En estas horas, no sin preocupación, Daniel Peralta evalúa declarar la emergencia en Seguridad en Santa Cruz por falta de policías provinciales en el marco de una medida de fuerza que está jaqueando a su propia administración. "Lo que ofrecemos es todo lo que tenemos, podemos seguir dialogando pero no hay más plata", enfatizó el gobernador, quien la semana pasada otorgó un aumento del 34 por ciento por decreto.
Según recuerda hoy agencia Noticias Argentinas, si se declara la emergencia de seguridad, por la ley nacional 24.059 a la cual la provincia se encuentra adherida, el Gobierno de Santa Cruz puede pedir a la Nación el envío de efectivos federales para garantizar la seguridad ciudadana.
En ese contexto, Peralta ha salido a denunciar en las últimas horas intentos destituyentes hacia su gestión por parte de diputados de su mismo riñón, el FVS, y La Cámpora. A todos ellos los acusó de ponerle trabas para aprobar leyes de financiamiento y arrojó sospechas sobre la policía que rechaza el aumento y sigue la huelga. "No me voy a dejar llevar por delante por ninguna facción", aseguró en medio de su propia desconfianza.
"No se pueden tomar actitudes destituyentes, y mucho menos por una actitud sectorial incomprensible e intolerable que nos va a llevar a declarar la emergencia de seguridad", afirmó el gobernador.
"Peralta adelantó que el gobierno no tiene dinero, y castigó a los diputados del FVS que impidieron una ley para gravar con un canon extraordinario las transacciones entre las empresas mineras. Acusó puntualmente al diputado de La Cámpora Leonardo Álvarez por defender intereses empresariales", según la crónica que hoy hace diario La Nación al respecto.
El mandatario provincial aseguró que Álvarez "confunde su rol de empresario y diputado, tiene intereses empresariales en Cerro Vanguardia con maquinaria propia y en los yacimientos del flanco norte. Esta es una provincia generosa".
La situación ha llegado a tal nivel que varios legisladores de la oposición santacruceña han dedicido acompañar las denuncias de Peralta. Entienden estos que el golpe es real e intenta quitar al gobernador del poder antes de las elecciones de 2013.
Mientras esto ocurre, Daniel Scioli mira con preocupación cada gesto del Gobierno nacional respecto a los sucesos de Santa Cruz. No solo le sorprende la peligrosa similitud entre lo que pasa en esa provincia y el distrito que él mismo comanda —sobre todo en lo referido al avance de diputados oficialistas y de La Cámpora sobre su gestión— sino también el hecho de que Peralta haya sido mucho más dócil que él y sin embargo sufriera esta dura embestida oficial. A ambos gobernadores, triste casualidad, la oposición les da el apoyo que su propio partido les niega.
Scioli mira con temor: todo lo que ocurra en Santa Cruz será preludio de lo que le espera a su propio gobierno. Una sola cosa lo diferencia de su par santacruceño: este último no debe sufrir las presiones de un tal "Gabriel Mariotto".
Christian Sanz
Twitter: @cesanz1