Néstor Kirchner ya había protagonizado graves episodios referentes a su salud antes del 27 de octubre de 2010, pero el asesinato de Mariano Ferreyra fue tal vez la estocada final en el cuerpo de un débil hombre que, como suele aclarar la propia Cristina Fernández, dejó la vida por la política.
La manera en que la Justicia se desenvolvió para resolver el caso de la muerte del joven militante del Partido Obrero de 23 años, tal vez sea una de las más efectivas y bien llevadas de los últimos tiempos, acostumbrados a una línea divisoria de poderes que se torna cada vez más efímera. Por supuesto, las amenazas y las visitas sospechosas a la fiscal y jueza a cargo de la investigación no estuvieron ajenas.
Desde el PO responsabilizaron por la agresión a un grupo de la Unión Ferroviaria, dirigida por José Pedraza, y a la Policía que, según denunciaron, estaba en el lugar pero no actuó contra los agresores. "Cuando estaban protestando en las vías, llegó la patota de Pedraza a golpearlos con palos y piedrazos, junto a la policía que no intervino en ningún momento.”
Compañeros de militancia de Mariano denunciaron la complicidad de la presidenta en el funcionamiento de estas "patotas de la burocracia sindical", haciendo hincapié a su participación, previo al incidente, en el acto de la CGT en River cuando la mandataria posó para la foto con una remera de la Juventud Sindical Peronista. "Me puse la camiseta de la Juventud Sindical. Quien te ha visto y quién te ve”, plasmaba Cristina en Twitter.
Luego del hecho, el matrimonio presidencial viajó a El Calafate mientras Néstor prometía “novedades” en torno al asesinato de Mariano Ferreyra.
Medios oficialistas asesorados por un bloguero K, recurrieron a una nota publicada por el diario El Cronista el 16 de septiembre del 2009 —¿creyendo que se trataba de 2010?— en donde se citaba una reunión privada entre el ex presidente Eduardo Duhalde y Pedraza para plantear la reestructuración de la central de los trabajadores. En esa misma sintonía actuaron los medios oficialistas, pese a que la justicia demostró que el ex caudillo bonaerense nada tenía que ver con el hecho.
Hugo Moyano llegó a acusar a El Cronista de "modificar no sé con qué razón, la fecha de esa nota. Se nota claramente que le cambiaron la fecha".
Pero la fiscal Cristina Caamaño Iglesias Paiz avanzó en la investigación y ya expresaba que "los disparos fueron de un solo lado" de los manifestantes, confirmando que los trabajadores de izquierda se retiraban del lugar de la protesta cuando fueron atacados por sindicalistas ferroviarios.
Días después se conocieron las fotos en Facebook de uno de los acusados del asesinato, Cristian Favale, con el ministro de Economía Amado Boudou, con Sandra Russo y otros personajes de la troupe oficial.
Posteriormente, la jueza ordenó detener al titular de la Unión Ferroviaria José Pedraza y otros vinculados a la investigación por el asesinato del joven Mariano. La impunidad a la que el Gobierno venía acostumbrado se desvanecía.
“De golpe y porrazo, los interminables mensajes de la presidenta Cristina Kirchner y sus funcionarios más lenguaraces, trocaron en silencio absoluto. Nadie salió a dar explicaciones por las fotos en las que el ministro Amado Boudou aparecía abrazado al supuesto asesino de Ferreyra. Lo único que quedó claro es que, los vanos intentos por ensuciar el expediente judicial por parte del oficialismo —echando el fardo a puntuales opositores políticos—, terminaron operando cual inesperado búmeran para los Kirchner”, expresó el director de Tribuna de Periodistas, Christian Sanz, al recorrer los últimos meses de vida del ex presidente.
"La suspensión del artículo 161 de la Ley de Medios el 5 de octubre, el voto —y el veto— al 82% móvil y el asesinato de Mariano Ferreyra a cargo de una patota sindical muy aliada al oficialismo, dejaron a Kirchner extremadamente alicaído", cuenta Sanz al respecto.
Tal cual indicó el periodista Luis Gasulla de acuerdo a una comunicación radial con Edgardo Depetri, quien ocupó la banca de Kirchner luego de su fallecimiento, Néstor estaba muy golpeado y “enojado” por la muerte de Mariano Ferreyra, la cual dejó entrever el vínculo entre las patotas sindicales y el gobierno nacional a través del jefe de la CGT, Hugo Moyano.
"Hay algunos que hace mucho tiempo que buscan un muerto" había dicho Cristina Kirchner el 21 de octubre de 2010. Lo que no sabía es que se trataba de la burocracia sindical apañada por el poder político que también se llevaría a su marido, tan solo una semana después del asesinato de Mariano Ferreyra.
Eliana Toro
Twitter: @toroeliana