Uno de los tópicos que debería dominar la agenda de los medios de comunicación vernáculos es el que tiene que ver con las falsas denuncias de violencia familia y abuso sexual de menores. Aunque muchos vivan imbuidos en los problemas de la coyuntura de la actualidad impuesta por algunos comunicadores, existe una realidad a la que es imposible darle la espalda. No al menos después de conocerla.
En este periódico se ha denunciado en más de una oportunidad el perverso mecanismo por el cual se permite que las "falsas denuncias" relacionadas a menores de edad pueda funcionar de manera aceitada. Dichas notas no sólo no han provocado la repercusión ansiada, sino que han aparecido docenas de casos similares a los que describimos oportunamente.
Uno de ellos es el caso de Julio César Sánchez, un hombre quebrado por el capricho de una mujer que encontró, en las "falsas denuncias", la mejor manera de cobrar una oportuna venganza. Una venganza que hasta el día de hoy no le permite a Julio vivir en paz.
Génesis de conflico
El comienzo de los problemas de Julio tiene un nombre: Verónica Gabriela Plano (1), su secretaria cuando trabajaba como médico en una importante clínica de la Ciudad de Buenos Aires. Julio se enamoró de Verónica, ella a su vez aparentó enamorarse de él y juntos tuvieron un hijo al que -por cuestiones legales- llamaremos "Junior". Ahí empezaron todos los problemas aunque, según el entrevistado, los roces eran anteriores. "Verónica era una chica muy mentirosa. Me hizo creeer en su momento que estaba terminando la carrera de Medicina en la universidad y era todo mentira. Junto con eso, de a poco empezaron a revelarse falsas muchas de las cosas que me decía. Descubrí que era una mitómana, que mentía porque sí", aseveró Julio antes de que este periodista pudiera preguntarle nada. "No sólo me mintió a mí, sino que le mintió a su familia sobre mi persona", agregó.
En el año 2002 Verónica alteró su Documento de Identidad y, gracias a la invención de una serie de mentiras, inició una causa casi secretamente en la provincia de Corrientes contra Julio. Las semanas comenzaron a sucederse y Julio, que desconocía que existía un litigio en su contra, jamás se preocupó por intentar la más mínima defensa hacia su propia persona, lo cual le jugó definitivamente en contra.
A esto debe sumarse la "destacable labor" de Verónica, que se tomó el arduo trabajo de crear "falsas rebeldías" -haciendo notificaciones a direcciones inexistentes- a efectos de que el padre de su hijo no pudiera defender su postura. De esa manera, la mujer logró que Julio fuera encarcelado en la provincia de Corrientes.
"No le fue complicado hacer lo que hizo porque ella tenía fuerte apoyo político, según su propia confesión pública hecha el 8 de noviembre de 2002 en el programa de una mujer llamada Maria Mercedes Vázquez. Eso fue ratificado a posteriori, ya que ahora ocupa el puesto de asesora del Ministerio de Justicia de la provincia de Corrientes", aseguró a este periodista Julio César en una de las entrevistas mantenidas.
La Justicia finalmente descubrió las mentiras de Verónica y dejó en libertad al padre de su hijo. Y aunque Julio festejó la decisión judicial, pronto descubrió que un nuevo calvario comenzaría en su vida, esta vez relacionado a su vínculo con Junior. Es que el niño había sido llevado de Buenos Aires contra su voluntad, haciéndolo abandonar a su padre, el colegio y toda su rutina diaria.
"Tenía 5 años cuando pasó todo esto. En momentos en que iba en forma regular al colegio y con asistencia perfecta. Estuve casi un año con prohibición judicial de acercarme a él, a su domicilio y al colegio", confiesa Julio, quien tuvo que esperar hasta el año 2004 para reiniciar el contacto con su hijo, lo cual consiguió a través de acuerdos judiciales y extrajudiciales varios. En ese marco, Junior reiteró una y otra vez su deseo de permanecer en Bs. As., lugar que reconoció como "de su pertenencia".
Entre disputas y viajes, en enero del 2005 Julio logró que Junior estuviera de vacaciones con él por un par de días. Fue uno de los momentos más intensos de la relación entre padre e hijo, a punto tal que el niño pidió hablar con un juez para solicitar que se le permita vivir en la Capital Federal junto a su progenitor.
El pedido se realizó formalmente el 1º de febrero de 2005 a través de una presentación efectuada en el juzgado número 5 de Corrientes, en la cual se solicitó "una audiencia a la brevedad, en lo posible antes de comienzo del período escolar", para que el menor fuese escuchado.
Pasaron los meses y, el 20 de septiembre del mismo año -despues de varias audiencias suspendidas por motivos superfluos-, Junior se presentó ante la Jueza Maria Beatriz Benitez de Rios Brisco, asesora de menores. Allí el niño -ya de 8 años y luego de pasado 6 meses sin ver a su padre- mantuvo firme la decisión de querer vivir en Buenos Aires junto a su progenitor, aduciendo que el "concubino de turno" (2) de la madre "es un hombre chinchudo y de mal carácter". Junior agregó que era maltratado por este, mientras que "mi papá está siempre de buen carácter y me gusta vivir con él (...) Cuando estoy en Corrientes extraño Buenos Aires (...) Cuando estoy en Buenos Aires me siento bien y no extraño" (3).
