La rinoscopía que pidió el gobernador de Chubut, Martín Buzzi, a sus funcionarios será de relativa utilidad si intenta establecer que consumieron o consumen cocaína.
Se trata de un estudio que sirve para visualizar el interior de las fosas nasales y permite detectar y/o diagnosticar procesos de tipo inflamatorio, infeccioso y/o tumoral que afecten al interior de la fosa nasal.
Puede realizarse mediante un rinoscopio, que es una especie de pinza que separa el ala de la nariz del tabique nasal, para ampliar el campo de visión, una fuente de luz y un espejo frontal de otorrinolaringólogo. Se puede llevar a cabo por un endoscopio de fibra óptica que se introduce por la nariz.
En ese contexto, se asegura que la rinoscopía es útil para detectar la erosión del tabique nasal por la aspiración de cocaína. Esto es relativamente cierto, pero solo en parte.
Por caso, hay muchísimos casos de personas que consumen estupefacientes por su nariz y cuyo tabique no se desgasta. Por el contrario, hay quienes tienen ese órgano desgastado, pero por otro tipo de patologías, algunas de ellas cancerosas. ¿Cómo distinguir una situación de la otra?
A ello hay que agregar el consumo de narcóticos que no se aspiran: jamás aparecerán rastros de estos en las fosas nasales.
Lo ideal en todos los casos es utilizar otro tipo de estudios, con mayor precisión científica. Son mucho más sencillos y menos rimbombantes: un simple cabello permite, a través del ADN de una persona, tener el dato concreto respecto al consumo de cocaína u otras drogas ilícitas.
Christian Sanz
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