Es como si fuera una película. De las malas. Esas de “clase B”. El regreso del kirchnerismo es como una remake de “Volver al futuro”, pero de baja estofa. Bien tercermundista.
Los mismos tipos que hicieron estragos en el pasado, que no dejaron nada por saquear, volvieron por más.
Los que persiguieron y amenazaron a los que no comulgaban con ellos. Los que atosigaron al periodismo sin trepidar en los métodos utilizados. Los que escracharon a quienes solo hacíamos nuestro trabajo periodístico profesional. Esos tipos están de vuelta.
Lo que deja este 2019 es justamente eso, la irremediable circularidad de la historia argenta. Todo siempre vuelve. Como si no aprendiéramos jamás de lo que nos pasó.
Pero no se trata solo del kirchnerismo. Ni siquiera de la política. Cada tanto vuelven a repetirse términos como “default”, “inflación”, “riesgo país”, “recesión”, y tantos otros. ¿Cómo es posible que tropecemos siempre con las mismas piedras? ¿Por qué no aprendemos más?
Lo más triste de todo es que hay quienes insisten en decir que kirchnerismo es sinónimo de “progresismo”. Nada más lejos de la realidad. ¿Cómo explicar, por caso, el crecimiento exponencial de la fortuna de Cristina y, en su momento, de Néstor Kirchner?
Cuando le preguntaron a la hoy vicepresidenta cómo hizo para amasar tanta plata, dijo que lo hizo como “abogada exitosa”. Lo curioso es que no se le conoce ningún cliente al que haya representado como tal, ni tampoco ningún litigio en el que haya participado.
Pero hay mucho más. Marcelo López Masia, uno de los mejores periodistas de investigación del país y columnista de Tribuna de Periodistas, puntualizó en 2010 cerca de 80 tópicos que demuestran que los K jamás fueron “progresistas”. A continuación, los primeros 20:
1) Hizo desaparecer del erario público santacruceño centenares de millones de dólares provenientes de fondos de regalías petroleras irremplazables, lo que significaba una casa de 60 metros cuadrados para cada familia de la provincia de Buenos Aires.
2) Dejó que durante su mandato presidencial y el de su esposa se esfumaran 150 mil millones de dólares (la deuda externa argentina) en reservas de gas y petróleo, según afirman las propias multinacionales y los empresarios amigos. Nunca permitió que se le colocaran caudalímetros a los oleoductos, por lo que las compañías se llevaban el crudo con una mera declaración jurada.
3) Le dio en Santa Cruz 14 áreas petroleras licitadas a sus compinches de negocios: siete a Lázaro Báez y siete a Cristóbal López.
4) Dejó que las mineras con extracciones a cielo abierto contaminaran los cursos de agua y, a cambio, no le dejaran al Estado casi un peso, ya que compensaban las retenciones del tres o cuatro por ciento por desgravaciones provenientes a desembarcos por puertos argentinos.
5) Nunca materializó la famosa reforma financiera que gravaría la timba de la bolsa de comercio. Se le cobra 21% de impuesto de IVA a los productos de la canasta familiar y retenciones al campo que significa una exacción pero jamás se tocó la renta de los bancos, que son el sector, por lejos, que más dinero ha ganado en los años del modelo K.
6) Jamás se implementó otros de los sueños del impresentable Carlos Heller, el Banco Nacional de Desarrollo para ayudar al empresariado nacional. Otra de las tantas mentiras de campaña.
7) Hizo alianzas de sangre con los sindicalistas de la derecha más retrógrada y troglodita que pueda existir en el país. Un grupo de recalcitrantes "buenos muchachos" que se hicieron millonarios gracias a todo tipo de negocios, aunque se tratara de medicamentos adulterados o troqueles truchos.
8) Se quedó con tierras fiscales en El calafate y luego se las vendió, sin mejoras, al grupo Cencosud en dos millones de dólares, gracias a la generosidad del intendente K Néstor Méndez, quien también fue generoso con todo el universo de alcahuetes del FPV, mientras 3000 vecinos pobres esperaban su pequeña parcela en forma infructuosa.
9) Néstor compró con total desparpajo dos millones de dólares antes de un movimiento brusco de la moneda norteamericana contando con información reservada y privilegiada. Así, se quedó con el Hotel Alto Calafate, donde hoy Aerolíneas Argentinas obliga a su tripulación a quedarse cada noche.
10) Sólo invirtió dinero en actividades rentísticas, para luego cobrar alquileres o intereses de plazos fijos. Casualmente, quienes le daban tasas extravangantes en forma anual (que ningún mortal tiene en la Argentina) eran entidades crediticias del grupo Eskenazi, a quién le dió privatizado y sin deudas el Banco de Santa Cruz y a quién impulsó a sangre y fuego para que se quedara con el manejo de Repsol Argentina sin poner casi un peso, en una operación que no reconoce muchos antecedentes en materia económica mundial.
11) Como si todo esto fuera poco, hizo que Juan Carlos Relats, dueño del hotel Panamericano y beneficiario de obra pública y corredores de rutas, le pague cien mil dólares mensuales por el hotel Los Sauces, que también construyó frente al lago calafateño, sobre otro terreno fiscal adquirido por migajas,
12) Los K vetaron el ochenta y dos por ciento móvil para los jubilados, pero dejan que el Anses le preste plata a tasas ridículas a multinacionales como Chevrolet y tantos otros grupos que aprovechan como la inflación argentina, que licua los haberes de la clase pasiva, a ellos les juega a favor y devuelven pocas monedas sobre el capital que recibieron.
13) En los años de plomo, ambos cónyuges jamás presentaron recursos por los detenidos desaparecidos argentinos o los exiliados chilenos, como sí hicieron abogados de la talla del doctor Aguilar Torres.
14) La única obsesión de ambos fue, gracias a la diabólica Circular 1050 de Martínez de Hoz, generar más y más dinero de los atribulados deudores hipotecarios de Finsud. El matrimonio se quedó con más de 20 casuchas de pobres tipos que no podían pagar tasas del 200 por ciento anual.
15) En los años de Videla, Viola, Galtieri y Bignone, Néstor se fotografiaba con militares de alto rango de Santa Cruz y llegó a publicar en una solicitada local que agradecía el “estado de derecho” que se vivía en el país.
16) En esos años y en plena democracia, hasta el 2003, la APDH, el CELS y los movimientos locales de los derechos humanos jamás recuerdan que Néstor y Cristina apoyaran materialmente o declarativamente la lucha que ellos llevaban adelante. Por el contrario, les negaban apoyo para que se difundieran sus mensajes en una provincia que nunca incluyó el tema del último golpe genocida como material a estudiar en las escuelas públicas o privadas.
18) En los noventa, compartieron siete veces boletas con Carlos Menem a quién Néstor calificó como el mejor presidente, luego del general Perón.
19) En esos años, los dos apoyaron las reformas estructurales de Domingo Cavallo desde los palcos y en los hechos, aprobando la privatización de YPF y Gas del Estado y vendiendo luego las acciones de la provincia a Repsol de España. Si el gobernador hubiera querido, la nave insignia estatal jamás hubiera pasado a manos ibéricas, ya que se necesitaba vender el cien por ciento de los títulos.
20) Durante los años kirchneristas se vendieron más de 100 grandes empresas argentinas, El 66% fueron adquiridas por capitales extranjeros.