Diego Cabot no necesita presentación. Es uno de los mejores periodistas de la Argentina. Me corrijo: es uno de los mejores periodistas de investigación.
Sus logros son incontables, pero en los últimos tiempos su nombre empezó a resonar por su investigación —y descubrimiento— de los “cuadernos de la corrupción”, que llevó a puntuales exfuncionarios K y reputados empresarios tras las rejas.
Cualquiera en su lugar estaría alardeando a diestra y siniestra, pero Diego no. Es un tipo humilde, cabizbajo. Lo cual vuelve aún más elogiable su labor.
A pesar de ello, de que busca el bajo perfil, se tomó un rato para responder las preguntas que le hizo quien escribe estas líneas para Tribuna de Periodistas:
-¿En qué estado judicial se encuentra la causa judicial de los cuadernos hoy?
-La causa está ahora en un momento “bisagra”. Terminó toda la etapa de instrucción que estuvo a cargo del juez Claudio Bonadio. Ya está prácticamente elevada a juicio oral. Salvo unas pequeñas partes que tienen que ver con el entramado de sociedades con las que Daniel Muñoz y sus testaferros compraron propiedades en EEUU, el resto está elevado a juicio. Eso quiere decir que ya no van a intervenir más ni Bonadio ni el fiscal Carlos Stornelli.
-¿Qué significa que sea un momento bisagra?
-Porque todas las defensas van a volver a hacer sus planteos de nulidad, incompetencias, etc. Nuevamente antes de que inicie el juicio oral. El Código entrega gran cantidad de oportunidades para oponer este tipo de recursos. No te olvides que ya todos fueron interpuestos y rechazados por el juez y confirmados por la Cámara. Pero igualmente lo harán. Solo para graficarte, antes de que empiece el juicio de Vialidad se resolvieron 200 recursos.
-¿Hay chances de que la causa caiga?
-Las posibilidades de que la causa quede en la nada siempre están en una Argentina en la que las instituciones no son momentos suficientemente sólidas como para bancar las presiones de un poder que arremete contra la causa.
-¿Hay chances de que el kirchnerismo voltee ese expediente, más allá de la “operación Puf”?
-El kirchnerismo trabaja constantemente en declarar la nulidad. La estrategia es no llegar nunca a que los hechos se ventilen en un juicio oral. A mí me lo ha escrito un empresario. Consideran que la causa ha sido "diseñada por mi" y que luego fue amplificada por los medios. En ese panorama, los "diseñadores", me escribió este empresario, tendrán que pagar las consecuencias. Lograda la nulidad "vamos a ir por ustedes", me dijo.
Claro que esta causa es distinta, por los arrepentidos y por decenas de empresarios o exfuncionarios, Juan Manual Abal Medina es un ejemplo de ello: sin ser arrepentido según la ley reconoció pagar o recibir dinero negro.
Pero tenés que pensar algo. De un lado, del lado que acusa, tendrás un fiscal apenas. Las querellas de la OA y de la UIF imaginate que ahora están en manos de sus funcionarios. Imagino que van a desistir, pero nada se puede esperar ahora de esos organismos. Del otro lado tenés a 120 procesados que tienen contratados al universo de los mejores abogados penalistas del país. Será un reto para la Justicia.
-¿Qué tan consistente es la posibilidad de que se llegue hasta la figura de Cristina Kirchner en el marco de los delitos cometidos?
-Si la causa termina en juicio oral es imposible que la causa no llegue a ella. Te pongo un par de ejemplos. En su casa, donde ahora vive en Recoleta, funcionó durante años el acopio de dinero y hasta se modificó el departamento para ese fin. ¿Podría desconocer esto?
Y otro: el sistema de recaudación estuvo vigente más de una década, en ocho ella era Presidenta y tuvo todo el poder para hacer cambios en las áreas sospechadas. Jamás lo hizo y no solo eso, en esas áreas que manejaban la obra pública no sólo que no hizo cambios sino que mantuvo el mismo equipo que su marido y predecesor. No te olvides que De Vido y su equipo estuvieron en el cargo 12 años. Sea por acción u omisión, es imposible que la investigación no le llegue a ella.