Todo indica que Inglaterra va a hacer oídos sordos a la advertencia argentina en la ONU, sobre la posibilidad de revisar acuerdos provisorios entre ambos países. “No hay nada para negociar”, sentenció un funcionario de la embajada británica en Buenos Aires, al tiempo que ratificó la soberaníainglesa sobre las islas y defendió la “autodeterminación de los isleños”. Con esto, Gran Bretaña sigue desconociendo una serie de resoluciones de las Naciones Unidas que instan a ambas partes a sentarse a resolver el conflicto.
En su discurso del 21 de septiembre pasado ante la ONU, la presidenta Cristina Fernández advirtió a Gran Bretaña con suspender un acuerdo bilateral firmado en junio de 1999, que impediría a los vuelos entre Chile y Malvinas hacer escala en Río Gallegos, en caso de que los británicos mantengan su postura de no negociar la soberanía de las islas.
Sin embargo, la ofensiva del gobierno argentino no tardó en ser “ninguneada” por la sede diplomática inglesa: “el Reino Unido no tiene ninguna duda de que las islas Malvinas son británicas”, indicó un funcionario de la embajada que pidió no ser identificado, según publica La Voz del Interior.
Por su parte, el representante argentino ante la ONU, Jorge Argüello, confirmó el plan de acción esgrimido por la presidente: "¿Por qué Argentina va a seguir facilitando el vuelo de los británicos a las islas en disputa, mientras Gran Bretaña se niega a negociar?”, sostuvo el diplomático, según el diario El Día. Luego, agregó que el reclamo argentino parte de la ocupación militar británica del archipiélago.
En efecto, desde el año 2009 que se viene denunciando actividad militar recurrente en las Malvinas, siendo los disparos del buque británico Clyde, reproducidos por la BBC de Londres el 8 de septiembre pasado, el último ejemplo de ello. El ministro de Defensa argentino, Arturo Puricelli, analizó con dureza en aquel momentola situación: “Realizar disparos de fuego en una zona que saben que es de legítima soberanía argentina, indudablemente no deja de ser una provocación”.
Renovado ímpetu diplomático
A principios de 2010, Gran Bretaña le dio luz verde a petroleras de ese país para iniciar prospecciones alrededor de Malvinas. Desde ese momento, la Casa Rosada decidió subir el tono diplomático, advirtiendo con cartas a las empresas que participaran de la exploración, y a sus respectivos gobiernos, sobre la ilegalidad del asunto. A fines de ese año, un artículo de Tribuna basado en cables de WikiLeaks publicados por el diario español El País, decía: “la Embajada (de EEUU) constata que la política argentina respecto a las Malvinas se ha endurecido en respuesta al movimiento británico.”
Este año, la cuestión petrolera también está presente. Según la agencia Reuters, altos funcionarios de la cancillería británica planeaban reunirse esta semana con inversionistas de la petrolera Rockhopper—que es una de las tres firmas británicas que habían iniciado prospecciones en Malvinas en 2010—, para discutir las exploraciones en Malvinas. La empresa planea invertir 2,000 millones de dólares en la cuenca norte del archipiélago, donde ha encontrado petróleo de calidad.
Según estimaciones hechas por el investigador Federico Bernal, del Centro de Latinoamericano de Investigaciones Científicas y Técnicas (CLICET), la reserva petrolera de Malvinas, oscilaría “entre 600 y 900 millones de barriles con un 20 ó 30 por ciento de factor de recuperación”, conforme publica La Noticia 1 de Chubut.
Por lo pronto, habrá que esperar para ver si el gobierno cumple con lo prometido en la ONU y revoca los acuerdos de junio de 1999.
Ernesto Vera