Este miércoles, Jorge Mangeri recibió la pena de prisión perpetua por el femicidio de la joven Ángeles Rawson en junio de 2013. Así lo resolvió el Tribunal Oral en lo Criminal N° 9, cuyo veredicto fue anunciado esta tarde, al cabo de un proceso judicial de cinco meses de duración.
Minutos después de conocido el fallo, la defensa del Mangeri, encabezada por el letrado Adrián Tenca, anticipó que recurrirá a la Cámara de Casación porteña para apelar el veredicto y si es necesario a la Corte Suprema de la Nación e incluso a tribunales internacionales, al considerar que el portero es "inocente".
Independientemente de los fundamentos judiciales que complicaron al portero Mangeri —que aún no se dieron a conocer— aún quedan cuestiones que no han sido aclaradas e interrogantes que jamás han sido respondidos.
Por caso, ¿cuál fue el móvil del crimen? ¿Cómo fue la muerte de Ángeles? ¿Hubo un asesino o más de uno? ¿Cómo es posible que no haya un solo testigo directo de lo sucedido?
Son las preguntas básicas que surgen en cualquier hecho delictivo, pero en este puntualmente nadie ha podido contestarlas. A ello se suman otros interrogantes: ¿Por qué nunca aparecieron los resultados de los estudios hechos al automóvil del encargado Jorge Mangeri?
¿Qué pasó con el pedido que hizo el abogado Miguel Pierri para que cotejen también el ADN de la familia de Ángeles?
A horas de conocer el veredicto judicial, persisten esas y otras dudas, sobre todo aquellas que se refieren a la eventual culpabilidad de Mangeri como autor del homicidio de marras, especialmente después de que se comprobara que el ADN de este último no se preservó como corresponde.
A ello se suma el análisis que hicieron especialistas en salud mental sobre el portero y que arrojaron un resultado inesperado: no ostenta personalidad psicopática. Ello aleja aún más la posibilidad de determinar cuál habría sido su móvil como eventual autor del crimen de Ángeles.
Tampoco ha quedado del todo claro cuál fue la participación del secretario de Seguridad, Sergio Berni, en el complejo entramado judicial. Cuando esto le fue preguntado por el periodismo, el funcionario apenas atinó a decir que su presencia intentó "garantizar que se cumplan todos los protocolos de preservación de la prueba en este tipo de situaciones".
¿Es que acaso había alguna duda respecto a la conservación de la evidencia? ¿Se presentará Berni a partir de ahora a toda escena criminal a efectos de preservar cada elemento de prueba?
El “súper secretario” tiene mucho que explicar, como el hecho de haber gestionado el ostentoso alojamiento al clan de Ángeles en un barrio privado de la zona norte del conurbano. Según él mismo aseguró fue una suerte "gesto de humanidad".
También tendría que dar cuenta de otra curiosidad: por qué advirtió, sin que nadie se lo preguntara, que "nadie protege a la familia".
Públicamente, Berni se involucró en al menos cuatro oportunidades en el expediente. Estuvo en el juzgado ad hoc, luego en el Ceamse —donde apareció el cuerpo de Ángeles—, más tarde en la morgue judicial y, finalmente, se dejó ver en el edificio de la calle Ravignani 2360. ¿Es esto usual? ¿Es habitual?
Otra cuestión: ninguno de los abogados que tuvo Mangeri logró hacer declarar a Sergio Opatowski, padrastro de la adolescente asesinada. Los profesionales creen que de ese trámite algo sustancial podría haberse develado. Entre otras cosas, sus sospechas se centran en las copiosas finanzas familiares (ver la siguiente cámara oculta).
Hay un testigo de identidad reservada que oportunamente llamó la atención de la fiscal Paula Asaro. Fue quien dio el puntapié para que se pusiera el foco sobre la relevante economía del clan, que jamás podría justificarse en los magros $2.830 que supo cobrar María Elena Aduriz —madre de Ángeles— por parte de la firma Hope Duggan y Silva durante el breve lapso que trabajó allí.
En su declaración, el informante dejó dos menciones al pasar que jamás se animó a investigar la Justicia: habló de “lavado de dinero” y de “narcotráfico”.
Son tópicos interesantes para indagar; sin embargo, ya parece tarde para hacerlo: la Justicia ya decidió quién es el culpable y lo condenó hoy mismo. Se trata del mismísimo Mangeri.