En estas horas, una interminable marea de docentes se concentra en la emblemática Plaza Independencia de Tucumán, justo enfrente de Casa de Gobierno de esa provincia.
Los impulsa el enojo y la decepción, porque les han impuesto una conciliación obligatoria inesperada, en medio de las negociaciones paritarias locales.
Por eso, decidieron no dar clases este lunes y se dirigieron a ese lugar, a efectos de hacer escuchar al gobierno sus reclamos.
No solo relacionados con ese tópico, sino también por la creciente inseguridad que se da en ese terruño. Para quienes lo desconocen, hubo 6 homicidios en solo 24 horas.
Por eso, la gente ha estallado. Porque no todos son docentes, hay ciudadanos de a pie que se dejan ver junto a estos. Todos reclaman al gobierno “que se vayan”, como en aquellos acalorados días de 2001.
“Estamos cerca de ser Rosario”, me cuenta mi amigo Horacio Esterman. Y me explica que el sábado pasado también se marchó en Tucumán.
Respecto de la cuestión paritaria, todo arrancó este viernes luego de que los docentes dependientes del Estado provincial, nucleados en la Agremiación Tucumana de Educadores Provinciales (ATEP), rechazaron una nueva propuesta del Gobierno. Ello provocó que, desde el Poder Ejecutivo, decidieran dictar la conciliación obligatoria.
“Vamos a usar una herramienta legal que tiene el Estado, que es decretar la conciliación obligatoria para poder seguir conversando y decirles que el lunes empiezan las clases", señaló al respecto el gobernador Juan Manzur.
Y otra vez me aclara el panorama mi amigo Horacio: “En diciembre se paga el sueldo pero no se paga la cláusula gatillo. A partir de ese momento se anuncia que nunca más habrá cláusula gatillo a pesar que hay un convenio firmado para todo 2019-2020. Era un compromiso de campaña. O sea, no se pagó la cláusula gatillo y no se avisó”.
En ese contexto, me entero que los gremios docentes tucumanos han sido cooptados por el gobierno, lo cual pone en situación de mayor vulnerabilidad a los educadores de esa provincia.
Como sea, lo que ocurre en estas horas es histórico. Porque nadie comanda a ese flujo de ciudadanos que se muestran enardecidos. Es totalmente espontáneo.
Ahora mismo, otros mandatarios deberían tomar nota de lo que sucede Tucumán. Porque este tipo de movidas, tal cual ha demostrado la historia argentina, siempre son contagiosas.