El cadáver de Candela Sol Rodríguez fue dejado por sus asesinos en el mismo lugar de Hurlingham donde una banda de secuestradores liberó hace dos años al hijo de un traficante de drogas que opera en el oeste del Conurbano, según revelaron hoy fuentes policiales e indicó Noticias Argentinas.
Esta es la pista principal que siguen los investigadores del crimen, ligada a una serie de secuestros extorsivos que cometía la banda que integraba el padre de la nena, que también estuvo vinculada a delitos de "piratería del asfalto".
Un grupo de nueve secuestradores capturó en el partido de San Martín hace ya dos años al hijo de un poderoso narcotraficante del oeste del Conurbano bonaerense: por el joven pidieron 300 mil dólares y el hombre los pagó con el fin de que lo liberaran sano y salvo.
Horas después, el joven fue liberado en el mismo lugar en el que esta semana apareció asesinada Candela, en un descampado lindante a la intersección de la Avenida Vergara y la Autopista del Oeste.
Este narco, había prometió venganza contra los nueve secuestradores y para ello inició una investigación por su cuenta con el objetivo de poder identificarlos. De acuerdo a las fuentes consultadas, sus laderos le entregaron los nombres de esos sujetos y desde ese día dijo que su desquite iba a ser con los hijos de cada uno de ellos.
Los investigadores señalaron a NA que el lugar en el que apareció muerta la pequeña de 11 años es la clave del mensaje y de la relación que hay entre un caso y otro.
Asimismo, manejan una información de que Alfredo Laureiro Rodríguez —padre de Candela— mantiene una "deuda" de 1.200.000 pesos, posiblemente ligada a ese secuestro.
Esta una de las pistas más firmes que existen sobre el crimen de Candela y que cobró fuerza en las últimas horas, más allá de que tampoco se dejó de lado la que se relaciona con el delito de "piratas del asfalto" por el que purga el padre y la de la red de pedofilia, esta última reforzada por los dichos del fiscal general del Departamento Judicial de Morón, Federico Nieva Woodgate.
En ese sentido, Woodgate confirmó que este aspecto se investiga y que "hay varias líneas de investigación abiertas que no han dado resultado".
Asimismo, se refirió a la hipótesis que involucra al entorno familiar: "En definitiva, fue el padre de Candela el que negó que esto es un vuelto, pero si fuera así, dijo que suponía que lo provocó un procedimiento de narcotráfico en San Martín".
También explicó que tras los resultados de la autopsia practicada "se puede inferir que estuvo alimentada, hidratada y que no estuvo atada en vida ni sujeta a tormentos".
"¿Por qué la tuvieron en buenas condiciones? Eso puede tener un montón de orígenes, como lástima. Puede ser hasta el hecho que la estaban preservando para una organización de trata de personas, hasta que sea parte de una supuesta negociación que no ha parecido ni se ha probado", explicó.
Además, negó que la pequeña de 11 años haya estado sedada porque "no perdió peso y estaba en buen estado".
"Son personas que por su conformación psicológica tienen características de delincuentes avanzados. Es un hecho espantoso, no cualquiera lo hace", agregó.
Respecto a la llamada de los presuntos captores que se difundió en los medios de comunicación, el fiscal dijo que "es posible que haya sido utilizada por alguien que quiso distraer" a los investigadores y que no se han inclinado por ninguna hipótesis.
Por último, informó que se analizan cabellos que fueron encontrados en el allanamiento de una casa de Villa Tesei, ubicada en la calle Charrúas 1081, pero aclaró que "no se encontraron otros elementos" que permitan inferir que allí estuvo secuestrada Candela.
Equipo de Actualidad de Tribuna de Periodistas