Hace apenas una semana, desde Tribuna de Periodistas explicábamos por qué la Argentina temía que Brasil devaluara su moneda, y en ese sentido decíamos que la economía de Brasil depende de lo que ocurre en los EE. UU., y la de la Argentina, de lo bien que le vaya a Brasil.
Asimismo, días antes, habíamos expuesto que la economía mundial estaba ingresando en su faceta más peligrosa.
El precio de la divisa norteamericana sube porque el peso está cada vez más inestable y todo parece indicar que terminaría el año en curso, casi unos 10 puntos arriba.
El jueves, la tasa de referencia de Brasil —SELIC—, aplastó al real un 1,5 % como consecuencia de su baja en 12 puntos, presionando al dólar en Buenos Aires.
Tal como se viene analizando hace varios meses desde este medio, mientras la moneda brasileña tendía a apreciarse, el peso argentino se mantenía en su valor, dado que las diferencias inflacionarias entre ambas economías se equilibraban.
Al devaluarse el real, empuja al peso hacia abajo, de modo tal que al ajustarse el tipo de cambio no perjudica tanto las exportaciones, evitando ser más caro para los importadores del país vecino.
Por otra parte, muchos inversores especulaban en pesos, esperando que esta moneda se apreciara significativamente a pesar de ser éste un año electoral. Pero ocurrió lo opuesto, y en consecuencia los inversores buscan cubrirse comprando dólares.
Asimismo, como se sabe, la fuga de capitales sigue creciendo de manera sostenida, llegando en agosto a los 14 mil millones de dólares según las últimas estimaciones.
A todo este escenario, hay que añadirle, nuestro superávit comercial en franco descenso, lo cual implica que cada vez haya menos oferta de dólares en la economía local.
Por último, la incertidumbre generada por la crisis económica internacional, como era previsible, empezó a hacer sentir sus efectos en los países emergentes.
Entonces, el Banco Central gastó ayer viernes más de 250 millones de dólares porque tuvo que venderlos para frenar la devaluación del peso.
¿Cómo era eso de que “no es posible una devaluación del peso frente al dólar”, licenciado Amado Boudou?
¿Y cuando dijo "Seguiremos administrando el tipo de cambio. No habrá saltos bruscos para ningún lado"?
Los “razonamientos” (y posteriores dichos) de la actual presidente del Banco Central no se analizan. La imposibilidad es definitivamente doctrinaria.
Nidia G. Osimani