El escándalo alcanzó tal magnitud, que hay quienes juran que la continuidad del titular de la Unidad Médica Presidencial, Luis Buonomo, pende de un hilo. Conviven en el Gobierno quienes quieren que sea eyectado de su cargo y quienes sostienen que debe seguir al frente de sus funciones.
Entre estos últimos se encuentra la propia Cristina Kirchner, quien ha mostrado una inusual furia por el tratamiento que los medios dieron al tema de su enfermedad. Para ella, no debe cederse un ápice ante lo que considera una “exageración” informativa sobre algo que debería tomarse como un mero “error”.
Entre propios, la Presidenta habla de un “injusto apriete mediático” al cual no cederá. “Si se remueve de su cargo a Buonomo, ¿no es una obvia muestra de debilidad?”, parece pensar la mandataria en estas horas.
Si bien algunos medios de prensa dieron cuenta de que la salida del médico presidencial sería “inminente”, el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, lo desmintió a última hora de este miércoles. “A lo sumo, se lo va a reubicar en otro cargo, incluso fuera de la Unidad Médica Presidencial, pero no se lo va a desplazar”, admitió a Tribuna de Periodistas una altísima fuente oficial.
Sin embargo, el que sí parece tener los días contados es Marcelo Ballesteros, mano derecha de Buonomo y uno de los que firmó el primer comunicado que informó el diagnóstico de Cristina.
Mientras tanto, lejos de disminuir, el escándalo sigue acrecentándose al paso de los días, alimentado por el inoportuno silencio oficial y la “confesión” de al menos tres fuentes médicas vinculadas al estudio realizado a la Presidenta. Las tres admitieron que había certeras dudas de que la mandataria tuviera cáncer, pero nunca fueron escuchadas.
Una de ellas es la citóloga Melisa Lencioni, quien aseguró que los análisis que se le habían hecho a la mandataria no eran terminantes respecto a la posibilidad de que tuviera carcinoma de tiroides. Un dato: lo hizo varios días antes de la operación de marras.
Hace unos días, el trío de profesionales que puso en duda el diagnóstico oficial intentó dar una conferencia de prensa para contar los detalles de lo ocurrido, pero recibieron un sugestivo consejo por parte de un superior: “Es mejor dejar las cosas como están”.
El mutismo oficial solo fue quebrado en las últimas horas por un extemporáneo comunicado emitido por el Hospital Austral, el cual —como reveló Tribuna— fue impulsado por el médico Buonomo.
Fuera de ello, las dudas persisten como el primer día. Muchas de ellas reflejadas por uno de los especialistas en la materia, el periodista y facultativo Nelson Castro, quien asegura hoy en La Nación:
-Es curioso que un comunicado de esas características haya sido emitido recién cuatro días después del alta médica de la Presidenta.
-De la secuencia del comunicado queda claro que se procedió a extirpar la tiroides sin haber hecho la biopsia por congelación. Ese examen de la lesión se realiza de la siguiente forma: el cirujano va tomando muestras de los lóbulos sospechados de estar afectados por una patología neoplásica y, una vez hecho esto, el patólogo procede a analizar cada una de las lesiones para definir el diagnóstico y decidir allí si se procede a la extirpación o no de la glándula. Queda claro por el comunicado que la extirpación de la tiroides de la Presidenta se hizo previamente a la supuesta realización de ese examen de la muestra biópsica. Por lo tanto, lo que se hizo no fue una biopsia por congelación, sino una biopsia posoperatoria para un estudio histológico diferido del tejido removido. Llama la atención que se insista en el término de biopsia por congelación, ya que con la glándula removida el estudio pierde sentido en cuanto a sus objetivos.
-Resulta llamativo que en el punto tres del comunicado se hable de neoplasia folicular para el lóbulo dominante del lado derecho y neoplasia folicular sospechosa de malignidad para el lóbulo izquierdo, y que tras eso el diagnóstico hubiera sido la inexistencia de células cancerígenas. Los patólogos prestigiosos consultados indican que esto es algo altamente infrecuente.
-También es curioso que se hable de un nódulo palpable en el lóbulo izquierdo, ya que la ecografía original hablaba de un nódulo ubicado sólo en el lóbulo derecho. Es llamativo que el nódulo palpable en el lóbulo izquierdo hubiera pasado inadvertido en el estudio ecográfico que se le hizo a la Presidenta el 22 de diciembre pasado.
-Resulta sugestivo, por último, que ninguno de los tres patólogos que estuvieron en la intervención quirúrgica hayan firmado ese comunicado. Todo este episodio y el confuso parte del hospital no hacen más que agregar desprestigio a la medicina argentina.
Como puede verse, las dudas superan a las certezas y los silencios sugieren más que las palabras.
Mientras esto ocurre, los “cibermilitantes K” no cesan en su furibundo ataque a los medios “no alineados” —entre ellos, Tribuna—. Es evidente que para ellos es más sencillo golpear a quien desnuda las incongruencias oficiales que pedir explicaciones a quien descabelladamente las llevó a cabo.
Christian Sanz
Twitter: @cesanz1