento puso el foco en el presupuesto que el Estado destina a planes habitacionales y otros emprendimientos mediante contratos que se adjudican en forma directa, cotizándolos por encima de lo que se abona a los privados por proyectos similares.
"Las empresas estamos en total desacuerdo con este tipo de organizaciones que construyen, porque desde hace veinte o treinta años pagamos impuestos. No sé si tienen a los obreros blanqueados como los tenemos nosotros, y así se hace muy difícil competir. Y cada vez se les dan más obras para hacer, no sé con qué capacidad técnica tampoco", planteó el presidente de la CAC chaqueña, Ricardo Siri a diario Clarín.
El empresario agregó que el Gobierno nacional paga de modo muy distinto a unos y otros y dio un dato escandaloso: las viviendas que construyen las Madres le cuestan al Estado 210.000 pesos, "y por las nuestras, que son las mismas, nos pagan 81.000, o a lo sumo 100.000 si se hace alguna ampliación a la obra".
Finalmente, Siri comentó que la CAC le planteó el tema al gobernador chaqueño, Jorge Capitanich y este les respondió crudamente: "Esto viene de Buenos Aires como un paquete cerrado".
Pero el escándalo ya venía de antes: la incursión de la Fundación Madres en el rubro constructor ya había quedado expuesta a partir del conflicto que se suscitó con los piqueteros K liderados por Emerenciano Sena, al que le cedieron la ejecución de un barrio de 500 casas en Resistencia.
Cuenta Clarín: “La obra era parte del proyecto Sueños Compartidos, que dirige la fundación y se sostiene con fondos federales. Este año las Madres despidieron a más de cien obreros, alegando que no se cumplían las pautas acordadas, que los trabajadores eran explotados por Sena y que se desviaban recursos. El dirigente piquetero acusó también al apoderado nacional de las Madres, Sergio Schoklender, de haber desalojado a su gente a los tiros.
Por otro lado, Sena aseguró que los operarios ‘estaban en negro’. En defensa de la entidad que dirige Hebe de Bonafini, Armoa dijo que ‘si eso llegara a haber ocurrido, sería responsabilidad de terceros, no de la fundación’. Y explicó que las Madres rigen todas las relaciones laborales de su ámbito de competencia por los convenios respectivos.
En el caso del barrio de Resistencia, rige el convenio de la UOCRA. Este gremio informó a la Justicia que cuando quiso inspeccionar la obra ‘no le fue permitido’. Y Armoa apuntó —sin nombrarlo— contra Sena y su gente. Y agregó que en la demanda laboral iniciada por los piqueteros contra la fundación ‘hay una cantidad importante de personas que en realidad nunca pisaron siquiera la obra’.”
No son los únicos casos: en enero de 2007, en la Ciudad de Buenos Aires el ex jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, adjudicó 32 millones de pesos a la agrupación de Hebe de Bonafini en el marco de una licitación que debía arrojar en seis meses la construcción de 432 casas en el barrio Los Piletones. Más allá de la evidente sobrefacturación, la obra nunca se terminó de realizar.
Concluyendo
Las denuncias y señalamientos hacia las finanzas de Madres de Plaza de Mayo no son nuevas ni mucho menos novedosas. Diversas cámaras y profesionales de la construcción se han pronunciado a lo largo de los años sin que nadie escuchara sus reclamos. Ello, a pesar de que tienen en su poder evidencia que confirma todas sus sospechas.
Por ello, sería oportuno que este hecho sirviera de excusa para hurgar en esos números que siempre han sido un real enigma para los funcionarios que han querido controlarlos.
Por lo pronto, el escándalo recién empieza. Según el colega Jorge Boimvaser, “hay algo que se dice entre susurros: se habla de pedofilia... un caso grave que motivó una pelea (de Sergio) con su hermano Pablo. Esto no es un rumor conspirativo. Es realidad pura.”
Según el mencionado colega, la ministra de Seguridad, Nilda Garré, habría pedido una urgente investigación “pues nadie quiere quedar pegado en este escándalo antes de las elecciones.”
Y se pregunta finalmente, enigmático, Boimvaser: “¿No es cierto Florencio Randazzo que habrá más?
Equipo de investigación de Tribuna de Periodistas