Luego de semejantes declaraciones, la jueza aceptó la sugerencia del psicólogo y la asesora de menores de realizar nuevas pericias psicológicas y medioambientales, lo cual finalmente no pudo ser llevado a cabo por maniobras dilatorias de todo tipo por parte de Verónica, incluso hasta el día de la fecha.
"En los días posteriores a la audiencia, mi hijo preguntó por qué no me podía venir todavía a Bs. As., suponiendo que sus derechos serían respetados como acuerdan los derechos internacionales del niño y la ahora reciente ley 26.061", comentó Julio con furia a este periodista al recordar esos días.
Los días pasan, eso es verdad, y nada se termina de solucionar. "Lejos de resolver con premura algo que defienda el interes supremo del menor, los informes del Lic. Goldfard me tiraron abajo, ya que este mismo psicólogo sostiene que el motivo por el cual el niño quiere estar conmigo es tan sólo una cuestión lúdica. Goldfard es el mismo psicólogo que tuvo un grave error de diagnostico, cuando dijo que el padre (yo) era perjudicial para la criatura y nos mantuvo separados durante todo el año 2003", insiste el denunciado progenitor.
Es dable volver a recordar, para entender el contexto de este caso, que en mayo del 2005 Julio fue sobreseído de la denuncia que le inciara la madre de su hijo.
Entrevistar al "monstruo"
-"¿Cómo vive hoy tu hijo, Julio? ¿En qué condiciones?".
-"Es interesante lo que preguntás, ya que existe un llamativo informe ambiental del lugar donde el niño está obligado a habitar -conocido como 'Barrio Patono' en la ciudad de Corrientes- que asegura que la madre es propietaria de una casa que cuenta con pileta de natación y cloacas. La asistente social debe haber confundido, quizás por similitud, la calle 'Argentina' con la calle 'América' de San Isidro (risas), ya que la casa en la que vive es de una precariedad extrema. Además el informe habla de ingresos por parte de la madre de 2.500 pesos mensuales".
-"Con semejantes ingresos tu hijo debe vivir sin necesidades de ningún tipo"
-"Lamentablemente, a pesar de ese buen ingreso, Verónica Plano ha descuidado pagar la cuota del colegio del niño de tan solo 50 pesos durante los ultimos 10 meses del año pasado. Sirvase decir que cuando yo pagaba voluntariamente el colegio en el año 2004 -aparte de la cuota alimentaria en cuenta oficial- su abogada (Dra Colef) desestimó el pago aduciendo que era solo una 'liberalidad', que no hacía a la necesidad del niño. Esto consta en el expediente".
-"Tu caso tiene un ingrediente que no he visto en otras falsas denuncias que investigué y tiene que ver con el supuesto 'secuestro' que hiciste de tu hijo. Me gustaría que me comentaras esto"
-"Es así. La madre verbalmente aduce yo soy un secuestrador reincidente, olvidando que de la primera denuncia de 'secuestro' ya fui sobreseído y en el segundo caso le envié una Carta Documento a ella y a su abogada, indicando adónde se encontraba el menor. Todo esto fue en el marco de que mi hijo no quería volver a la provincia de Corrientes.
El verdadero secuestro lo hizo la madre cuando lo sacó de los colegios de Buenos Aires cuando apenas tenía 5 años. Él pidió siempre volver a su lugar de nacimiento y ámbito de amigos y familiares a los que extraña. Año tras año sostiene su decisión de vivir en Bs. As. y ahora -ya próximo a cumplir 9 años- le dice a la madre que cuando pueda se va a venir a vivir con su papá".
-"¿Cómo está la causa hoy?"
-"Los pedidos de urgencia para resolver por parte de mi abogado, a un año de la solicitud de la audiencia, siguen sin novedad".
Mientras Julio espera, Verónica vive en Corrientes junto a Junior, sin permitir contacto alguno entre padre e hijo. El lavado de cerebro que la mujer ha hecho sobre el niño es tan elocuente que en pocos días el trato cordial de Junior con su progenitor trocó en desgano y maltrato en sus breves charlas telefónicas.
Más allá de los cruces verbales y judiciales entre Julio y Verónica, el nuevo tema de fondo -de extrema gravedad- es la comprobación fáctica de que el estado físico y mental de Junior está resentido. El niño está cuasi desnutrido y casi no asiste a la escuela.
Mientras tanto, quien escribe estas líneas intentó hablar con Verónica Plano o con alguna autoridad del Juzgado nº 5, pero jamás fueron respondidos sus mensajes. Algo realmente elocuente.
El agujerito sin fin
Desde que ese periódico publicó el primer artículo sobre falsas denuncias de violencia familiar y abuso sexual, han llegado a nuestra virtual redacción docenas de cartas que cuentan la misma repetida historia. Tres "botones" de muestra:
1-"Sr. Sanz. Quisiera saber si tiene información que pueda servirme.Yo fui excluido del hogar (Vicente López) hace 6 meses, con una falsa denuncia de violencia familiar, con una medida cautelar por 30 días.
