Finalmente, los grandes medios se hicieron eco de la primicia de Tribuna de Periodistas: el juez federal Ariel Lijo elevará a juicio oral y público la causa por el presunto lavado de dinero para la campaña presidencial de Cristina Kirchner y Julio Cobos del año 2007. La primicia fue publicada por este portal el 2 de junio pasado.
La medida será dispuesta después de la feria judicial y allí aparece como principal imputado —y complicado— Héctor Capaccioli, otrora hombre de confianza de Alberto Fernández. De hecho, el hoy precandidato presidencial por el kirchnerismo le tenía reservado un cargo en caso de llegar a la Casa Rosada.
Oportunamente, Capaccioli ocupó el puesto de superintendente de Servicios de Salud de la Nación, desde donde se motorizó la maquinaria que permitió blanquear el dinero que terminó financiando la campaña “Cristina, Cobos y vos”.
Allí abrevaron cheques de puntuales narcotraficantes y personajes relacionados a la denominada mafia de los medicamentos. Uno de los aportantes, por caso, fue el malogrado Sebastián Forza, quien apareció asesinado el 13 agosto de 2008 en General Rodríguez. Fue acribillado a balazos.
Como sea, el expediente llegará a juicio luego de una década de idas y vueltas, con pedidos de nulidad de diversa índole, con argumentos de lo más disparatados por parte de los acusados.
En el pedido de elevación a juicio, el fiscal Franco Picardi puntualizó que hay casi 900 mil pesos que jamás pudieron ser justificados por sus donantes.
Uno de ellos es Gabriel Brito, expresidente de la firma Global Pharmacy Service S.A., quien entregó cuatro cheques, para el cobro los días 31 de octubre, 1, 2 y 5 de noviembre de 2007, por la suma total de $310.000.
Oportunamente, en comunicación con Tribuna de Periodistas, el empresario admitió que fue parte de la maquinaria de lavado de dinero. Lo mismo hicieron otros tres “arrepentidos”, bajo estricto off the record. Todos coincidieron en la operatoria.
Los detalles quedarán al desnudo al comienzo del juicio oral, donde presumiblemente aparezcan los trazos de otro culebrón, acaso más escandaloso aún, que involucra a la hija de Héctor Capaccioli, Antonella Sol, quien fue “colocada” por su padre como secretaria en la empresa Droguería Urbana SA, involucrada en su momento en la trama de la “mafia de los remedios”.
Esa firma hoy ha sido reciclada como Audifarm Salud SA. Allí aparece como titular otro siempre sospechado: Marcos Hendler.
Se trata de un ex comerciante de telas y ropa de Villa Domínico, histórico socio del Club Atlético Independiente, donde forjó una relación con Hugo Moyano, quien es considerado el verdadero "dueño" de la droguería, y quien introdujo en este negocio a Hendler.
Pero esa es otra historia…