La historia se conoció este martes y conmovió a propios y ajenos: se trató del gesto de un changarín llamado José Sánchez, que habría devuelto medio millón de dólares a una persona que los habría perdido.
No solo eso: el joven también habría rechazado una suculenta recompensa e incluso una vivienda, todo ello ofrecido por aquel que había perdido el dinero.
Rápidamente, los principales medios del país convirtieron a Sánchez en un héroe. El ejemplo de lo que los argentinos no suelen hacer.
"Yo no los conocía (los dólares), solamente conozco el de cien pesos. Me agarró un estado de shock, no sabía qué hacer. Lagrimeando le dije a Dios 'no me merezco esto', porque la verdad no merecía tanto dinero de golpe", dijo Sánchez ante los micrófonos de docenas de radios y canales de televisión de todo el país.
La historia era tan perfecta, que merecía ser real. Pero no lo fue. No solo era inconsistente y contradictorio el relato del changarín, sino que fue refutado por el fiscal de Nogoyá, Federico Uriburu: “La policía caminera en ningún momento vio una camioneta Chevrolet S–10 de color rojo, doble cabina, como la que describió Sánchez. Y las cámaras de seguridad de la calle Paraná, donde supuestamente encontró el maletín, no muestran absolutamente nada", aseguró el funcionario judicial.
¿Qué harán ahora los medios que le dieron crédito a una historia que a todas luces era falaz? ¿Pedirán disculpas? ¿Alcanzará con ello?
Hay que recordar que esos mismos medios son los que persisten en aleccionar respecto de las fake news y a demonizar a las redes sociales, desde un atril que ellos mismos han pergeñado. ¿Cómo es que a nadie se le ocurrió chequear lo que decía este joven?
Una vez más, todos ellos han cometido un gran papelón, que demuestra que nadie está exento de caer en las garras de las falsas noticias. Ni siquiera ellos.