Es el día de hoy que no tuve acceso a la causa ( ni siquiera se de que estoy acusado) por estar bajo reserva a pedido de la Sra.en el tribunal de familia Nº1 de San Isidro. Las acciones las inició la comisaría de la mujer de Martínez, la cual incluso patrocina gratuitamente a mi esposa.
Tengo terribles problemas económicos y tengo que pagar abogado (...) Sigo fuera de mi casa y no pude sacar los efectos personales, a mis hijos nadie los escuchó, ni los entrevistó, ni les dieron apoyo sicológico, ni les explicó nada. Mi esposa lo hace para quedarse con la casa, que si bien la puse a nombre de los dos, fue un regalo de mi padre. Cualquier información que pueda darme será de gran ayuda.Gracias. Roberto".
2- "Estimado Christian: Tengo 38 años, estuve 7 años casado con una mujer que ya tenía dos hijas pequeñas de su primer matrimonio, con la cual tuve un hijo que hoy tiene 6 años de edad recien cumplidos. En mayo del año pasado nos separamos porque la relación se había desgastado de forma irreversible y ya no podiamos continuar viviendo juntos. La decisión de separarnos fue mía, pero no medió ningún tercero en cuestión, sino que simplemente yo ya no soportaba vivir con ella. El día en que me fuí ella me advirtió proféticamente que 'me iba a destruir como a una cucaracha', pero jamás imaginé que su rencor podía llegar a estos niveles.
Hasta diciembre tuve una separación con un diálogo ríspido, pero digamos que "normal" (...) Hasta que en el mes de setiembre yo le pedi establecer un régimen legal de visitas y allí empezó el calvario. Primero, dos frustradas mediaciones y luego, cuando le inicié una demanda civil por esta cuestión, se apareció con un increible y bizarro concurso de delitos contra mi hijo tales como: abuso sexual (diciendo que yo abuso de mi hijo desde los 2 años de edad!!! o sea delante de sus propias narices durante casi 3 años), administración de alcohol y fármacos, violencia física, más otros contra ella y su familia tales como: violencia física, maltrato, amenazas de muerte coactivas y hasta pedofilia por internet.
Afortunadamente para mí, el primer defensor de menores que intervino en la causa fue sagaz, investigó un poco las denuncias y recomendó al juez no dictarme la siniestra ley de violencia familiar (...) Sin embargo y a pesar de todo ello, ya llevo más de tres meses deambulando por abogados, peritos psicólogos, psiquiatras, terapeutas, asistentes sociales, asociaciones de padres separados de sus hijos y policías, afrontando un increíble desgaste psíquico, laboral y obviamente realizando increibles erogaciones monetarias.
Saludos. Gustavo Adrian".
3- "Estimado Chistian, estoy pasando por una situación muy similar a las expones en tu artículo, la diferencia es que la falsa denuncia la genera una mujer que trabajaba en casa, que dejó de estar con nosotros hace dos años, y hace dos meses y medio hizo la denuncia por abuso físico y emocional, lo interesante es que en el momento de las pericias realizadas por el equipo técnico de tribunales, la psicóloga (cazadora de brujas) centra todas sus preguntas para 'poder fundamentar abuso sexual', y por supuesto no lo puede probar porque no existe, pero en su informe preliminar oral al juez le da a entender que existe el riesgo de abuso sexual, el juez inmediatamente nos retira a nuestros hijos de mi casa y los pone a la guarda de una de mis hermanas. A mi, me prohíbe todo contacto, hasta telefónico, con mis hijos, por fortuna mi esposa, mujer ejemplar desde todo punto de vista, es médica y psicóloga, pasa gran cantidad del tiempo con los niños, que si bien es bueno para ellos, contribuye a la separación de familia y al daño emocional y afectivo de todos nosotros (...) Un saludo afectuoso, Daniel".
Concluyendo
Mientras estas líneas son terminadas de escribir, en algún lugar de Buenos Aires seguramente algún padre es falsamente denunciado por "violencia familiar" o "abuso sexual" contra alguno de sus hijos. Es una estadística que diariamente debe ser alimentada para que los burócratas de siempre puedan justificar la inutilidad de su trabajo.
Algunos de esos burócratas, lamentablemente, ocupan cargos en la justicia, en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y en entidades que supuestamente se dedican a proteger los derechos de los niños.
¿Será Justicia?
Christian Sanz
(1) Verónica Gabriela Plano es argentina, su DNI es 22.019.256 y se domicilia en la calle Antartida Argentina Nº 1135 de la Ciudad y Provincia de Corrientes, teléfono 03783-44-3881.
(2) Pablo Nicolás Caminos, concubino de Verónica Plano, tiene 28 años de edad y es titular del Documento Nacional de Identidad Nº 26.680.348. Su domicilio legal es en la calle 25 de mayo Nº 565, San Cosme, Provincia de Corrientes.
(3) Dichas declaraciones constan en una causa Judicial.