El choque de un colectivo con un tren en el paso a nivel de la estación de Flores, que conmocionó a la opinión pública Argentina, con un saldo de once muertos y cientos de heridos, tuvo a un asesor de Relaciones Públicas detrás ayudando a los empleados ferroviarios a ser mejor comprendidos por la opinión pública.
El trágico choque del colectivo con un tren en el barrio porteño de Flores se debió en gran medida a la imprudencia del chofer del ómnibus, pero detrás de la tragedia también hay promesas incumplidas de los gobiernos nacional y porteño sobre la traza del ferrocarril Sarmiento.
Según indica el sitio web de Revista Imagen, la consultora Diego Serrano & Asociados Comunicación, fue la encargada de asesorar a los conductores de trenes aglutinados en el sindicado “La Fraternidad”, luego de que su imagen pública quedará por el piso liego del fatídico hecho del martes 13 de septiembre último.
Lo primero fue posicionar en la agenda mediática el tema del “estrés postraumático” que sufren los conductores ante cada arrollamiento en la realización de su trabajo.
“Sabíamos que era un momento estratégico más allá de la crónica, nos propusimos instalar mensajes como que los conductores se jubilan con un promedio de cuarenta muertos producto de accidentes y suicidios”, indicó Serrano a Imagen.
Omar Maturano, secretario general del gremio agregó definiciones aún más fuertes e impactantes sobre el trabajo de los conductores de trenes: “Matamos más gente que un marine de los Estados Unidos”.
De esta manera, la frase y el dato de que cientos de personas mueren arrolladas por trenes en Argentina todos los años logró instalar en los medios un debate paralelo al del estado general del transporte ferroviario y la pobreza de la infraestructura en la Argentina. Compromiso cumplido.
En contraposición, la Unión Tranviarios Automotor (UTA), gremio que agrupa a los colectiveros, optaron por el silencio absoluto, más allá del hecho fáctico de que su conductor en forma negligente haya sido el responsable de la tragedia en el paso a nivel.
José María González
No logro entender como es q' los conductores puedan tener su "imagen publica por el piso" (sic),si ellos nada pueden hacer para evitar arrollar a un vehiculo o persona q' se atraviesa en su paso. Hay una gran falta de educacion entre el publico en gral. En los EEUU cuando empieza a sonar la campanilla de la barrera, antes de q' empieze a bajar la barrera, los peatones se detienen a esperar hasta q' se levanten las barreras y se silencie la alarma, para recien cruzar las vias y todos los colectivos se detienen antes de cruzar las vias, aunque las barreras esten altas, abren las puertas para escuchar y miran hacia ambos lados antes de proceder al cruce. Copiemos lo bueno, no los pesimos programas de TV, como el bailando.
Yo vivo en Flores y acostumbro a tomar el 92 cuando lo necesito. Hace meses cruzando la barrera de Fray Cayetano y Yerbal, con la barrera baja y sonando las alarmas, una persona que estaba al costado de la via, sobre la vereda,(no era guardian) levantó la barrera para que pasara el colectivo, yo estaba de pie esperando para bajar en la otra esquina, y cuando cruzó el colectivo me quedé helada, no pasó el tren de casualidad, o porque Dios estaba cerca.Es costumbre de esta línea violar la barrera y las alarmas, por eso ocurrió el accidente, y murieron pocas personas porque era temprano, más tarde va lleno.
Yo el accidente lo atribuiría más a la falta de mantenimiento mínimo de la infraestructura ferroviaria, pese a los multimillonarios subsidios en dólares que aporta el Tesoro, que al conductor del micro, que alguna responsabilidad tiene, pero mucho más peso es atribuible al mal funcionamiento de las barreras, cosa habitual en el Sarmiento a la altura de Caballito y Flores, tal como evidenciaron los videos de las cámaras municipales y las declaraciones de los vecinos. A más de las barreras el señor Juan Carlos Cena, conocedor del tema y autor de “El Ferricidio”, en un reportaje que le realizara el periodista Nelson Castro, planteó la presunción de otros factores concurrentes como el estado de las vías y de las ruedas del tren que habrían contribuido a su descarrilamiento tras arrollar al colectivo. Bueno sería saber si el juez interviniente dispuso oportunamente el secuestro y custodia de esos elementos, para las pericias correspondientes. En cuanto a lo observado por el señor Maturana, considero conveniente hacer notar que los marines causan víctimas con la intención de causarlo. Es su trabajo. Pero los conductores de locomotoras no, y el estrés postraumático puede tener secuelas que pueden ser causales de incapacidad.