A cada minuto nace un nuevo tonto, dice una conocida frase de la inteligencia popular. De la misma manera podría decirse que, a cada minuto, nace una nueva imbecilidad en forma de dogma.
Nosotros hemos perdido ya la capacidad de asombro frente a la tremenda cantidad de idioteces que estamos acostumbrados a escuchar.
Sabemos —y nos consta— que cada día nace una nueva pseudociencia. Lo cual nos obliga a estar en estado de alerta continuamente. No podemos darnos el lujo de que nos tomen desprevenidos en temas de falsas ciencias.
Así es que, a la cantidad de falsos tratamientos contra el cáncer que existen hoy día —muchos de los cuales tenemos el mérito de que sean argentinos— hay que agregar uno novísimo y que aparenta traer cola: el método de Di Bella, un sistema importado directamente de Italia. En concretas palabras: más de lo mismo: Di Bella nada difiere de ineficaces tratamientos como la Crotoxina y el Hansi.
Pero… comencemos por el principio:
Luigi Di Bella es un médico italiano devenido en oncólogo que, viendo que no podía progresar demasiado en temas convencionales de medicina y ciencia, pensó que sería una buena idea —léase "negocio"— aprovechar la desesperación extrema de quienes sufren cáncer y desarrolló un —poco confiable— método que ha sabido desafiar al sistema sanitario italiano.
Según Di Bella, la mezcla de vitaminas A y E, betacaroteno, bromocriptina, melatonina y somatostatina ejercen efectos milagrosos a la hora de frenar los tumores malignos. De todos los compuestos de este cóctel, la somatostatina es el más costoso y es por eso que, en su momento, funcionarios italianos de sanidad se negaron a financiar dicho fármaco, lo cual provocó que los propios consumidores demandaran al Estado. Más tarde un juez italiano consideró que la somatostatina debía pagarse con el dinero público y fue entonces que el escándalo se extendió por gran parte de Europa.
Lo antedicho provocó una escena lamentable ya vista —repetidamente— en muchos otros casos similares: los enfermos llamaban desesperados a los medios de comunicación pidiendo la dirección del amigo Luigi. Otra vez se podía ver la dramática postal de los pacientes tumorales buscando remediar sus problemas con métodos extraños: problemas que los tratamientos "convencionales" no habían conseguido frenar.
A pesar del elocuente caos provocado, la gente que trabajaba con Di Bella no se dignó a presentar datos científicos que apoyaran su tesis, por lo que el Gobierno italiano finalmente tuvo que realizar un estudio para zanjar todas las dudas. Conclusión: se terminó de demostrar que el cóctel Di Bella no sirve para nada.
En el 50% de los pacientes tratados con esta heterodoxa metodología el cáncer progresó localmente. En el 33% de ellos no hubo cambios, el 15% llegó a hacer metástasis a distancia y sólo un enfermo tuvo una respuesta considerada como positiva. Para que dicho estudio no se tildara de parcial casi 1.000 pacientes de cáncer han participado, todo de acuerdo con la información publicada en The Lancet.
La evidencia es abrumadora y debería servir para culminar este tipo de discusiones de una vez por todas.
Asimismo, Di Bella —que se pierde entre tanto chanta vernáculo—, debería presentar la evidencia concreta del tratamiento que pregona antes de afirmar nada.
Lo mismo cabe para los profesionales que llevan adelante el negocio en nuestro país, entre los que —llamativamente— no se encuentra ningún oncólogo.
Líbero Orópalo, cirujano italiano y lider del proyecto en Argentina, ni siquiera recertificó su título en nuestro país y, como si fuera poco, asegura ser jefe de investigaciones de las universidades de Washington y Chicago, cosa que ambas casas de estudio niegan abiertamente.
El caso Di Bella se parece demasiado al affaire Crotoxina, similitud que asusta por demás. No olvidemos que este último método ha resultado ser un gran fiasco y actualmente se encuentra en fase II de experimentación con resultados bastante pobres.
Luego de lo dicho: ¿cuántos fraudes más deberemos soportar antes de que podamos despertar de tamaño letargo?
La imperiosa necesidad de la gente por solucionar problemas de salud aparentemente incurables no puede servir de argumento a todos estos delincuentes como para que hagan lo que les da la gana.
Hoy en día la ciencia se encuentra en una aventajada posición a la hora de luchar contra enfermedades como el cáncer. Detectados a tiempo, muchos tipos de tumores tienen un alto grado de éxito en sus tratamientos, dato que es desconocido por mucha gente y que no ayuda a la hora de pelear contra la desinformación que impera en estos temas.
Lo peor es que, mientras esto sea asi, los chantas de siempre seguirán apareciendo con nuevos y falsos tratamientos que solo servirán para llenar sus propios bolsillos.
Los tratamientos serán los mismos de siempre, solo cambiarán sus denominaciones y, en algunos pocos casos, los nombres de los bandoleros de turno que los aplican.
Eso sí…las secuelas que quedan se seguirán midiendo, ni más ni menos, que en vidas humanas.
con el metodo di bella se han curado varios tipos de cancer, el juez que aprovò en italia el uso de la somatostatina lo hizo porque hay resultados cientificos que muestran que funciona. muy en mala fe el articulo de ustedes, se olvidan por cierto de mencionar che ultimamente un estudio estadounidense publicado en la revista "nature" muestra que la chemioterapia ESTIMULA DE HECHO LAS CELULAS CANCERIGENAS, por eso el cancer vuelve una y otra y otra vez.