Denuncias por falta de boletas, confusión en algunos electores y las múltiples papeletas en el debut de las primarias “especialmente en los distritos que elegían varios cargos y tenían internas como la provincia de Buenos Aires”
Durante los últimos días se ha instalado el debate en torno a la implementación de la boleta única (BU), luego de varias denuncias que van desde el robo de boletas, hasta la cantidad múltiple de papaletas.
Las BU ya han sido implementadas por Córdoba el 7 de agosto y Santa Fe el 24 de julio, y son requeridas por la mayoría de los candidatos de la oposición para las elecciones próximas de 23 de octubre.
En su discurso luego del triunfo de las primarias, donde brindó una conferencia de prensa luego de algún tiempo, la presidenta Cristina Kirchner afirmó no estar cerrada del todo a la discusión, pero que “eso de hacer multiple choice parecía como hacer la lista del supermercado”, y que prefería los colores.
Hoy resalta diario El Cronista la opinión del director de Poder Ciudadano Hernán Charosky, quien le explicó a ese matutino que “el sistema de boleta única genera una competencia más sana porque resuelve el problema de que los partidos grandes se impongan sobre los chicos como las faltas de fiscales y de distribución de las boletas”. “Este sistema ayudaría al sistema de partidos no lo debilita”, indicó el experto.
Sin embargo para el secretario de Comunicación, Juan Manuel Abal Medina “en la medida en que los candidatos de cada categoría deben realizar sus propias campañas (ya que no hay efecto arrastre entre ellos), puede tenderse a una personalización del voto que reduzca el ya debilitado peso de las organizaciones partidarias”. Según el funcionario “se colocan demasiadas expectativas sobre la boleta única. Es cierto que no habría robo de boletas pero los partidos seguirían precisando fiscales de mesa”, dijo.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP) Miguel de Luca advirtió que “no es verdad que con la BU el conteo de votos va a ser más rápido ni que va a prescindir de los fiscales”. Y señaló que “tampoco evita las prácticas fraudulentas”, de hecho graficó que el llamado “fraude posmoderno” “donde el votante saca una foto con su celular a la boleta como prueba de cómo votó” cada vez es más corriente en países de América latina y Europa del Este donde utilizan el sistema. Otra modalidad de fraude sería que en el recuento se haga una doble tachadura para anular un voto o marcas distintas a las que puso el elector, si no hay fiscales que controlen.
Señala El Cronista que entre los expertos destacan que el sistema de BU requiere de mucha educación al electorado sobre su empleo para evitar confusiones y los votos nulos y en blanco. “Sería un riesgo querer ponerlas ya”, concuerdan.
Redacción de Tribuna de Periodistas